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sara borondo
Viernes, 30 de diciembre 2022, 00:25
Las grandes crisis suelen ser momentos de cambio y, en estos tiempos post pandémicos de inestabilidad política y crisis energética, se plantean toda clase de fenómenos emergentes. Estos son los asuntos del ámbito tecnológico de los que seguro hablaremos en 2023.
1.
La inteligencia artificial está ... experimentando un despegue inusitado, consiguiendo resultados (en la generación de arte y textos) que no se esperaban hasta dentro de unos años. Prácticamente cada semana llega una novedad que deja obsoleta a la anterior por medio de inteligencias como Midjourney o Chat GPT-3.
La tecnología evolucionada sin control puede plantear muchos problemas en el futuro, por eso empieza a cobrar relevancia la necesidad de definir una inteligencia artificial más ética. La capacidad de estas IA de transformar la sociedad es enorme, sobre todo porque se adoptan decisiones que afectan a las personas basándose en estas IA. Los expertos abogan por un desarrollo sostenible de las mismas que prime la ética frente a la competitividad.
2.
En 2022 ya se ha hablado mucho del metaverso (o metaversos, porque cualquiera puede crear uno) y no siempre para bien. 2023 puede ser el año del despegue o de la desaparición de este concepto por el que apostó intensamente Meta, la empresa de Facebook (hasta el punto de cambiar su nombre).
Desde el principio, el metaverso que presentó Mark Zuckerberg fue objeto de burlas desde el sector de los videojuegos por su pobreza visual. El concepto de esta nueva propuesta no se ha repuesto del tropezón inicial ni poniendo piernas a sus avatares, y los inversores comienzan a impacientarse. De momento, se calcula que Meta ha gastado más de 25.000 millones de euros en construir ese mundo virtual que no convence (y otras experiencias similares han corrido la misma suerte).
Recientemente, el departamento de ayuda exterior de la Comisión Europea organizó una fiesta en un metaverso construido para acercar a los jóvenes al mundo digital (la Global Gateway Gala, con un presupuesto de 400.000 euros). Solo asistieron seis usuarios.
3.
Cada vez surgen más 'superapps': aquellas que integran todo cuanto el usuario necesita. Pongamos una entidad financiera que añada a su banca online el acceso a redes sociales, la petición de comida a domicilio, la renovación del seguro del coche, un servicio de peluquería o la compra de billetes.
La primera en hacer algo así fue WeChat en China, que surgió como un servicio de mensajería similar a WhatsApp. Las superapps han comenzado en Asia y América Latina, donde buena parte de la población ha conocido internet directamente desde el móvil. La consultora KPMG apunta en un informe que estas superapps monopolizan así la relación con el cliente. Otros ejemplos son Rappi en Colombia (que empezó como un servicio de comida a domicilio) y Tinkoff en Rusia (que nació como banco digital).
4.
Asociados al internet de las cosas, son la representación digital de un producto o servicio del mundo real (de forma que podamos trabajar con él a distancia). La empresa analista del mercado de tecnologías digitales Juniper Research calcula que los ingresos por gemelos digitales (digital twins) llegarán aproximadamente a los 13.000 millones de euros para 2023, impulsados por la necesidad de mejorar la productividad en los medios de transporte, la energía y los servicios públicos.
5.
Esta palabra ya forma parte del vocabulario cotidiano, pero en las sociedades aún no se han implementado los cambios necesarios para evitar que el planeta se vuelva inhabitable. Con todo, fabricantes y proveedores de servicios tienen cada vez mayor conciencia medioambiental; en parte por la presión de los ciudadanos para que las cadenas de producción sean más transparentes y utilicen tecnología sostenible.
6.
La computación cuántica todavía está dando sus primeros pasos, pero cada vez son menos vacilantes. Es un tipo de computación totalmente distinto a lo que conocemos: aprovecha la mecánica cuántica (la parte de la física que estudia las partículas atómicas y subatómicas) para superar las limitaciones de la informática actual, en la que los bits pueden tener solo el valor de uno o de cero. De esta manera, la computación cuántica tiene una capacidad de almacenamiento mucho más grande y opera con algoritmos mucho más eficientes; además, no utilizará lenguajes estandarizados ni requerirá memoria o procesador.
Incumbirá, por tanto, a superordenadores utilizados en campos como el de la investigación, la salud o la ciberseguridad. Esto en caso de que finalmente funcione, ya que tiene múltiples condicionantes: los ordenadores cuánticos necesitan ubicarse en un área de presión nimia y temperatura cercana al cero absoluto, sin interferencias magnéticas del campo terrestre.
7.
La crisis energética que está viviendo Europa, con máximos históricos en los precios, puede prolongarse varios años. La invasión de Rusia a territorio ucraniano y el uso del suministro de gas natural como medio de presión es una de las causas. La Unión Europea tiene ya un Reglamento de emergencia para que sus ciudadanos superen la situación lo mejor posible, concienciándolos para que consuman menos energía y diversificando las fuentes de suministro. Entre las que se están explorando se encuentran el hidrógeno verde y la tecnología eólica flotante, que podrían despegar en 2023.
8.
Los ciberdelincuentes cada vez lanzan más ataques y más sofisticados. La empresa de ciberseguridad Avast apunta que en 2023 aumentarán los ataques de las bandas de ransomware (que secuestran la información almacenada en los ordenadores de una empresa y exigen un pago como rescate para liberarla). Además, serán ataques más difíciles de detectar gracias al uso de la ingeniería social aplicada a las estafas.
9.
Esta tecnología se puso de moda como argumento para defender las bondades de las criptomonedas y el futuro de los NFT. El mercado de los segundos ya ha demostrado ser una burbuja y las primeras están en la picota después de la quiebra de la plataforma de compra y venta de criptomonedas FTX, que ha sembrado dudas sobre la solidez de todo el ecosistema de cadenas de bloques (los clientes de empresas cripto como Binance o Coinbase están retirando sus fondos).
Ya se sabía que las criptodivisas eran una apuesta de riesgo por su elevada volatilidad, pero parece que ha llegado el momento de dilucidar si se trata de una corrección de los mercados o de una nueva burbuja. En este último caso, los valedores de la tecnología Blockchain deberán encontrar la manera de desarrollar la Web 3 antes de que se enturbie su imagen (aún más).
10.
Los datos estratégicos de las empresas tienden a estar almacenados en distintas nubes y localizaciones geográficas, generalmente por la contratación de diversos proveedores. Esto llevará a una fragmentación de la información cuyo impacto sobre los usuarios (cada vez más dependientes de la nube) está por ver.
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