Drones: así están cambiando el mundo

■ Agricultura de precisión: Es uno de los terrenos que ha acogido los drones con más eficiencia y entusiasmo, con tareas tan variadas como plantar semillas, revisar la salud de los cultivos, la necesidad de riego, la aparición de enfermedades o vigilar su grado de madurez. Es lo que se conoce como 'agricultura de precisión', ya que permite tratar cada parte del terreno de manera personalizada. Los drones pueden llevar una cámara normal o una de infrarrojos para obtener información más detallada. También se pueden utilizar para dispensar plaguicidas o fungicidas, aunque en este caso hay que tener una capacitación específica como piloto aplicador de productos fitosanitarios.

■ Sanidad: Ha habido grandes avances en los últimos años, con drones que se utilizan para repartir medicinas en áreas de difícil acceso o para el transporte rápido de muestras de sangre o tejidos. Diversos estudios realizados en Canadá y Suecia han demostrado que la capacidad de los drones en el transporte de desfibriladores es más rápida y puede salvar vidas en unas situaciones en las que cada segundo cuenta.

■ Salvamento: Es otro de los terrenos en los que los drones comienzan a utilizarse . Un ejemplo es el 'megadron' EHang 216, un vehículo aéreo autónomo que está probando ya la Policía Nacional para acceder en misiones de emergencia y seguridad a zonas inaccesibles. Por ejemplo en zonas con contaminación química o bacteriológica. Puede transportar a dos personas en su interior y tiene una autonomía de 35 kilómetros.

Los que sí han salvado ya unas cuantas vidas este verano son los drones utilizados en las playas; una vez se detecta que la vida de una persona está en peligro se envía al dron, que llega a la víctima más rápido que los socorristas. El aparato suelta un flotador sobre la persona que se está ahogando y así esta puede mantenerse en la superficie sin problemas hasta que llegue la moto de agua con el socorrista.

■ Desastres: Además de salvar vidas, los servicios de emergencia utilizan las imágenes captadas por las cámaras de los drones para identificar los puntos calientes de un incendio forestal, los daños provocados por una explosión en un edificio o el alcance de un vertido ilegal.

■ Revisiones de seguridad: Un ejemplo: una empresa que deba revisar unas instalaciones, por ejemplo de un oleoducto, puede ahora realizarlo empleando un dron aéreo, mucho más barato y menos peligroso que contratar un helicóptero tripulado. Un solo dron puede revisar a diario 50 km de tubería.

■ Logística: Hace casi 10 años Amazon propuso repartir paquetes utilizando drones. Lo más cerca que ha estado es con el robot de entrega Scout, que llegó a funcionar como prueba piloto en Seattle (EE.UU.). Scout era un robot terrestre, pero la tienda digital también ha probado con drones aéreos, una idea que parecía tener poco recorrido pero que sigue viva; de hecho, Amazon ha creado hace poco un nuevo modelo: MK30, un hexacóptero más resistente que los modelos anteriores, que puede detectar obstáculos en el camino y volar con lluvia. También es más silencioso y podría empezar a operar en algunas ciudades estadounidenses dentro de un par de años.

Si en los drones de reparto terrestre el problema son los posibles robos, los aéreos deben superar problemas de seguridad al sobrevolar zonas de población con paquetes. Aunque fueran pequeños, existe la posibilidad de que las hélices corten cables de suministro eléctrico y provoquen un incendio (algo que ya ha sucedido) o choquen contra aves. Además, es preciso tener permiso de las autoridades aéreas para estos vuelos.

Donde sí están realizándose pruebas con éxito del reparto de bienes no sanitarios utilizando drones es en zonas muy aisladas. La primera autorización oficial de un dispositivo volador no tripulado para hacer repartos en Europa la consiguieron los envíos a la isla de Juist, en el mar del Norte, con 1700 habitantes y sin coches. Desde la ciudad alemana de Norden se están probando drones que vuelan a 50 metros llevando cargas de hasta 1,2 kilos.

■ Topografía: Los drones utilizados para topografía van equipados con sensores especializados que permiten tomar medidas de alta precisión en menos tiempo que los métodos tradicionales. El dron toma fotos con cámaras especializadas desde distintos ángulos y luego un software especializado va combinando esas imágenes por los puntos que tienen en común para generar mapas detallados en 2D y 3D. Esto actualmente se realiza con aviones tripulados o imágenes de satélite, pero los drones vuelan a una distancia muy baja que permite imágenes con mucha más resolución y precisión a poco precio. Esta tecnología se está utilizando ya para construir carreteras, edificios, producir mapas catastrales e incluso para predecir deslizamientos de tierra.

■ Investigación científica: Los drones pueden realizar misiones de vigilancia y observación sobre volcanes (como sucedió en la erupción del Cumbre Vieja en Canarias en 2021) o llevar aparatos de medición a lugares aislados; en agosto del año pasado se realizó una prueba con éxito en los glaciares en el noreste de Groenlandia.

■ Usos militares: Como muchas de las tecnologías que usamos ahora en la vida cotidiana, los drones nacieron con objetivos militares y en la guerra desempeñan cada vez un papel más destacado. Así lo está demostrando la invasión rusa de Ucrania, en la que se están empleando embarcaciones de superficie no tripuladas marítimas y aéreas que estallan contra sus objetivos o los atacan a distancia.

■ Uso recreativo: Los espectáculos visuales nocturnos con decenas o centenares de drones todavía siguen siendo una excepción, pero no tardarán en extenderse como sustitución de los fuegos artificiales. Los aparatos siguen una programación preestablecida para moverse de manera coordinada y formar figuras en el cielo acompañados de música.

Otro ejemplo son las retransmisiones de televisión (que permiten en los sanfermines ver la carrera desde ángulos antes imposibles), las películas y los videojuegos. Olli Huttunen es un cineasta y piloto de drones finlandés que se ha especializado en crear documentales utilizando imágenes captadas por drones aéreos. Su trabajo inspiró al estudio vasco The Longest Road para desarrollar el juego 'Idea', en el que hay que lanzar ideas para que se muevan en escenarios reales captados con drones, una propuesta que ha recibido numerosos premios y saldrá en enero de 2023.