Apple resucita el iPod, el reproductor musical más vendido de la historia

La adquisición del software de gestión musical 'SoundJam' (cimientos del actual 'iTunes') respondió a la popularidad del formato MP3. No obstante, Jobs ansiaba un dispositivo creado expresamente para los ordenadores de su compañía, el iPod. En su gestación también participaron los ingenieros Jon Rubinstein y Tony Fadell, junto al diseñador Jonathan Ive (vicepresidente Senior de Diseño de Apple desde 2015).

La premisa era tan simple como prometedora: 5GB de almacenamiento en un gadget de bolsillo, donde almacenar hasta 1.000 canciones para escucharlas en cualquier parte. La icónica 'click wheel', unos auriculares convertidos en objeto de deseo y el poder del marketing hicieron el resto: el iPod resultó un éxito inmediato desde su primera generación, comercializada en octubre de 2001. De hecho, el reproductor llegó a copar el 88% de la facturación de Apple en el primer trimestre de 2006, justo antes de presentarse el producto que lo cambiaría todo (una vez más).

Hablamos del iPhone, claro está, precursor de los smartphones. Aquella combinación de iPod y teléfono caló hondo entre el consumidor medio, que con el tiempo se mostró reacio a portar más de un dispositivo en sus trayectos cotidianos. Lo idóneo pasó a ser 'un aparato para todo', máxime pudiendo acceder a la red de redes para consultar el correo electrónico y navegar a placer.

La popularidad del iPod derivó en seis generaciones del modelo 'clásico' (con pantallas a color, diseños más livianos e interfaz táctil); dos de la variante 'mini'; siete del 'iPod nano' (con reproducción de vídeo); cuatro del 'iPod Shuffle' (reducido a la mínima expresión para atraer a los usuarios menos pudientes) y siete del iPod touch (con pantalla táctil y tienda de aplicaciones, aparecido al compás del iPhone).

En 2014, una vez las ventas del iPod cayeron en picado, Apple decidió esconderlas en sus balances financieros. Con todo, sabemos que el récord de unidades despachadas se produjo en el primer trimestre de 2009 (más de 20 millones) y que la suma del segmento supera por mucho los 150 millones de dispositivos (100 de éstos hasta la primavera de 2007).

Cuatro años después del último lanzamiento y por sorpresa, cuando muchos aseguraban su extinción. Así ha lanzado Apple la séptima generación del iPod Touch... si es que podemos referirla como tal, dados los escuetos cambios introducidos.

Se trata ésta de una renovación meramente interna, a nivel de especificaciones. El iPod Touch de 2015 había quedado anticuado respecto a los últimos juegos disponibles en el App Store, de ahí que los californianos lo hayan vitaminado con un chip A10 (presente en el iPhone 7).

La mejora de procesador se acompaña de un incremento en la capacidad de almacenamiento. A las versiones de 32GB (disponible por 239 euros) y 128GB (359 euros) se suma una tercera de 256GB, por el 'módico' precio de 459 euros. Suficiente como para descargar miles de canciones en Apple Music, plataforma de streaming que prosigue en su empeño por alcanzar a Spotify.

Por lo demás, el iPod Touch de 2019 mantiene intacto el diseño y características de su predecesor: pantalla de 4 pulgadas; mismas cámaras delantera y trasera; marcos pronunciandos; botón de inicio y el supuestamente caduco puerto para auriculares. Que podría haberse ofrecido un producto más atractivo, con panel 'infinito' y mejor óptica (por mucho que el nuevo sea compatible con FaceTime grupales) es un hecho; otra cuestión es si hubiese tenido sentido comercial, al encarecerse la puerta de entrada a iOS para muchos pre-adolescentes. Los mismos que acabarán pidiendo un iPhone a sus progenitores.

El nuevo iPod Touch está disponible en acabados rosa, plata, gris espacial, oro, azul y '(PRODUCT) RED'. La compra de este último implica una contribución al Fondo Mundial de lucha contra el sida.