'Super Monkey Ball Banana Rumble': La SEGA más arcade

Crítica ·

200 niveles inéditos ideales para jugar en cualquier parte

Martes, 25 de junio 2024, 10:55

Pocos currículos tan sorprendentes y meritorios como el de Toshihiro Nagoshi antes de abandonar SEGA. Conocido como el director general de la serie 'Yakuza' ('Like A Dragon' a partir de su séptima iteración principal), Nagoshi desempeñó papeles cruciales en el desarrollo de franquicias insignia como 'Virtua Fighter', 'Daytona USA' o 'Shenmue', además de participar como productor en el laureado 'F-Zero GX' para Nintendo Gamecube.

Con todo, suele ignorarse una de las series más prolíficas de su portfolio: 'Super Monkey Ball', aparecida en los salones recreativos allá por 2001 como un título de habilidad y plataformas. Por su desenfado, la propuesta encajó como un guante en las máquinas de Nintendo (Gamecube recibió sus dos primeras entregas en exclusiva), aunque no tardó en dar el salto a Xbox, PlayStation, consolas portátiles, teléfonos móviles y compatibles.

Publicidad

Veinte años (y juegos) después recibimos 'Super Monkey Ball Banana Rumble', el primer Monkey Ball inédito en una década: 'Banana Blitz HD' (2019) fue una remasterización del original para Wii y 'Banana Mania' (2021) dio un lavado de cara a los niveles de 'Super Monkey Ball Deluxe'. Así las cosas, había ganas de tambalear nuevos escenarios para que los simios protagonistas (encapsulados en una esfera) atravesaran la línea de meta.

En esta ocasión, Ryu Ga Gotoku Studio ha preparado un modo historia repleto de secuencias cinemáticas, para que la jugabilidad no se limite a una ristra de niveles. Aunque la narración se antoja anecdótica y repleta de clichés, el resultado convence por su simpatía: en total nos aguardan 200 niveles sin atisbo de reciclaje, segmentados en una decena de mundos temáticos (desde una ciudad flotante a una granja, pasando por un castillo de golosinas o un estadio en pleno concierto) que insuflan variedad a la propuesta.

Por supuesto, los trazados iniciales pueden completarse en un santiamén, pero la cosa se complica a partir del sexto mundo, cuando abundan los remontes y las plataformas en movimiento. En términos generales, estamos ante uno de los mejores diseños de niveles de la franquicia, tanto por el grado de desafío como por la originalidad de los elementos dispersos: algunos tramos se convierten en rompecabezas improvisados al coparse de interruptores; encontramos baldosas de presencia intermitente y en más de una ocasión debemos aprovechar (o esquivar) unas señales aceleración (o frenado) colocadas estratégicamente.

A lo anterior se suma la gran novedad en materia de gameplay: la técnica de 'acelerón giratorio' permite cargar nuestra esfera para salir disparados en la dirección que indiquemos, lo que brinda numerosos atajos (indispensables para prosperar en el modo contrarreloj) y permite dar esquinazo a nuestros rivales en el modo 'Batalla'. Este último puede disputarse en solitario (contra la CPU), en multijugador local (hasta cuatro jugadores) u online, donde se admiten partidas de hasta 16 usuarios. Cinco son los minijuegos incluidos, con un total de 15 fases a escoger: en 'Carrera' debemos llegar a meta antes que los demás; 'Cazaplatanos' nos pide conseguir el mayor número de bananas posible; '¡Pláta-Pum!' resulta una especie de patata caliente; 'Fiebre por la Meta' consiste en sumar puntos atravesando portales sucesivos y en 'Combate Robótico' chocamos contra autómatas para superar el marcador de puntuación del equipo contrario (cada personaje seleccionable cuenta con sus propias estadísticas de velocidad, frenado, peso y giro, lo que influye tanto en los minijuegos como en el mentado modo 'Aventura', también disponible a cuatro jugadores).

Publicidad

Es cierto que los minijuegos no destacan especialmente por su originalidad y que su vida útil es bastante limitada, pero Banana Rumble incluye suficientes extras como para tenernos ocupados un buen número de horas: decenas de misiones principales y de fase con las que conseguir puntos a gastar en la tienda del juego (donde desbloquear más de 300 ítems de personalización); delirantes fases extra más allá de los títulos de crédito; una galería multimedia y un completo modo fotográfico.

También nos han convencido los múltiples ajustes y ayudas implementados para que la experiencia se amolde a cualquier tipo de jugador. Podemos reasignar botones, configurar los ángulos de cámara e incluso definir la zona muerta de los sticks para una respuesta lo más precisa posible. Además, si nos atascamos en cualquier nivel, tenemos la opción de rebobinar la partida en cualquier momento, recomenzar desde un punto de control o atender a indicaciones de ruta y movimiento para alcanzar la meta sin esfuerzo.

Publicidad

Finalmente, aunque en esta ocasión no se ha apostado por el clásico doblaje al castellano (testimonial en cualquier caso, ya que los diálogos vienen a ser gruñidos), el apartado sonoro convence mediante unas composiciones animadas y para nada machaconas cuando encadenamos reintentos. Una lástima que la resolución se resienta un poco en el modo portátil de Switch, sobre todo porque nos da la impresión de que, inexplicablemente, el apartado técnico ha perdido algunos enteros respecto a lo visto en Banana Mania (dientes de sierra, poco detalle en los escenarios...).

Super Monkey Ball Banana Rumble es una iteración continuista pero muy bien llevada, que convencerá sin paliativos a los incondicionales de la serie por su excelso diseño de niveles. Sí, el segmento multijugador queda en un segundo plano, pero abundan los desafíos adicionales y el nuevo sistema de ayudas acerca la propuesta a los menos duchos. En definitiva, SEGA nos trae un arcade directo y refrescante para estas vacaciones.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad