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'Super Mario Party Jamboree' eleva la fiesta

'Super Mario Party Jamboree' eleva la fiesta

Crítica ·

110 minijuegos, siete tableros y un aluvión de modalidades en la última exclusiva para Nintendo Switch

Jueves, 24 de octubre 2024, 11:40

Si uno acude al apartado de Nintendo Switch de cualquier tienda especializada, encontrará actualmente tres títulos de la serie Mario Party entre los que elegir. Y es que la multinacional japonesa concibe sus obras como productos de largo recorrido: 'Breath of the Wild', uno de los juegos de lanzamiento de la consola híbrida, continúa expuesto en la mayoría de lineales.

Quienes busquen un juego de mesa digital para divertirse en familia se preguntarán, a este último respecto, cuál deberían llevarse a casa. La respuesta en sencilla: 'Super Mario Party Jamboree' combina lo mejor de sus predecesores; las innovaciones de 'Super Mario Party' y el componente nostálgico de 'Mario Party Superstars' (cuyas críticas publicamos en su momento por estos lares).

No por nada, Jamboree se anuncia como el mayor Mario Party hasta la fecha, habida cuenta de los 110 minijuegos y cuantiosas novedades que alberga. Comenzando por los siete tableros de la modalidad clásica (cinco inéditos y dos actualizados), que presentan algunas de las mecánicas más originales de la franquicia: un centro comercial con campañas de rebajas cada equis turnos, una isla donde los recorridos se supeditan a la fluctuación de las mareas, un circuito en el que avanzar con hasta cuatro dados simultáneos (mientras esquivamos a inoportunos corredores)... Dichas particularidades hacen que cada partida resulte única y que la elección de uno u otro recorrido responda a algo más que un mero criterio estético.

Pero la mecánica estrella de Jamboree es el reclutamiento de los aliados que aparecerán durante pocos turnos sobre el tablero, diseminados aleatoriamente. Cada uno motiva un minijuego colectivo (algo más elaborado que los corrientes) y se congratula con el ganador otorgándole importantes ventajas: copiar los ítems del rival, obtener un lanzamiento de dado adicional, adquirir dos estrellas de una tacada... Este planteamiento logra darle una vuelta de tuerca a las partidas junto a los nuevos objetos especiales disponibles, como la pegatina que duplica el precio que tendrá que pagar nuestro adversario por hacerse con las preciadas estrellas. El único problema en este sentido es que las partidas a pocas rondas apenas nos dejan aprovechar las múltiples posibilidades y eventos diseñados por los chicos de Nintendo Cube (aliarse con un Jamboree resulta casi imposible en 60 minutos, por poner un ejemplo).

Imagen principal - 'Super Mario Party Jamboree' eleva la fiesta
Imagen secundaria 1 - 'Super Mario Party Jamboree' eleva la fiesta
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El otro gran acierto de Super Mario Party Jamboree tiene que ver con las nuevas reglas competitivas. Frente a las clásicas ('festivas'), nos permiten desactivar todo aquello que apele a la suerte para que, al final de la partida, gane únicamente el jugador más habilidoso. Es como si en Mario Kart desapareciesen los ítems arrojadizos más puñeteros, capaces de hacernos perder el primer puesto de la carrera justo antes de culminarla. Qué duda cabe de que una de las claves del éxito de Mario Party siempre ha sido la sensación de no saber quien gana hasta el último momento (estrellas de bonificación mediante), pero serán muchos quienes agradezcan estas victorias puramente objetivas.

Entre los modos de juego adicionales, convencen sobremanera los llamados 'Desafíos de Bowser'. El 'Bowseratlón' viene a ser una maratón por la que avanzan hasta 20 usuarios en línea, a base de recopilar monedas en una sucesión de minijuegos de dificultad creciente. Resulta curiosa la sobreimpresión del mapa con el progreso de los implicados (nuevamente al estilo de Mario Kart) mientras nos afanamos por alcanzar la meta. Por su parte, la 'Brigada Anti-Bowser' añade algo más de profundidad al multijugador aliándonos con hasta 8 personas para recolectar bombas y arrojarlas al temible Rey Koopa. En este caso se alternan minijuegos cooperativos que granjean objetos especiales.

Como vemos, Jamboree concede más importancia que sus predecesores al componente colaborativo, de lo que también dejan cuenta algunas de las opciones presentes en el 'Puerto de minijuegos'. Quizás buscando convertir al juego en un título a largo plazo, los desarrolladores han adoptado, además, fórmulas ampliamente utilizadas en el ámbito de los mobile games, como la inclusión de minijuegos en rotación diaria o un sistema de puntos que arroja recompensan progresivas por cada pequeña acción completada (como ítems decorativos para la plaza principal).

En esta última se ubica además una suerte de modo historia que trata de especiar las partidas en solitario. Nuestro cometido es recorrer a placer las casillas de los distintos tableros para conseguir estrellas con las que 'ponerlos a punto' y desbloquear el siguiente, lo que nos llevará a completar toda clase de minijuegos y cumplir sencillos encargos tipo recadero. La gracia es que cada tablero culmina con su propio jefe final, pudiendo acometer la refriega junto a los personajes cuyo favor nos hayamos ganado previamente. Sí, este 'Paseo servicial' no reinventa la rueda, pero aplaudimos el intento por ofrecer algo distinto a quienes no puedan jugar acompañados.

La oferta del último Mario Party se completa con tres minijuegos basados en los controles por movimiento: cocinar ingredientes siguiendo el ritmo, guiar canicas en una suerte de rompecabezas basado en la manipulación de plataformas y surcar los aires consiguiendo más puntos que el adversario (cuando no entorpeciéndole). Son pruebas anecdóticas a las que seguramente no volváis demasiado a menudo, pero que suman a un título repleto de contenido y, dicho sea de paso, muy bien acabado. Gráficamente estamos ante la entrega más llamativa de la serie, capaz de demostrar que a las aventuras del fontanero y compañía le bastan con las ya discretas especificaciones de Switch. ¿De qué no será capaz Nintendo con la próxima gran aventura 3D de Mario, ya de cara a su próxima consola?

Nuestra valoración

Jamboree es el Mario Party más abultado que recordamos y el que mayor número de inclusiones acertadas atesora: las reglas competitivas cumplen el sueño húmedo de muchos jugadores, el diseño de los nuevos tableros rema muy a favor y tanto los desafíos online con Bowser como el modo historia consiguen ofrecer algo distinto. Como puntos flacos señalaríamos cierta imprecisión en los minijuegos por movimiento, que la selección completa no esté disponible en los tableros y el hecho de que los 'compa' Jamboree, como mecánica principal, queden ligeramente por debajo del avance compartido de 'Mario Party 9' o las opciones asimétricas de 'Mario Party 10' (estamos solos en esto, lo sabemos). En cualquier caso, poco más podíamos pedir a la despedida de la serie en Nintendo Switch.

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