'Street Fighter 6': Vuelve el rey de la lucha

Los meses de encierro en pandemia dejaron una lección muy valiosa para los títulos multijugador: el online debe ir a las mil maravillas (servidores o barbarie). Más aún cuando el núcleo de tus usuarios se mueven única y exclusivamente por la competición: torneos, profesionalización, streamings...

Tras el desastre que supuso el lanzamiento de 'Street Fighter 5', Capcom se dispuso a tomar nota de todo lo que constreñía a la comunidad. Por un lado, ofrecer productos incompletos (dada la dejadez respecto al contenido para un jugador); por otro, la falta de una estructura de red potente.

La última entrega del rey de la lucha -'Street Fighter 6'- segmenta en tres su contenido: 'World Tour', 'Battle Hub' y Fighting Ground'. El primer esqueje alberga todo lo relacionado con el 'single player': un modo campaña la mar de anodino donde crear un avatar para darnos de tortas en múltiples variantes del juego (desde un beat'em up con toques RPG al estilo Yakuza, hasta modos de pelea en 2D con varios personajes y condiciones locuelas; algo similar a la 'torre de kombate' de los últimos Mortal Kombat). La prioridad aquí es pasarlo bien, solos o con amigos, dejando a un lado el factor competitivo para abrazar el cachondeo.

Por su parte, Battle Hub abarca todos las modalidades online del título. Quienes hayan probado alguna beta saben a qué se enfrentan: salas online divididas por región con distintas modalidades, donde buscar adversarios manualmente. Capcom, además, incluye divertidos extras como la posibilidad de jugar en recreativas con los títulos clásicos de la saga.

Aunque aún no hayamos podido probar los servidores en estado definitivo, durante los periodos de beta la experiencia fue inmejorable. El sistema de netcode utilizado, bautizado como 'rollback', ha dado resultados positivos en anteriores juegos del género y, por tanto, solo podemos esperar lo mejor.

En Fight Ground, por último, se incluyen los distintos modos de entrenamiento, tutoriales y enfrentamiento local. Destacar que estamos ante el mejor 'training' hasta la fecha: las opciones de personalización son infinitas y existen configuraciones predefinidas para los neófitos. También encontramos tutoriales específicos (con explicaciones detalladas para cada personaje) y desafíos de combos, por lo que convertirse en un 'pro' nunca ha estado tan al alcance de la mano.

En cuanto a mecánicas, Street Fighter 6 es una delicia. Su plantel presenta a contendientes de lo más variopinto y se mantiene la lógica imperante del género: el nivel de profundidad es tal que lo suyo es 'casarse' con el personaje elegido; desentrañar todo su potencial podría llevar años de práctica, así que de poco sirven las primeras impresiones a los mandos.

La novedad jugable más importante es la barra de 'drive', distinta a la barra de vida clásica o a la de energía (para realizar los movimientos súper). El drive tiene varios usos, desde alargar nuestros combos hasta ejecutar un ataque muy poderoso que deja noqueado a nuestro rival por varios segundos. Si usamos en exceso estos movimientos vaciaremos la barra al completo y entraremos en modo 'burn out', esto es, recibiremos más daño por cada golpe encajado. La gestión del indicador se antoja entonces fundamental para mantener la ventaja respecto al rival.

Desde Capcom ya advierten que el juego recibirá contenido adicional previo pago y extras desbloqueables gratuitamente. Por consiguiente, esperamos un pase de temporada cuyas recompensas se desconocen por el momento.

Street Fighter 6 demuestra un gran salto de calidad en el género del uno contra uno. Ahora toca esperar para saber cómo se desarrollan los acontecimientos, tanto por el cariño que dé Capcom a su producto como por el soporte que le brinde la comunidad. Sea como fuere, no hay duda de que tendremos juego para varios años.

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