'Nintendo World Championships NES Edition': Las Olimpiadas del videojuego

'Nintendo World Championships: NES Edition' llegó hace unos días como la sorpresa veraniega de Nintendo Switch; un homenaje a la competición de videojuegos organizada por la multinacional japonesa hasta en tres ocasiones (en 1990, 2015 y 2017).

Especialmente sonada fue la contienda primigenia, disputada a lo largo de 30 urbes estadounidenses y en base a tres títulos míticos ('Super Mario Bros.', 'Rad Racer' y 'Tetris'). Los ganadores dentro de las distintas categorías de edad se marcharon a casa con 10.000 dólares, un televisor de 40 pulgadas y un trofeo dorado de Mario que hoy día alcanzaría sumas imposibles en cualquier subasta. Tanto como el cartucho para NES utilizado en el torneo, por el que ha llegado a pedirse más de un millón de dólares.

Si lo único que queremos es imbuirnos del espíritu de aquellos campeonatos, por suerte, bastará con descargar el título de marras a través de la Nintendo eShop. Su propuesta es tan simple como adictiva: más de 150 pruebas cronometradas provenientes de 13 juegos clásicos de Nintendo Entertainment System, las cuales podemos completar en solitario en el modo 'Speedrun'.

Esta opción sirve de entrenamiento propiamente dicho y nos pica a mejorar nuestras calificaciones con reintentos automáticos, lo que origina un bucle del que resulta imposible salir. No importa la simpleza del encargo en cuestión (agenciarnos el primer champiñón en 'Super Mario Bros', engullir a un enemigo en 'Kirby's Dream Land'...): las ansias por superar el último récord nos pueden, así como la necesidad de desbloquear insignias y obtener monedas, gracias a la cuales habilitamos nuevos retos y adquirimos iconos de jugador.

Lo bueno del asunto es que la emulación de estos clásicos se muestra fidedigna a más no poder: siguen presentes las caídas puntuales en la tasa de frames allí donde las hubiese, así como aquellos atajos (intencionados o no) a los que sacar partido en nuestra lucha contra el reloj. La contrapartida para los recién llegados serán, eso sí, unos esquemas de control que no en todos los casos han envejecido igual de bien. El input lag o la inercia de los personajes requieren de cierto habituamiento, por lo que para algunos esta experiencia puede convertirse en toda una lección de historia sobre ocio electrónico. Además, la inexistente cruceta de los Joy-Con complica la ecuación, siendo recomendable hacernos con un mando más adecuado (como los Joy-Con de NES de My Nintendo Store, si es que encontramos algún par en stock).

En single player también podemos participar en un 'Campeonato mundial' de cinco desafíos semanales y en otro de 'Supervivencia', donde vérnoslas con los fantasmas de siete jugadores en rondas eliminatorias. Son modalidades frenéticas y divertidas, sin duda, pero supeditadas a contar con una suscripción activa a Nintendo Switch Online. Si no la tenemos, la oferta de esta 'NES Edition' se reduce drásticamente. Qué duda cabe, además, de que un modo online en tiempo real (no asimétrico) hubiese hecho ganar muchos enteros a la propuesta.

Toca conformarse con las partidas de hasta 8 jugadores en local ('Fiesta'), donde tan solo se necesita una consola para improvisar un campeonato. La propia Nintendo recomienda disputarlos en un televisor por el otro punto flaco del juego: la disposición de múltiples pantallas partidas en modo portátil hace que nos dejemos la vista para seguir a nuestro personaje. A cuatro manos es asumible (pudiendo tomar nota de los botones que pulsa nuestro adversario, sobreimpresionados, para rebatir sus estrategias), pero a partir de ahí la cosa se complica. Como extra, podemos elegir si disputar los minijuegos individualmente o por sets temáticos, para elevar las cotas de nostalgia.

Y poco más, Nintendo World Championships os mantendrá entretenidos tanto tiempo como duren vuestros piques, una vez hayáis invertido la decena de horas que os llevará desbloquear todas sus pruebas (no sin algunas repeticiones forzadas entremedias, ya que cada reto conlleva un número de monedas más alto que el anterior). Se trata en cualquier caso de una experiencia económica, ideal para disputar partidas rápidas en cualquier parte y diseñada con un nicho de usuarios en mente. Si peináis canas y al escuchar las melodías de los trece elegidos sentís algo parecido a un escalofrío, no lo dudéis: sois público objetivo. Pero ojo, porque no por ello lo váis a tener fácil: completad alguna de las pruebas 'Leyenda' sin echarle un vistazo a las guías de estrategia incluidas y luego hablamos.

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