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La adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft, la mayor registrada en la industria del entretenimiento, está a punto de completarse. Así se deduce de lo acontecido en las últimas horas, después de que los de Redmond ganasen su batalla judicial contra la Federal Trade Commission estadounidense.
El órgano regulador de la competencia interpuso una demanda para la toma de medidas cautelares contra la fusión, que según el acuerdo de compra debe completarse antes del próximo martes, 18 de julio. En su dictamen, la jueza Judge Corley ha dicho lo siguiente:
«La adquisición de Activision por parte de Microsoft ha sido descrita como la mayor en la historia en la tecnología, por lo que merecía estudiarse con detenimiento. Microsoft se ha comprometido públicamente y ante este Tribunal a mantener Call of Duty en las consolas de Sony durante los próximos 10 años, con paridad a las versiones para Xbox. También ha sellado acuerdos con Nintendo y diferentes servicios de juego en la nube para llevar CoD tanto a Switch como a dichas plataformas. El cometido de este Tribunal era decidir si, bajo las circunstancias actuales, la fusión debía paralizarse -a la espera de una resolución administrativa por parte de la FTC-. La FTC no ha demostrado que el acuerdo vaya a dañar la competencia. Al contrario, las evidencias apuntan a que más usuarios tendrán acceso tanto a Call of Duty como al resto de franquicias de Activision. Así las cosas, se deniegan las medidas cautelares solicitadas por el demandante».
Por su parte, la FTC ha prometido «nuevos pasos» en su compromiso por salvaguardar la competencia y a los propios consumidores, si bien la mayoría de analistas descartan que pueda apelar la decisión del Tribunal de San Francisco.
Microsoft tan sólo cuenta con un frente abierto para sellar la adquisición de una vez por todas: la CMA británica, que se postuló en contra el pasado mes de abril. Aunque Spencer y los suyos presentaron una apelación aún por resolver, ambas partes han acordado negociar para evitar el proceso judicial y acomodar las condiciones de la fusión a las inquietudes de los reguladores. De no fructificar las conversaciones, la alternativa de Microsoft sería completar la adquisición excluyendo al mercado británico.
Sea como fuere, la cuestión quedará resuelta en menos de una semana.
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