Xbox Series X frente a Xbox Series S: comparamos las nuevas consolas de Microsoft

Echando un vistazo a las interioridades de cada sistema, sorprende que Series S y Series X comparten bastante más de lo que pudiéramos pensar. Bajo la misma CPU y arquitectura, la más cara ofrece 12,15 teraflops en capacidad de procesamiento gráfico y 16GB de RAM GDDR6. Mientras, 'S' se conforma con 4 teraflops y 10GB de RAM.

En este punto, algunos podrían hacer comparaciones con Xbox One X, hardware que presume de 6 teraflops para un rendimiento notable a resolución 4K, pero dicha confrontación no ha lugar. La mentada arquitectura de Series S (ARN) difiere sobremanera de la de One X (GCN), de forma que los 4 teraflops de la primera, en la práctica, equivalen al rendimiento de la segunda. A ésto sumamos la compatibilidad con la tecnología de trazado de rayos por hardware (ray-tracing), los ínfimos tiempos de carga que posibilita el disco duro SSD y el acopio de tecnologías patentadas por Microsoft, lo que justifica sobradamente esta revisión y nos permite hablar, sin paliativos, de una configuración 'next-gen'.

Series S también difiere de Series X en la carencia de lector de discos (se trata de una máquina enteramente digital) y en una memoria interna de 512GB, la mitad de lo que marca su hermana mayor. Ambas, en cualquier caso, podrán ampliarse con tarjetas de memoria propietarias (de hasta 1TB de capacidad y a precio seguramente prohibitivo, todo sea dicho).

Entonces, ¿no llegará un punto en que Series S 'sufrirá' para ejecutar los juegos que expriman a Series X? En ningún caso. Microsoft promete que cada cual permitirá florituras gráficas similares, solo que a un resolución bien distinta. Mientras que la consola de blanco aspira a una resolución máxima de 1440p, la oscura apunta al 4K (lo primero requiere mucha menos 'potencia de fuego').

En muy resumidas cuentas, Series S es el producto idóneo para quienes no hayan dado el salto al 4K o, habiéndolo dado, no consideren imprescindible jugar a dicha resolución (el reescalado automático garantiza una imagen acorde a cada tipo de televisor). También para los que prescindan de juegos físicos y tengan un presupuesto ajustado.

Series X, por su parte, será la consola más potente del mercado, con la que exprimir los paneles de alta gama. Está pensada para los usuarios más exigentes y su precio, en comparación a compatibles de especificaciones similares, resulta de lo más atractivo.

Sin más dilación, estas son las características internas de Xbox Series S y Series X frente a frente:

■ Series X: 8-Cores AMD Zen 2 CPU a 3,8 GHz, 3,6 GHz con subprocesamiento múltiple simultáneo SMT

■ Series S: 8-Cores AMD Zen 2 CPU a 3,6 GHz, 3,4 GHz con subprocesamiento múltiple simultáneo SMT

■ Series X: AMD RDNA 2 GPU 52 CU a 1,825 GHz (12,5 TFLOPS)

■ Series S: AMD RDNA 2 GPU 20 CU a 1,565 GHz (4 TFLOPS)

■ Series X y S: SoC mejorado personalizado de 7 nm

■ Series X: 16 GB GDDR6 RAM (10 GB a 560 GB/s + 6 GB a 336 GB/s)

■ Series S: 10 GB GDDR6 RAM (8 GB a 224 GB/s + 2 GB a 56 GB/s)

■ Series X: 4K, desde 60 hasta 120 fps

■ Series S: 1440p, desde 60 fps hasta 120 fps

■ Series X: 1 TB PCIe Gen 4 NVME SSD (2,4 GB/s sin comprimir, 4,8 GB/s comprimidos)

■ Series S: 512 GB PCIe Gen 4 NVME SSD (2,4 GB/s sin comprimir, 4,8 GB/s comprimidos)

■ Series X y S: Expansion Card de 1TB a idéntica velocidad que el almacenamiento interno.

■ Series X: 4K UHD Blu-ray

■ Series S: Sin lector de discos

■ Series X y S: HDMI 2.1