'Just Dance VR: Welcome to Dancity': moviendo el esqueleto en realidad virtual

Con más de 80 millones de copias vendidas en todo el mundo, Just Dance se ha convertido en la franquicia de videojuegos musicales líder. Tanto así que sus últimas entregas constituyen una plataforma en constante evolución, al estilo de los gigantes del streaming pero con canciones en lugar de películas y series.

Ahora, la propiedad intelectual de Ubisoft, da el salto a la realidad virtual con 'Just Dance VR: Welcome to Dancity', adaptación que corre a cargo de su filial parisina en estrecha colaboración con Soul Assembly (estudio especializado en realidad mixta y aumentada, con títulos de éxito en su haber como 'The Cabin', 'Soul Spire' o 'Battle Sister'). ¿Está el resultado a la altura?

Cabe mencionar que el género rítmico es uno de los más prolíficos dentro del catálogo de Meta Quest (plataforma para la que el título se lanza en exclusiva), por lo que todo nuevo contendiente se enfrenta a una férrea competencia. Ahí están si no 'Beat Saber', 'Audioshield', 'Synth Riders' e incluso las versiones VR de 'Space Channel 5' y 'Samba de Amigo', auspiciadas por SEGA. La gran baza de Just Dance a este respecto es su propia fórmula: mientras que la mayoría de juegos implican deslizar las manos al compás de la música, justo cuando los elementos en pantalla alcancen varios puntos clave, aquí se nos concede plena libertad de movimiento.

La base de Welcome to Dancity sigue siendo, por ende, seleccionar alguna de las 25 canciones disponibles e imitar la coreografía del instructor que se plantará frente a nosotros (como si fuésemos su reflejo). Los mandos de Quest 3 reman a favor de un gameplay sin compromisos, pero al cabo de varios temas uno tiene la sensación de que el software resulta demasiado permisivo a la hora de interpretar nuestros movimientos. Por supuesto, esto ha sido siempre parte del encanto de la IP: su capacidad de acercar el baile a todo tipo de usuarios, desde el desenfado, pero no hubiese estado de más incluir una modalidad 'profesional' (por llamarla de algún modo) que sacase partido a la precisa detección del visor que nos ocupa.

Más allá de lo expuesto, las partidas en Just Dance VR se articulan en dos espacios diferenciados: un apartamento virtual donde acometer sesiones multijugador privadas (de hasta seis jugadores, chat por voz mediante) y un entorno urbano a imitación de Times Square, donde las canciones se exponen cual letreros de Broadway. En este último podemos socializar con hasta 18 jugadores (usando emojis), improvisar una flashmob y participar en sesiones de tiros libres. Sí, este 'hub' presenta amplio margen de mejora, pero suponemos que los desarrolladores lo coparán de actividades con el paso del tiempo.

El sistema de progresión, por su parte, se basa en el desbloqueo de ítems interactivos y de personalización, aspecto este último en el que achacamos un modelado bastante rudimentario de nuestro personaje (basta colocarse frente al espejo de nuestro apartamento o bajar la mirada para constatarlo). Suerte que los universos de las canciones, en 360 grados, cumplen su función de embelesarnos y hacernos uno con la música.

En cuanto al tracklist, todo son éxitos: desde Fergie hasta Lagy Gaga pasando por Gloria Gaynor, Queen o John Newman, lo que no quita para que se echen en falta temas más actuales. Una vez más, nada que no pueda resolverse manteniendo vivo el título, a base de actualizaciones.

La fórmula de Just Dance se traslada intacta a la realidad virtual, lo que convierte a Welcome to Dancity en una propuesta idónea para que los más pequeños (y los menos duchos) muevan el esqueleto y se mantengan en forma sin salir de casa. Habrá que estar atentos a la posible adición de temas y actividades que saquen partido a un 'meeting hub' algo desangelado.

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