El primer parche de 'Redfall', lo último de Arkane (ya bajo el seno de Microsoft) se ha lanzado mientras escribía estas líneas. Una actualización que resultará a todas luces insuficiente para capear la crisis de reputación en que se ha visto inmerso Phil Spencer.

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El mandamás de la división Xbox salió al paso hace unos días para disculparse por el lamentable estado en que nos llegó el shooter vampírico, al tiempo que prometía redimirse con 'Starfield' (la producción más ambiciosa de Bethesda en años). También aseguró que un aluvión de juegos superventas no va a cambiar drásticamente la cuota de mercado de sus plataformas en detrimento de la de PlayStation 5.

Puede que Spencer tenga razón en el sentido más literal y matemático, pero si una empresa de videojuegos no alcanza el estrellato a base de títulos soberbios, entonces no sé muy bien cuál es la alternativa. El directivo parece alegar que Sony triunfa por un statu quo imposible de revertir, olvidando que, de hecho, su liderazgo se tambaleó hará dos generaciones.

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La propia Microsoft, Xbox 360 mediante, consiguió imponerse a una PlayStation 3 que lo tenía todo de cara para liderar el mercado (no en vano, veníamos de una PlayStation 2 que aún hoy sigue coronando el listado histórico de ventas). Entonces surgieron obras de referencia como la trilogía Gears of War, abanderada de los shooters en tercera persona bajo el motor gráfico que marcaría un antes y un después. 'Halo 3' también tuvo mucho que decir al respecto, convirtiéndose su lanzamiento en todo un fenómeno cultural. Y qué decir de la labor de Rare con 'Kameo: Elements of Power', Lionhead Studios con sendos Fable o Bizarre Creations al volante de 'Project Gotham Racing'.

La lista de imprescindibles para Xbox 360, su excelente plataforma de juego en línea y la facilidad de desarrollo bajo su arquitectura hicieron el resto. Por no hablar de un periférico puntero (Kinect) que triunfó allí donde PlayStation Move fracasó con estrépito. Sí, parece que lo de articular una biblioteca exclusiva potente tiene más importancia de la que parece.

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Que se lo digan a la SEGA of America de Tom Kalinske, perfectamente documentada por Blake J. Harris ('Console Wars', editado en España por Héroes de Papel). Sus páginas relatan cómo el surgimiento de Sonic bajo una campaña de marketing sin precedentes consiguió incrementar la cuota de mercado de SEGA de un 5 a un 55% en apenas tres años. Genesis compitió de tú a tú contra Super Nintendo y prosperó a este lado del charco, al menos hasta que los de Kioto decidieron sacar la artillería pesada con 'Donkey Kong Country'. Nuevamente, el software marcó la diferencia.

La trayectoria posterior de SEGA guarda similitudes con la de Xbox, de hecho. Si Xbox 360 fue su Mega Drive en cuanto a momentum, Xbox One corrió una suerte parecida a la de Saturn. ¿Será Xbox Series la puntilla que convierta a Microsoft en una mera compañía de software y servicios como lleva tiempo rumoreándose? Lo veremos, pero Dreamcast sí que contó con exclusivos de peso durante sus 18 meses de vida. De hecho, pocos sistemas han albergado tantas joyas en tan corto espacio de tiempo: de 'Crazy Taxi' a 'Sonic Adventure' pasando por 'Skies of Arcadia', 'Shenmue', 'Metropolis Street Racer' o 'Jet Set Radio'.

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Sí, nadie duda de que Spencer agarró el timón en el momento más complicado de la marca. Supo tomar las decisiones acertadas (eliminar a Kinect de la ecuación, vigorizar las interioridades de Xbox One, adquirir estudios de peso...), pero mucho me temo que no está sabiendo rentabilizarlas. Resulte o no la compra de Activision Blizzard, alguien ha de tener el valor de poner en orden los proyectos en curso y zanjarlos cuando no vayan a satisfacer la necesidad primera de Xbox Series: un plantel first-party capaz de mirar de tú a tú a las obras de Naughty Dog, Santa Monica o Insomniac.

Aquello de dar plena libertad creativa a tus estudios está muy bien, pero siempre es bueno encontrar un equilibrio entre originalidad, pulido y atractivo comercial. Ya no recuerdo la última vez que RARE entregó un título acorde a lo que sus incondicionales esperan (aventuras single player repletas de magia). De hecho, su 'Everwild' parece encontrarse en el mismo limbo que los reinicios de 'Perfect Dark' o 'Fable'. Xbox no puede volver a permitirse que su franquicia estrella se quede a medio gas ('Halo Infinite'). Cuenta con suficientes propiedades intelectuales como para hacer grandes cosas y estoy deseando verlas. Si el precio a pagar es dejar de incluirlas de inicio en Xbox Game Pass -por si esto limitase de alguna manera los presupuestos de desarrollo-, aquí alguien más que dispuesto.

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