'Exoprimal': Mechas y dinosaurios en lo próximo de Capcom

Cuando uno piensa en Capcom se le vienen a la cabeza franquicias como Devil May Cry, Street Fighter o Monster Hunter. En esta ocasión, la compañía da un giro inesperado con un multijugador en tercera persona que combina mechas y dinosaurios: se decanta por la acción táctica (al estilo de 'The Division') con elementos del Team Based Shooter (a lo 'Overwatch'). Eso sí, manteniendo un estilo muy propio.

Los primeros momentos con 'Exoprimal' son abrumadores: tras un tutorial genérico, las partidas sobrecargan la pantalla de explosiones, rayos láser y manadas de dinosaurios. Ocurren muchas cosas a la vez por las que estar atento, y es plausible no dar cuenta de la mayoría de sucesos hasta bien interiorizadas las mecánicas. Superado el abrupto inicial es cuando empieza a florecer la diversión.

Exoprimal deja fuera de juego a los lobos solitarios: sus partidas combinan instancias PvE con los enfrentamientos competitivos característicos del género. Partimos en equipos de varios jugadores en los que cada uno es libre de seleccionar a un mecha (o armadura) distinto, agrupándose éstos en tres tipos de roles: asalto, tanque o apoyo. Nada más salir al terreno de juego nos invadirá lo que se ha bautizado como marea jurásica: un cúmulo de reptiles -conducidos por una endiablada IA- con los que habrá que lidiar antes de toparnos con el equipo rival.

Como todo buen multijugador de acción, no nos limitaremos al enfrentamiento PvP abstracto, sino que las partidas incluyen modalidades de juego en las que tendremos que cumplir objetivos diversos, desde la escolta hasta el duelo por equipos (se añadirán más con el lanzamiento del juego completo, en julio). La dinámica está clara: contener a la horda sáurica a la vez que mantenemos la ventaja sobre el grupo enemigo.

El desarrollo de la marea jurásica dentro de las partidas es fluctuante: los rivales pueden entorpecer nuestro progreso potenciando el valor de ataque de la horda. Estéticamente la presencia de los reptiles es un plus y hay suficiente variedad de bichejos como para no aburrirse, aunque esto se queda en lo meramente visual y quizás podrían haberse incluido otros elementos con los que interactuar.

Aunque la acción apenas deja respiro durante los 15 a 20 minutos de cada ronda, lo cierto es que el primer segmento de las refriegas termina por volverse repetitivo, lo que plantea problemas en el juego a largo plazo. Por suerte, es una fase que suele resolverse rápido si los miembros del equipo cooperan adecuadamente.

Puede dar la sensación de que Capcom depende demasiado del impacto inicial (robots contra dinosaurios) para encubrir un PvE poco inspirado: una vez hechos a la lógica de los combates, lidiar con la IA, por muchas molestias que ocasione, puede conducirnos a unos balances de juego notorios. Por su parte, el combate PvP rinde lo suficientemente bien como para justificar, al menos, un buen puñado de horas de juego.

La beta a la que hemos tenido acceso no revela la totalidad de lo ofrecido, aunque sirve para hacerse una ligera idea de lo que está por llegar. Los amantes del multijugador deberían estar atentos a lo que puede significar una de las propuestas más frescas del inminente período estival.

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