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I.G.
Domingo, 24 de noviembre 2019
Carlos Ocelote Rodríguez (Madrid 1990) será el otro 'alcalde' de esta particular batalla de destrezas del Fun & Serious Game Festival 2019, al frente ... de su 'pueblo' de ocho aguerridos jugadores. Su figura trasciende el perfil del 'influencer': hace cinco años decidió dejar de jugar profesionalmente para crear el mejor equipo del mundo. Y casi lo logra: G2 'eSports' quedó segundo en el Mundial de 'League of Legends' el pasado 10 de noviembre en París, frente a los chinos de Fun Plus Phoenix.
Carlos se aficionó a los videojuegos a los 12 años y empezó a entrenar en serio a los 14 para competir con 'World of Warcraft'. Aunque sacaba muy buenas notas, los reparos de sus padres ante su creciente obsesión por la pantalla solo empezaron a decaer cuando, con 17, un equipo le pagó el viaje a una competición en Alemania y regresó con un premio de 2.000 dólares. En el primer evento en el que participó había doce personas siguiendo la partida; hace dos semanas, el Worlds 2019 de 'LoL' acaparó a casi cuatro millones de espectadores, récord mundial de audiencia de un evento de 'eSports'.
A los 20 cobraba un sueldo fijo de 2.500 euros jugando para un equipo. Solo era el principio. Poco después ingresaba 700.000 euros anuales al frente de su propia marca, OceloteWorld, en concepto de retransmisión de partidas, premios en torneos, patrocinadores, publicidad y 'merchandising'. Se convirtió en un precoz millonario, pero no se le fue la cabeza. Además de ayudar a su familia, se dedicó a ahorrar. Hace unos meses confesó en el programa 'La Resistencia' que su fortuna oscila entre los 12 y los 30 millones de euros. No quiso afinar más.
A base de entrenar hasta doce horas al día, llegó a la cima mundial en 'World of Warcraft' y 'League of Legends'. «Ser jugador profesional y jugar una partida importante cada semana implica mucho estrés. Eso no lo puedes aguantar toda la vida. El día en que me levante de la cama y me diga que no quiero jugar más, que no siento hambre de victoria, lo dejaré», dijo a 'ABC' en febrero de 2014.
Ese día llegó pocos meses después. Ser un 'gamer', uno de los mejores, no era suficiente para él y se planteó un nuevo reto: crear el mejor equipo de videojuegos del mundo. Ahora dirige G2 'eSports', con 12 trabajadores en plantilla y 50 jugadores. Este año, entre otros logros, ha quedado segundo en la final mundial de 'League of Legends' en París. El equipo casi ha triplicado su valor en el último año, de 60 a 165 millones de euros, según 'Forbes'. «Mi objetivo es que G2 valga mil millones de euros en seis años», confesó en 2018. Carlos vive en Alemania, está casado con la francesa Rosalie Benaros, 'Princess Rose', campeona del mun do de Counter-Strike, y tiene un hijo de tres años.
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