'El Escudero Valiente': Un cuento interactivo que cautivará a grandes y pequeños

Fruto de la implacable competencia, el segmento del videojuego independiente lleva años convertido en refugio de las ideas más originales. Cada estudio emergente busca destacar con propuestas alocadas, con alma y visualmente disruptoras. Como 'El Escudero Valiente', un verdadero cuento interactivo que llamó la atención desde el primer tráiler: su protagonista alterna entre una jugabilidad bidimensional y tridimensional según se encuentre dentro (o fuera) de las páginas del libro que habita.

Semejante carta de presentación bastó para que le siguiéramos la pista al proyecto de James Turner, diseñador en varias entregas de Pokémon y director de laureado 'HarmoKnight' para Nintendo 3DS. El resultado ha sido una aventura de acción, rompecabezas y plataformas diseñada para sorprender a cada capítulo, donde la ruptura de la cuarta pared es una constante por parte del apasionado narrador y los personajes.

El propio escudero, Jota, une fuerzas con un troll amante del heavy metal, una pintora con habilidades mágicas y una suerte de Merlín pinchadiscos. Su objetivo es frenar la amenaza de Gruñonzón sobre el reino de Moyo: el malo malísimo ha encontrado la forma de moverse a placer entre la ficción y la realidad, alterando sendas dimensiones para hacerse con el control absoluto. Esto nos llevará a recorrer diferentes regiones del mundo (pantanos, playas, montañas...), además de deambular por el escritorio del plano físico en que se ubica el libro de marras.

Los pilares de la jugabilidad son los combates y la resolución de puzzles: los primeros se antojan parcos en opciones más allá de atacar al rival mientras esquivamos sus envites, pero los segundos están bastante más elaborados. No por suponer un reto considerable (el título se ha diseñado de forma que hasta los más pequeños puedan disfrutarlo), sino por la forma en que nos obliga a romper cualquier idea preestablecida en el género: algunas narraciones se sobreimpresionan en el terreno de juego, pudiendo cambiar la posición de determinadas palabras para seguir abriéndonos paso. Pongamos un ejemplo simplificado: si en una sala encontramos el mensaje 'el escudero topó con dos cajas metálicas', nada nos impide agarrar ese 'dos' y cambiarlo por la palabra 'tres' que vimos un par de páginas atrás, lo que hará aparecer tres cajas con las que atravesar un abismo. Porque sí, el protagonista puede moverse libremente entre páginas para dar con la solución a cada disyuntiva, además de voltearlas para sobreimpresionar elementos en la contraria o desplazar ítems tirando de gravedad. Todo esto pondrá a prueba la comprensión lectora, la agudeza y el ingenio de los niños; pero también de los adultos, ya que algunos desafíos tienen miga.

La aventura también alberga combates contra jefes finales que, mayormente, se presentan como minijuegos inspirados en grandes clásicos del ocio electrónico: lo mismo disputamos un combate de boxeo a lo 'Punch Out!' que disparamos a lo loco en un improvisado 'bullet hell'; probamos suerte en una variante de 'Puzzle Bobble' o ponemos a prueba nuestras dotes rítmicas. Todo ello encandilados por un arte que funciona mucho mejor en la colorida vertiente 2D, donde lo horizontal y lo vertical se alternan mediante transiciones narrativas de lo más efectista; abundan las referencias al arte, la música y por supuesto la literatura, lo que conseguirá sacaros una sonrisa en más de una ocasión.

Por contra, los segmentos 3D resultan algo más anodinos en cuanto a texturas y modelados, evidenciando al tiempo unos controles algo imprecisos en los instantes de plataformas y sigilo. Pasado el efecto 'guau' inicial de ver mutar al escudero, uno termina deseando volver a las 2D para continuar la historia propiamente dicha. Una cuya estructura viene supeditada a la consecución de habilidades (como la capacidad de paralizar o hacer explotar ítems) hasta casi el último momento, lo que hace que algunas pasen desapercibidas. La sensación de estar ante un tutorial en constante evolución nunca termina de irse, algo que podría haberse subsanado con varios capítulos adicionales que nos obligasen a conjugar todo lo aprendido.

A la postre, en cualquier caso, la animada banda sonora y el soberbio doblaje al castellano rematan una experiencia a la altura de lo prometido; te deja con la boca abierta cada dos por tres a golpe de mecánicas impensables. Hubiese sido interesante que padres e hijos pudiesen jugarla en cooperativo, pero nada nos impide acompañarlos durante las 7 u 8 horas que les aguardan (cuentan además con ayudas opcionales, como la invencibilidad o las bajas enemigas a un solo golpe).

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