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Mucho antes de que 'Wii Sports' congregase a nietos y abuelos frente al televisor, 'Tetris' desató furor entre las nuevas generaciones del videojuego. Con mayor mérito, al no necesitar de sensores por movimiento para que cualquiera se pusiese a los mandos. La clave residió ... en una mecánica sencilla aunque tremendamente adictiva: apilar las piezas que caen del cielo para formar líneas. Así hasta que la pila rebasa el nivel superior de la pantalla.
Por algo el 'Tetris' de Alekséi Pázhitnov es el software de entretenimiento más vendido de todos los tiempos. Desde su programación allá por los 60 (y tras distribuirse versiones de dudosa legalidad), el título supera los 170.000 millones de copias vendidas en todo el mundo. Poco importa que el género de los rompecabezas se encuentre de capa caída: 'Tetris' recibe el respaldo de público con cada nueva iteración y las principales editoras siguen pugnando por su licencia. La última, Ubisoft, que en 2014 lanzó 'Tetris Ultimate' para la mayoría de plataformas en el mercado.
La versión de la mutinacional francesa pecó de lo mismo que sus predecesoras: la falta de novedades palpables más allá del plano técnico. Como mucho alguna modalidad multijugador, caída en desgracia por el empuje del consabido Battle Royale. ¿Cómo entusiasmarse, entonces, ante el anuncio de 'Tetris Effect' por parte de Enhance Games? La pregunta correcta sería cómo no hacerlo.
Tetsuya Mizuguchi es de los pocos desarrolladores que nunca desfraudan. Deja su marca en cada proyecto, cautivando nuestros sentidos al fusionar imagen, sonido y mecánicas. No deja de resultar curioso que el máximo responsable de 'SEGA Rally Championship' encaminase sus pasos al género musical, con absolutas extravagancias como 'Space Channel 5' y 'REZ' (consideradas dos de las mejores 'exclusivas' para Dreamcast). De ahí pasó a puzles imprescindibles como 'Lumines', para PlayStation Portable y 'Meteos', para la portátil de doble pantalla de Nintendo. Sin olvidarnos del viaje psicotrópico de 'Child of Eden', desarrollado en torno a la malograda cámara de Microsoft (Kinect).
Hablar de Tetris Effect es hacerlo, precisamente, de Lumines. Salvo por la forma de extinguir figuras, ambos títulos comparten ADN: la partida discurre sobre un fondo repleto de luz y color, cambiante según nuestro desempeño a los mandos. Cada volteo y colocación de 'tetrimino', supresión de línea o ejecución de combo tiene asignado su propio sonido, que impacta en la base musical y nos convierte en pinchadiscos improvisados. Todo sin apartar la vista del área de juego, donde seguimos cometiendo el mismo error que hará veinte años: apilar con esmero a la espera de una pieza «larga» que siempre llega demasiado tarde.
Si la fórmula enganchaba de por sí, imaginad sumergiros en la experiencia gracias a PlayStation VR. El juego no pierde atractivo en un televisor, pero la realidad virtual nos acerca a estampas de lo más variopintas: desde nadar con delfines al ritual de una tribu desértica, pasando por arboledas en penumbra y buques espaciales. Cada ambientación conforma una de la treintena de fases disponibles en el modo principal, 'Viaje', donde descubrimos la principal adición de Mizuguchi: al sumar puntos rellenamos una barra de 'Zona', mecánica que al activarse paraliza momentáneamente la caída de tetriminos y nos salva de las situaciones más peliagudas. Cada línea que compongamos en este estado se traslada a la parte inferior de la pantalla, dándose pie a multiplicadores adicionales.
La modalidad secundaria es 'Effect', donde comparamos nuestros progresos con el resto de jugadores alrededor del globo. Incluye categorías de juego clásicas como 'Maratón' (mejor puntuación en 150 líneas); 'Ultra' (mejor puntuación en tres minutos); 'Sprint' (eliminar 40 líneas en el menor tiempo posible) y otras vinculadas a nuestro estado anímico. Así, 'Relajación' comprende varias listas de reproducción; 'Concentración' exige retos muy determinados y 'Aventurero' riza el rizo con 'bloques infectados' e incluso un modo supervivencia sólo apto para cardíacos. Excusas para seguir jugando a fin de cuentas, entre las que echamos en falta opciones multijugador tanto locales como online.
Visualmente, 'Tetris Effect' (apodado así por el efecto documentado de percibir la caída de tetriminos incluso después haber apagado la consola) luce impresionante a resolución 4K y 60 frames por segundos, al tiempo que saca partido al efecto de Alto Rango Dinámico o HDR. El resultado es un título que se disfruta tanto jugando como contemplando. Insistimos en que el despliegue 3D de PlayStation VR no tiene igual, pero sería una pena que el juego pasase desapercibido para el resto de usuarios. Igualmente, jugadlo con auriculares si podéis, apreciando cada matiz y lo impecable del tracklist electrónico.
Tetris Effect insufla el espíritu de Lumines a la fórmula que todos recordamos. El resultado es un juego deslumbrante y adictivo, que figura desde ya como unas de las mejores versiones del puzle clásico.
Reprochamos la falta de modalidades multijugador (online o locales), pero todo se desvanece al enfundarnos el visor de realidad virtual y volvernos uno con los escenarios. La experiencia tampoco desmerece en un televisor 4K HDR, a 60 frames por segundo y con variantes de juego para aburrir.
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