Railway Empire o cómo gestionar tu propia red ferroviaria en Nintendo Switch

El sorprendente nuevo medio de transporte no tardó en llegar a los Estados Unidos de América, que en 1830 ya contaba con las primeras empresas de ferrocarril y que tan solo unas décadas más tarde uniría sus mitades Este y Oeste con una red de líneas transcontinentales, conformando un eje de comunicaciones que revolucionaría su industria, su comercio y su sociedad y que sería el cimiento de la gran potencia que es hoy el país norteamericano.

Ahora, tan solo un par de siglos más tarde, tenemos la oportunidad de revivir esta proeza histórica gracias a Railway Empire: Nintendo Switch Edition. Un videojuego de estrategia y gestión ferroviaria creado por Gaming Minds Studios, que vio la luz en 2018 pero que Kalypso Media rescató el pasado junio para permitirnos construir nuestro propio imperio sobre raíles también en Nintendo Switch.

La campaña principal de Railway Empire nos emplaza directamente en plena revolución industrial estadounidense, con la industria en pleno auge y la carrera por el control ferroviario a punto de comenzar. Sus cinco capítulos abarcan más de cien años de historia en los que formaremos parte de la Union Pacific Railroad. Una de las muchas compañías de ferrocarril que trataron de expandirse a lo largo del enorme territorio americano en su búsqueda de la supremacía ferroviaria.

En todo momento nuestro objetivo será claro: desarrollar y expandir de costa a costa una red de vías y estaciones eficiente y rentable, que nos permita aprovechar al máximo la floreciente economía del país. Así, con la vista puesta en el futuro, iremos avanzando en la aventura mientras completamos los diferentes retos y objetivos específicos que nos plantea cada misión.

Durante este viaje interconectaremos tanto las principales ciudades del territorio entre sí, como estas con todos los puntos estratégicos repartidos por el mapa. De este modo nuestros trenes podrán transportar, además de personas, materiales y recursos de unos lugares a otros y abastecer así las necesidades de cada uno de los enclaves industriales.

Porque cada ciudad ubicará distintas industrias (aserraderos, cárnicas, fábricas de muebles, etc.), que requerirán de diferentes tipos de materias primas para elaborar sus productos manufacturados. He aquí la importancia de establecer conexiones con las zonas rurales, donde se hayan las canteras, minas o ganaderías, con las cuáles habrá que asegurar el flujo de mercancías hacia los centros de población para garantizar la estabilidad de la producción.

Y para configurar una perfecta y bien estructurada red ferroviaria, Railway Empire ofrece numerosas posibilidades: distintos tipos de vías y estaciones de ferrocarril, más de cuarenta trenes con funciones específicas, así como centros de mantenimiento, fábricas o atracciones turísticas para incorporar en los asentamientos. Y así, un largo etcétera.

Igualmente, como no podía ser de otra forma en un título de estas características, existen una gran cantidad de opciones tanto de administración presupuestaria como de gestión de recursos. Y en este juego especialmente no podremos descuidar el apartado económico.

A medida que avanzamos tendremos que destinar presupuesto a contratar personal para la compañía (mecánicos, maquinistas, tripulación de a bordo o seguridad); a mantener las infraestructuras y a mejorar las máquinas y vagones de nuestra flota. Además, para progresar será necesario invertir en la industria de cada ciudad e investigar en mecánica e innovaciones tecnológicas, tanto para los trenes como para las infraestructuras y los servicios. Avances que ampliarán el poder adquisitivo de la compañía y serán el pasaporte para extender aún más nuestro control sobre el comercio nacional.

Eso sí, la tarea no será fácil y menos con una competencia tan feroz. La inteligencia artificial del título funciona francamente bien y logra crear un escenario creíble y en constante evolución. Cualquier cosa podrá interferir en nuestro negocio, desde políticos corruptos con dudosas licencias de concesión hasta los magnates rivales, que al igual que lo haremos nosotros, trabajarán sin descanso e intentarán por todos los medios alzarse con el monopolio ferroviario del país.

Esto nos obligará a plantear una buena estrategia de crecimiento, tomar decisiones arriesgadas, pactar con los competidores e incluso emprender acciones moralmente cuestionables, como el sabotaje o el espionaje industrial. Un pequeño aporte de desafío que ayuda a que el juego se sienta dinámico y activo.

Sin embargo, lejos de ser arduo o complicado, Railway Empire es un título con mecánicas intuitivas y fáciles de aprender. La curva de dificultad es acertada en todos los sentidos, haciendo que los jugadores más casuales se sientan cómodos desde los primeros minutos y que los más osados puedan verse recompensados si deciden optar por las herramientas más complejas que incluye el juego y que lo hacen más realista.

En este sentido, Railway Empire incorpora un modo de juego libre, que nos permite iniciar una partida personalizada, pudiendo seleccionar todos y cada uno de los parámetros de la misma, como el año de comienzo de la aventura, el presupuesto de la compañía y de sus rivales o el nivel de realismo en la simulación del propio juego.

En lo que respecta al apartado audiovisual Railway Empire: Nintendo Switch Edition logra mantener un nivel más que notable, obviamente dentro de lo que se exige a este tipo de títulos. Por un lado, cabe subrayar que llega completamente traducido a nuestro idioma, con un nivel de doblaje más que sobresaliente. Por otra parte, en lo referente a lo estético destaca el trabajo en el diseño de las locomotoras y los vagones. Todos y cada uno de los trenes son replicas detalladas de modelos reales de la época y lucen en escena con soberana elegancia e increíblemente plagados de detalles.

Por el contrario, esta Nintendo Switch Edition acusa algunos problemas en el apartado gráfico que parecen ser una inevitable consecuencia de la adaptación de la entrega original a la versión portátil de la consola híbrida nipona. Por lo general, fuera del dock el juego sufre cierta bajada de resolución, la calidad visual de los mapas (que son realmente grandes) se ve degradada y las texturas tardan en cargar en algunas ocasiones. No obstante, esto no nos impedirá disfrutar del título, que se ve suficientemente bien.