Naught
Análisis

'Naught': una vuelta de tuerca a las plataformas 2D

El estudio valenciano WildSphere publica su último proyecto al amparo de PlayStation Talents Alianzas

jorge garmendia

Lunes, 24 de agosto 2020, 09:30

Al abrir las primeras páginas de un cómic, sus oscuras pero bellas ilustraciones nos narran cómo una triste joven entierra a su gato a los pies de un viejo árbol. El cuerpo sin vida del animal descansa ahora bajo el suelo, pero el tiempo ... hace que éste se vea absorbido por la tierra y llegue hasta las raíces de la planta. Allí, milagrosamente, parece recobrar la vida en un extraño y laberíntico mundo subterráneo, el cual deberá recorrer acompañado por el espíritu del árbol. Pero las viñetas acaban aquí, y para conocer cómo continúa la historia y qué futuro le deparará al alma del pequeño felino habrá que reconstruir el cómic página a página.

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Así de sombría y emocional es la presentación de Naught, el original videojuego de plataformas en dos dimensiones que el estudio español WildSphere ha desarrollado con el apoyo del programa Playstation Talents y cuyo diseño y mecánicas suponen un giro fascinante con respecto a lo que nos tiene acostumbrados el género.

La puesta en escena de Naught resulta impactante desde un primer momento, pero es una vez a los mandos cuando el título brilla en todo su esplendor. Su estilo artístico monocromático y minimalista, compuesto por negros y grises y salpicado tan solo por algunos colores y luces reveladoras, nos sumerge en un metafísico e inquietante universo que es en sí mismo una metáfora de la esperanza de la vida, la desolación de la muerte y la incertidumbre del más allá. Algo que se ve enfatizado por una banda sonora cibernética que redondea la atmósfera creada por el juego y cuya gran variedad de estilos se agradece con el paso de los minutos.

Pero por lo que Naught se desmarca realmente es por sus abstractas mecánicas, con las que el equipo de WildSphere nos invita a resetear nuestros conocimientos sobre los sistemas de plataformas tradicionales.

En el sistema de juego de Naught todo depende la ley de la gravedad. Ahora ya no dirigimos al personaje, sino que pasamos a controlar el entorno, moviendo el escenario y jugando con la gravedad para conducir al protagonista. Así, rotando el mapa suavemente, haciéndolo girar bruscamente 180 grados y con la posibilidad de realizar saltos, haremos que éste se mueva despacio, corra o se deslice para avanzar a través del mapa y superar cada uno de los obstáculos y desafíos.

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Con estas tres formas de control deberemos ser capaces de guiar al felino hasta el final de cada nivel a través de túneles, salientes, plataformas móviles, zonas ocultas... Claro que la única dificultad no consiste en el manejo del entorno en sí, sino que a esto se le suman peligros como trampas, pinchos, plantas carnívoras y una serie de criaturas que no dudarán en hacernos la travesía aún más peliaguda. Es por eso que, tanto controlar los tiempos y la velocidad de los movimientos, como gestionar cada uno de los parámetros del entorno y las consecuencias de cada volteo, serán cruciales en el desarrollo de la aventura.

Por si fuera poco, en los niveles hay una serie de materiales coleccionables que deberemos tener en cuenta. Por un lado, en cada etapa se encuentran escondidas tres gemas que nos permitirán desbloquear algunos extras, como las intrigantes nuevas páginas del cómic. Por otra parte, también se hayan repartidos fragmentos de luz que relucen silenciosamente en un vibrante tono azul. Cuantos más de éstos recolectemos mayor será nuestro medidor de vida: si corremos la peor de las suertes en medio de una etapa, podremos reaparecer en alguno de los puntos de control ya visitados. De lo contrario, si no contamos con suficientes de estos fragmentos para intercambiar por la resurrección, nos veremos obligados a reiniciar el nivel desde el principio.

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Los cuarenta niveles que componen el submundo de Naught son muy diversos y se van complicando a medida que avanza la aventura, la cual se pone exigente antes de lo esperado. A decir verdad, tanto por su atípico sistema de control como por sus intrincados niveles, Naught es un juego desafiante y difícil de dominar. Sin embargo, la curva de dificultad está equilibrada a la perfección y según avanzamos también nos iremos adaptando a las mecánicas, lo que hace que la experiencia se mantenga en todo momento sobre la delgada línea que separa lo frustrante de lo adictivo.

Y por si al acabar nuestro trayecto por las cavernas de Naught aún tenemos ganas de más, tras el final, se nos desbloqueará el modo contrarreloj. Una modalidad en la que podremos enfrentarnos a los niveles ya superados con un límite de tiempo. Un reto solo apto para los más hábiles y pacientes.

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Nuestra valoración

Naught es un arriesgado y fascinante videojuego de plataformas en 2D que se sale del molde para ofrecer una experiencia original; que pone a prueba los sentidos y la coordinación del jugador. Los españoles WildSphere han logrado crear una magnífica y destacable obra gracias a la combinación de un sistema de control único basado en la gravedad y la física, donde controlaremos el escenario y no el personaje, y de un diseño gráfico minimalista, lleno de luces y de sombras, que se conecta con la emocionante historia de un alma despertada en el más allá.

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