'Monster Energy Supercross - The Official Videogame 3': realismo sobre dos ruedas

Desde 2018 y de manera anual recibimos la serie 'Monster Energy Supercross', de la que hoy analizamos su tercera entrega. Un título que cuenta con una base sólida y que lleva la medalla de ser el juego oficial de uno de los campeonatos de motocross más reconocidos a nivel mundial.

En 'Monster Energy Supercross - The Official Videogame 3' disponemos de todas las licencias de pilotos y pistas del campeonato de 2019, lo que nos da más de 80 pilotos y 15 trazados diferentes divididos en varias categorías. Además, se han incluido todos los equipos oficiales, algo muy de agradecer.

El modo 'trayectoria' sigue escrupulosamente el calendario real de dicha competición, tanto en fechas como pruebas y clasificatorias, lo que queda empañado por el hecho de que (al igual que en anteriores entregas) lo que jugamos es una competición finalizada hace mas de 6 meses. Así, tenemos la sensación constante de ir 'a rebufo', habiendo comenzado la temporada de 2020 un mes antes del lanzamiento del título.

Una de las primeras cosas que el juego nos invita a hacer es crear nuestro alter-ego con un editor que, sinceramente, se antoja bastante pobre en ciertos aspectos. Con nuestro piloto ya listo, navegamos por los diferentes modos a disposición, incluido un apartado multijugador magnífico. Mayormente por haberlo dotado de servidores dedicados, lo que se demandaba bastante (hasta la fecha, la mayoría de partidas se rellenaban con bots manejados por la máquina). La mala noticia es que dichos servidores no están presntes en la versión de Nintendo Switch, decisión que Milestone no ha querido justificar.

Siguiendo con el multijugador, nos encontraremos con los clásicos modos 'carrera estándar', 'triple corona' o 'showdown', a los cuales se añaden 'eliminación', 'puntos de control' y 'búsqueda del tesoro'. Se incluye también una modalidad de 'conducción libre' (donde entrenar tanto solos como acompañados) y la posibilidad de crear salas privadas, donde fijar nuestras propias reglas y, por ende, articular competiciones de lo más alocado.

Quien no se haya acercado a un título de este género se encontrará con un juego complejo. Se mueve en el campo de la simulación pura, por lo que su dificultad es elevada (aún activando todas las ayudas posibles). Nos atrevemos a decir que es uno de los títulos mas enervantes de su categoría, algo así como el 'Dark Souls' del motocross. Si asumimos esta premisa y somos pacientes, el desarrollo nos recompensara con horas y horas de contenido también en solitario: el mentado modo trayectoria, pruebas individuales, contrarreloj, campeonatos y un buen puñado de desafíos de diferentes tipos.

Si todo esto os parece poco, los más creativos disfrutarán del editor de escenarios: podemos crear el circuito de nuestros sueños y compartirlo en la red para con el resto de pilotos. Eso sí, hubiésemos agradecido opciones adicionales, como competir en zonas abiertas o trastocar la climatología.

Pero volviendo al componente de simulación, el juego alberga opciones técnicas y mecánicas para aburrir. Antes de cada carrera podemos revisar el apartado mecánico, donde ajustar la dureza de las suspensiones, amortiguación, transmisión, frenada y un largo etcétera. En el aspecto técnico deberemos dominar el control que ejerce el propio peso del piloto, mientras que la forma de saltar o aterrizar darán buena cuenta de nuestras posibilidades de victoria.

Una de las grandes pegas que encontramos es la escasez de tutoriales y lo inservibles que resultan los pocos que hay, puesto que confunden más que otra cosa. Es una pena que un deporte con tanto tirón excluya de manera tan descarada a cualquier interesado (pero inexperto) en esta práctica deportiva. Y es que la curva de aprendizaje es tan salvaje que no solo pretende que seamos unos virtuosos, sino que también aprendamos por ciencia infusa conceptos que el juego no explica por ningún sitio. Si esta es vuestra primera toma de contacto con el mundo del motocross, armaos de valor y acostumbraros a quedar en última posición durante muchas carreras.

A nivel técnico y gráfico el juego cumple, ofreciéndonos momentos muy vistosos y una tasa de frames elevada para la cantidad de pilotos simultáneos en pantalla. También satisfacen las animaciones y los efectos de iluminación (de focos, fuegos artificiales...), llegando a apreciarse detalles como el movimiento de la ropa en función de la velocidad. Por contra, los rostros de los pilotos son bastante pobres (carentes de detalle y expresividad), lo que unido a las físicas de caída hace que a menudo prefiramos mirar para otro lado. En cualquier caso, a poco que trasteemos con el impepinable 'modo foto', obtendremos unas instantáneas espectaculares.

En el ámbito sonoro el juego pasa bastante desapercibido, con unos rugidos de motor repetitivos e idénticos, sin importar el tipo de moto que conduzcamos. Finalmente, los comentaristas hablan en perfecto inglés, aunque todos los textos se han traducido al castellano.