Next Level Games surgió en 2002, cuando Midway les encomendó el desarrollo de 'NHL Hitz Pro' (un simulador de hockey sobre hielo). Unos años después materializaron su primer éxito bajo el seno de Nintendo, el arcade futbolístico 'Super Mario Strikers', lo que selló ... una relación duradera con la multinacional japonesa.
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Así las cosas, el estudio canadiense se aproximó a franquicias como Punch-Out!! (resucitándola mediante la Balance Board de Wii), Metroid ('Federation Force' explotó la faceta multijugador de Nintendo 3DS) o Luigi's Mansion. La secuela del original de GameCube encandiló a prensa y usuarios como uno de los mejores títulos para la portátil estereoscópica, motivo por el que Miyamoto y compañía dieron luz verde a una tercera entrega para Nintendo Switch.
Llegamos así a este Luigi's Mansion 3, donde el 'hermano cobarde' reivindica nuevamente su protagonismo. La aventura comienza con Peach, Toad, Mario y el propio Luigi rumbo a sus vacaciones en un lujoso hotel. Por supuesto, la visita no tarda en truncarse: la mayoría de huéspedes quedan presos del maléfico Rey Boo, sediento de venganza tras los acontecimientos del anterior juego. A sus órdenes tiene a todo el personal del establecimiento, incluida una directora empeñada en empolvarse el rostro.
Sabedor de que toda la responsabilidad cae sobre sus hombros, tras reencontrarse con el carismático profesor Fesor, el fontanero agarra la succionaentes 'GOM-1L' y escudriña las 17 plantas del Hotel Gritz. La mecánica no difiere mucho de los anteriores capítulos: nuestro cometido es atrapar a los entes que campan a sus anchas por un mapa segmentado en estancias. Amén de ítems ocultos a conciencia, muchas de éstas encierran rompecabezas que hemos de resolver para seguir avanzando.
En ambos frentes, el de los envites fantasmales y el de los puzles, este Luigi's Mansion 3 implementa mejoras sustanciales. Primeramente por habilidades como la 'sacudida', que permite estampar a nuestras presas contra el suelo al tiempo que restamos vitalidad a los enemigos colindantes. El 'propulsor' también facilita las cosas, zafándonos de agarres o esquivándolos. Por su parte, el 'chupoun' se adhiere a objetos para despejar el camino y despoja a los adversarios de sus escudos, tales como gafas de sol que nos impiden cergarlos con la linterna (paso previo al aspirado propiamente dicho). Sumadas a la disponibilidad de un segundo stick analógico, estas novedades agilizan los combates respecto a Luigi's Mansion 2, donde el esquema de control se antojaba limitado al vernos rodeados de enemigos.
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En cuando a los rompecabezas, se ha optado por la fórmula típica de muchas secuelas: la cooperatividad. Aquí se justifica con 'Gomiluigi', versión ectoplásmica del protagonista que reposa en el compartimento de su aspiradora, siempre dispuesto a echarnos un cable. Tiene a su favor el poder caminar sobre pinchos y escurrirse a través de barrotes o cañerías (lo que invita a una exploración minuciosa del entorno); ahora bien, su némesis son los líquidos: se disolverá de inmediato si entra en contacto con el agua, algo a lo que sacarán partido algunos jefes finales.
Además de unos pulzes dotados de mayor profundidad, la inclusión de Gomiluigi permite un modo a dos mandos: basta pasar el joy-con a un amigo para completar el juego al unísono, de forma menos forzada que lo visto en 'Super Mario Odyssey'. De éste, Lugi's Mansion 3 adopta el gusto por la variedad. Cada piso del hotel muestra una ambientación diametralmente opuesta y descubrirlas todas se convierte en una de las razones que nos impiden apagar la consola. Encontramos una pirámide, espectáculos de magia, un castillo medieval, encontronazos prehistóricos... y muchas otras situaciones que os dejaremos descubrir por vosotros mismos.
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Quizás el único punto flaco del desarrollo sea que los mapas de muchos pisos resultan demasiado escuetos, diluyéndose las sensaciones de exploración que encumbraron a los dos primeros títulos. Se abusa de los mentados jefes (a menudo cuasi concatenados) y se pierde una oportunidad de oro para el 'backtracking': salvo un par de ocasiones y sin reparar en la búsqueda de coleccionables, revisitar plantas es completamente opcional. De igual modo, algunos 'bosses' se perciben poco inspirados... lo que no equivale al aburrimiento.
Y es que en Luigi's Mansion 3 el mero hecho de aspirar entraña diversión. Next Level nos permite succionar prácticamente cualquier cosa, desde jarrones a telarañas pasando por piezas del mobiliario. Así, algo nos impulsa a dejar cada habitación limpia como una patena, lo que también pasa por recolectar monedas y billetes. Éstos pueden canjearse en la tienda del laboratorio por huesos dorados ('continues') o pistas para encontrar todas las joyas y 'boos' desperdigados, si es que buscamos completar la aventura al 100%.
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Hasta los títulos de crédito y sin demasiada cautela nos aguardan unas 12 horas de juego, pero serán bastantes más a poco que os comprometáis. También disponemos de dos modalidades multijugador, que prometen expandirse mediante contenido adicional descargable: 'Luigi contra Luigi' engloba tres minijuegos por equipos bastante entretenidos ('Atrapafantasmas', 'Pescamonedas' y 'Disparacañones'), mientras que la 'Torre de los desafíos' nos reta a limpiar pisos infestados de fantasmas, en compañía de otros seis jugadores (online o en modo local) y con el crono a desfavor.
El mimo en cada detalle se aprecia especialmente en el plano técnico, donde Mansion 3 se configura como una de las mejores exclusivas para Nintendo Switch. Aún en modo portátil (se ve de lujo en el modelo 'Lite'), la sensación de interactuar con cinemáticas está más que presente. Los efectos de iluminación sobrecogen y los modelados (nítidos y coloridos) no presentan aristas destacables. Esto por no hablar de las ingentes animaciones de Luigi: apetece soltar el mando solo para verlo temblar o balbucear, cuando no tirar de su 'Virtual Boo' (un simpático guiño a la historia 'negra' de Nintendo) para consultar el mapa.
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A nivel sonoro predominan las melodías de corte lúgrubre y unos efectos que hacen obligatorio el empleo de auriculares: oiremos truenos, graznidos, puertas que chirrían, ramas golpeando cristales... todo para meternos en ambientación aunque siempre desde el tono caricaturesco marca de la casa.
Luigi's Mansion 3 es desde ya otra de las grandes exclusivas para Nintendo Switch. Un título que destila cariño por todos sus poros y la primera aventura de Luigi que puede mirar sin sonrojarse a las protagonizadas por su hermano.
Impecable en el plano técnico, con unos combates espectrales la mar de divertidos y unos puzles cooperativos diseñados a conciencia, el juego nos atrapa sin remedio (también por la variedad de estampas que plantea).
Una mayor incidencia en la exploración, idas y venidas inclusive, habrían terminado de redondear la propuesta.
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