Life is Strange 2: la aventura de la fraternidad

Life is Strange 2 nos devuelve al mismo universo del primer título. Si bien, en esta ocasión dejamos atrás los acontecimientos vividos por Max y Chloe en la ciudad costera de Arcadia Bay para emprender una aventura completamente diferente, con nuevos personajes y un alcance mucho más serio y ambicioso.

El acto inicial ('Road') nos pone en la piel de Sean, el adolescente de dieciséis años al que controlamos, y de Daniel, su hermano menor de nueve que desarrolla misteriosas habilidades telequinéticas. Tras quedarse solos a causa de un trágico incidente que cambiará sus vidas de golpe, ambos se verán obligados a huir de la policía y emprender un gran viaje que los llevará desde Seattle, su ciudad natal, hasta México, el lugar de nacimiento de su padre y donde esperan encontrar la oportunidad de un nuevo comienzo.

Continuando con los capítulos 'Rules', 'Wasteland' y 'Fate' seguiremos el camino y determinaremos el futuro de los lobos Díaz hasta que, finalmente en 'Wolves', el último episodio, revelaremos el devenir de la historia y descubriremos cómo la aventura les ha hecho crecer personalmente.

Uno de los puntos fuertes de Life is Strange 2 es su guion. A lo largo de este recorrido de aproximadamente quince horas, el juego aborda temas tan controvertidos como la inmigración, el racismo, la homofobia, la religión o la violencia policial, en un intento sincero de mostrar la realidad más desagradable y cotidiana de la sociedad estadounidense. Cuando se habla de estos temas es fácil caer en el tópico de la discriminación entre bandos, donde todo es blanco o negro. Por el contrario, Life is Strange 2 nos demuestra con su forma de contar las cosas que, pese a la incomodidad, se puede hacer una crítica social respetable y madura. El título nos brinda un enfoque adecuado y bien definido de la diversidad y la heterogeneidad presentes en la realidad actual y lo hace de manera natural, recordándonos que cada persona es única y aporta valor. Y es que muchos serán los personajes que nos encontraremos a lo largo de este viaje. Algo que el juego aprovecha a la perfección para representar un amplio abanico de personalidades, orientaciones, opiniones y culturas. Sin ir más lejos, los dos protagonistas son hijos de padre mejicano y madre estadounidense de descendencia europea.

Pero en esencia, la historia trata sobre la familia y la hermandad. Y es aquí donde la escritura brilla verdaderamente. Destaca sobremanera el gran trabajo realizado por los guionistas en el desarrollo de Sean y Daniel y en la exposición y el tratamiento de la relación entre ambos, que es realmente conmovedora. Además de la forma en que evoluciona un vínculo fraternal que se irá fortaleciendo a lo largo de los cinco episodios que dan forma al videojuego.

La carga emocional está presente de manera constante en Life is Strange 2. La narrativa es sentimental y maravillosa y, quieras o no, te introduce de lleno en las vivencias de ambos hermanos. Sobre todo en lo que respecta a Sean, quien desde el comienzo de la huida tropieza con el papel de padre, educador y protector. Así, instintivamente, tenderemos a proteger al pequeño Daniel de todas las calamidades a las que juntos se verán obligados a hacer frente. Este último, por su parte, irá perdiendo su inocencia y volviéndose más independiente y rebelde.

Como ocurría en el primer Life is Strange, y como es habitual en el género, deberemos tomar innumerables decisiones en el transcurso de la aventura. Una mecánica que se desarrolla de manera orgánica y fluida tanto durante los diálogos como durante algunas de las secuencias jugables. Elegir con cuidado es vital, ya que con cada elección influiremos en el desarrollo del personaje de Daniel y, por ende, en el resultado de la historia. En ciertas situaciones este sistema de toma de decisiones puede parecer demasiado forzado por pura conveniencia de guion, encontrándonos descartes entre opciones más que más evidentes. Sin embargo, afortunadamente, en la mayor parte de las ocasiones estas no se muestran obvias y telegrafiadas, sino que son sutiles y nada reveladoras, por lo que habrá que escoger bien. Las decisiones más silenciosas pueden volver para atorméntanos.

En este sentido, la moralidad jugará un papel muy importante. Y es que, como ya vimos en la primera entrega de la franquicia con Chloe, en Life is Strange 2 también existe el factor sobrenatural. En este caso, con la manifestación de los poderes telequinéticos de Daniel, que el pequeño tendrá que aprender a dominar con la ayuda de su hermano Sean, al que ve como un modelo a seguir. Por eso, deberemos escoger cómo emplearlos para concienciarle de cuando es realmente necesario usarlos o no. Así, si nos comportamos de acuerdo a la moralidad y respetamos a los demás, Daniel aprenderá que no debe utilizar sus poderes contra personas inocentes.

En definitiva, el proceso personal y el valor fraternal al final de la andadura vendrán determinados por cómo decidimos tratar al pequeño Daniel, por los valores que le hemos transmitido y por la lealtad y la fortaleza del vinculo que hemos creado entre ambos hermanos.

Por supuesto, nos encontramos ante un juego con varios finales (hasta siete). Lo que, aunque no podemos decir que le aporte una profunda rejugabilidad, sí que incita al jugador a redescubrir la experiencia en una segunda vuelta tomando un camino diferente en algunas de las decisiones pasadas. Ninguno de estos finales es verdaderamente 'el bueno', sino que todos son agridulces como la vida misma.

En lo que respecta a lo restante del apartado lúdico, Life is Strange 2 es prácticamente calcado a la primera parte, manteniendo intacto el esqueleto de aventura narrativa. El título ofrece la mezcla habitual de diálogos y exploración de ubicaciones individuales y discurre a través de una serie de escenarios y áreas en las que podemos movernos libremente y en los que hay numerosos objetos con los que interactuar. Merece la pena dedicar el tiempo necesario a cada ubicación, ya que están llenas de pequeños detalles que complementan sutilmente el contexto narrativo de la obra.

Técnica y artísticamente el juego también es ciertamente continuista con respecto a su antecesor, aunque supera con creces lo visto anteriormente. La combinación de texturas simples pero correctas con colores adecuados y una iluminación bien recreada generan espacios impresionantes de los que extraer preciosas estampas.

La estética general, las animaciones y las expresiones contribuyen a dar naturalidad y realismo a la experiencia. Con el paso del tiempo los personajes y sus rasgos envejecen, cambian su ropa, sus peinados… Al final del camino Sean y Daniel acaban siendo personas totalmente diferentes a los niños que eran en un principio.

Al igual que en la primera parte, otra de las bazas de Life is Strange 2 es su banda sonora. La partitura, actual y melódica, cubre a la perfección cada uno de los altibajos emocionales que viviremos con los dos hermanos, moldeando la experiencia y haciéndonos aún más partícipes de los acontecimientos.

El juego no viene doblado, aunque sí cuenta con subtítulos en castellano. No obstante, las voces de la versión original aprovechan cada uno de los diálogos y dan un gran valor a la obra con poderosas interpretaciones que ensalzan algunos de los momentos más emotivos de la historia.