![Análisis Leyendas Pokémon Arceus para Nintendo Switch](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202202/09/media/H2x1_NSwitch_PokemonLegendsArceus_ES_image1600w.jpg)
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marc fernández
Miércoles, 9 de febrero 2022, 11:25
Extrañas son las mutaciones que ha tenido la franquicia de los 'pocket monsters' durante la última década. En la época de la extinta GameCube, títulos como 'Pokémon Colosseum' o 'Tempestad Oscura' ya descubrieron el enorme potencial del universo más allá de las portátiles; 'Leyendas Pokemon: Arceus' no hace más que continuar su legado.
Su anuncio, posterior al lanzamiento de Espada y Escudo, no las traía todas consigo dado el desencanto del público con la octava generación (Game Freak no supo estar a la altura frente a grandes entornos 3D). Sin embargo, más allá de algunos contras de poca importancia, la sorpresa con Arceus ha sido grata a todos los niveles.
La gracia residía en que apenas conocíamos nada del producto hasta su lanzamiento, y eso nos ha llevado a descubrir sus lindezas por vez primera puestos a los mandos. La región de Hisui no se limita a una mera evolución mecánica de lo visto en el 'Área Silvestre' de Espada y Escudo, sino que se trata de un gran salto hacia delante que denota el esfuerzo de la desarrolladora por evolucionar (nunca mejor dicho) y adaptarse a las exigencias del contexto tecnológico en que se mueve. Leyendas pone toda la carne en el asador y ofrece una variedad de mapeados y entornos nunca vistos en la saga.
Pero sus virtudes no se limitan únicamente a lo visual, sino que su propuesta jugable es una de las más frescas que recuerde. Arceus introduce los orígenes del mundo Pokémon: nos sitúa antes de todo lo relacionado con gimnasios, entrenadores y ligas, cuando los medios eran algo más primitivos. Toma como contexto el lore de la cuarta generación Sinnoh (aprovechando el reciente remake) y propone, ni más ni menos, recorrer el ancho mundo para hacernos con todos.
Desde los primeros compases del juego, apenas encontramos límites para la exploración. Armados con un puñado de pokéballs y con nuestro inicial a escoger, partimos campo abierto para enfrentarnos a un sinfín de criaturas salvajes. No estamos hablando de un 'open world' al estilo de Breath of the Wild (aunque hay ciertas inspiraciones claras): aquí el mapeado se divide en territorios, como ocurre en Monster Hunter. Una vez abandonada la aldea inicial se activa un pequeño campamento en un borde de la explanada, donde gestionar nuestro equipo, utensilios y tareas encomendadas por el profesor Pokémon de turno.
A diferencia de los títulos principales, aquí el peso de las tiendas decrece y se nos brinda la opción de 'craftear' los materiales para la captura a través de una mesa de herramientas. Además de Starlys, Bidoofs y Geodudes, los entornos estarán plagados de materias primas con las que fabricar todo tipo de bolas, pociones y demás utensilios para que no nos falte de nada en cada incursión: explorando, zarandeando árboles con nuestros Pokémon, capturando o derrotando conseguiremos objetos, además de experiencia para ir subiendo de nivel al equipo. Cada acción aquí asegura una recompensa.
La abundancia tiene su sentido: nuestro objetivo principal reside en completar la Pokédex con un total de 242 entradas, contando legendarios y exclusivos. Sin embargo, cada una de éstas nos invitará a una serie de retos relacionados: por poner un ejemplo, derrotar a una especie con movimientos de un tipo específico. Las capturas, por tanto, adquieren una funcionalidad parecida a la del exitoso Pokémon Go.
Por otro lado, aquí pelear no será una obligación: perfectamente podremos hacernos con todas las especies de una zona haciendo uso del sigilo. Lanzar bolas a enemigos desprevenidos o por la espalda aumenta las probabilidades de captura (y suele ser mucho más rápido), aunque siempre tendremos el combate como alternativa. Por suerte, no nos hará falta la conectividad online para conseguir ciertas versiones evolucionadas.
Según avancemos en nuestras tareas convendrá presentar los resultados a nuestros superiores: ahora trabajamos para el Equipo Galaxia, antes de convertirse en una célula terrorista, con su sofisticado centro de investigaciones; se nos permitirá ascender de rango dentro de la organización, lo que nos brindará acceso a nuevo equipo, cada vez más potente. Una de las mayores virtudes de Arceus es la sensación de avance constante: nunca nos vamos a sentir atascados, siempre habrá algo que hacer, ya sea para seguir la historia, por misiones secundarias demandadas por los pueblerinos de la zona, o por capricho propio de exploración y cumplimentación de la Pokédex.
La mecánica de los combates sigue siendo un pilar fundamental aquí, solo que ahora los entrenadores apenas tienen relevancia y los enfrentamientos con éstos carecen de sentido (por desgracia). Cada zona aumenta el nivel medio de las criaturas de manera exponencial. Además, encontraremos a los 'Alfas', versiones hiper vitaminadas de algunas especies, mucho más complicadas tanto de derrotar como de capturar. Sobrepasar algunos será esencial para el progreso en la historia, así que mejor ir bien preparados antes de forzar un enfrentamiento.
Por temas del argumento, durante nuestros paseos por Hisui aparecerán una serie de eventos por el mapeado que estarán disponibles de manera temporal. Al acceder a ellos nos toparemos con especies exclusivas que aparecerán o no de forma aleatoria, algo parecido a las incursiones con piedras deseo en Espada y Escudo pero sin encontrar versiones Dinamax (aunque sí podrán aparecer versiones Alpha). La invasión de estas áreas será esencial para hacernos con toda la Pokédex, sobre todo en las fases más avanzadas del juego.
Dos cambios importantes quiero destacar aquí, la primera en relación con las estadísticas de cada Pokémon: aunque conservamos las diferentes naturalezas (otra razón para capturar más de un miembro de cada especie), perdemos por un lado tanto las habilidades como los EVs e IVs. Estos últimos se han visto reducidos a una serie de 'rangos' que funcionan como multiplicadores por cada estadística: podrán potenciarse manualmente hasta un máximo de 10, de muy sencilla manera. Por fin nos evitamos todos los dolores de cabeza relacionados con la crianza y la captura.
La otra cuestión es que ahora las criaturas salvajes nos podrán atacar directamente a nosotros, los entrenadores, en caso de que decidamos no usar a ningún Pokémon de nuestro equipo. Por esto mismo ha sido incluida una habilidad para rodar y esquivar sus acometidas. En caso de que no seamos muy maños y recibamos varios de sus golpes, caeremos debilitados perdiendo buena parte del equipo recolectado hasta el momento. Un añadido a la dificultad que, aunque tampoco sea una gran exigencia, nos obligará a estar atentos en las zonas salvajes.
A niveles generales, Leyendas Pokémon Arceus es un título que se torna imprescindible para los amantes de la franquicia. La reconceptualización de su fórmula jugable, que dinamiza el proceso de captura sin renunciar al sistema de combate por turnos, da una vuelta a lo que conocíamos y marca un nuevo estándar a seguir para las próximas generaciones. Game Freak ha acertado de pleno en muchas de sus decisiones y, aunque haya aspectos a nivel de potencia gráfica que flojeen bastante (como un 'popping' excesivo y algunas texturas de baja calidad), ni por asomo afectan a la experiencia global que ofrece el título. Sin duda, de lo más destacable de este primer trimestre del año.
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