Iron Harvest 1920
Análisis

'Iron Harvest 1920' arranca su operación águila

Un complemento independiente para sumergirnos aún más en una I Guerra Mundial alternativa

jorge garmendia

Jueves, 10 de junio 2021, 10:08

Coincidiendo con su lanzamiento, el pasado septiembre analizábamos 'Iron Harvest 1920+', el título desarrollado por King Art Games y publicado por Deep Silver, que nos sorprendía por ser un excelente juego de estrategia en tiempo real, con una sólida campaña narrativa y un ... más que cuidado apartado artístico.

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Unos meses después, volvemos a imaginar aquella distópica y mecánica primera guerra mundial protagonizada por robustos mechas y máquinas de guerra, con el reciente estreno de Iron Harvest: Operation Eagle. Un completo DLC que, además de agregar nuevas piezas al tablero, puede actuar como un juego totalmente independiente.

Lo hace gracias a una nueva aventura para un solo jugador que complementa a las ya existentes (centradas en las naciones de Polania, Saxony y Rusviet), añadiendo más de una docena de horas de juego en las que reescribiremos la historia desde la otra parte del globo. Esta vez seguiremos a la Unión Americana de Usonia, una facción que se mantuvo al margen de la Gran Guerra y se convirtió en una potencia económica y militar pasando desapercibida para las antiguas élites europeas.

La primera de las siete misiones que componen la campaña nos emplaza en Alaska, donde la batalla entre el comunismo y el capitalismo comienza a materializarse. Los Rusviets tratan de apoderarse de los medios de producción del petróleo y el acero y es labor de nuestro protagonista, William Mason, hacerles frente e impedir su expansión en la zona.

Algunos tutoriales básicos nos ayudarán a salir más o menos victoriosos de la feroz cruzada defensiva; después tocará cambiar el hielo por la arena. Mason es enviado al desierto de Arabia, para apoyar a la líder árabe Sita Al-Hadid en su lucha por la independencia del control y las influencias externas. Aunque, como era de esperar, la ayuda ofrecida por almirante George Mason, el padre de nuestro protagonista, esconde intereses económicos y un ambicioso plan imperialista.

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El modo campaña era una de las características destacadas del Iron Harvest original y continúa siéndolo en esta expansión, que pese a contar con un guión relativamente simple se las apaña para ser lo suficientemente atractiva. Ésto gracias a la variedad de objetivos escalonados y encargos especiales que componen cada una de las siete misiones diferentes. Además, todas ellas pueden superarse desde infinidad de enfoques posibles, lo que nos deja libertad para construir nuestra propia estrategia. Suma enteros el modo cooperativo, que da pie a la rejugabilidad.

Más allá del conflicto bélico, el argumento se centra tanto en la tensión entre William y Sita como en el choque de ideales entre el joven Mason y su padre. Estas son las figuras centrales de la trama, lo que se traduce a nivel jugable en las tres unidades de héroe de Usonia, disponibles como novedad en este paquete.

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El exotraje de William lo vuelve corpulento e increíblemente fuerte, haciéndolo un guerrero implacable en el campo de batalla y permitiéndole extraer el máximo potencial de los mechas. Mientras tanto, la gran movilidad y las habilidades de Sita la convierten en la exploradora perfecta, sobre todo gracias a la vista y el sigilo de su fiel ave rapaz.

Desde lo más alto, George Mason lidera la contienda en su imponente fortaleza voladora, una gigantesca aeronave con gran capacidad de destrucción, pero demasiado lenta. Y es que Usonia ha aprovechado su aparente latencia para desarrollar una tecnología militar avanzada basada en poderosas unidades mecánicas aerotransportadas. Potentes vehículos voladores que combinan hélices, rotores, periscopios, ametralladoras, drones, lanzacohetes… con animaciones tan geniales y extravagantes como las vistas en los titánicos robots del Iron Harvest inicial.

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Éstas son impresionantes máquinas de guerra que surcan los cielos para sacudir las dinámicas de la guerra y encabezar los ejércitos, disputándose el protagonismo de las contiendas con las hasta entonces estrellas del espectáculo, los monstruosos y metálicos mechas. La llegada de Operation Eagle trae consigo también un puñado de unidades de infantería de la nueva facción y de su aliado del lejano Oriente (paracaidistas, asesinos árabes o jinetes en camello), además de máquinas voladoras, estructuras y defensas antiaéreas para todas las facciones. Aunque, a la hora de la verdad, Usonia no tiene rival en el dominio los cielos.

Con todo, está claro que Operation Eagle aterriza con el objetivo principal de romper el equilibro de las oxidadas y cobrizas batallas de Iron Harvest introduciendo un nuevo componente: el apoyo aéreo. Pero esta expansión no se limita solo a brindar a los jugadores aún más opciones para encontrar la estrategia perfecta de ataque y defensa, sino que añade además una magnífica campaña original que nos hará disfrutar de aún más horas de sangre, metal y patriotismo en un juego de estrategia en tiempo real que ya de por sí era más que notable. Y eso es lo que hace que este paquete de contenido sea un ejemplo brillante de lo que debería ser un DLC.

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