Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
antonio santo
Lunes, 27 de abril 2020
Gears of War es una de las franquicias de videojuegos más icónicas y rentables de Xbox. También es uno de los juegos más influyentes de la última década: esta saga de juegos de acción en tercera persona se ha convertido en el estándar dorado ... con el que se compara casi cualquier acercamiento a mecánicas como el combate por coberturas. Gears Tactics, la nueva entrega de esta saga, lleva todos los elementos más reconocibles de la franquicia al género de la estrategia por turnos. Es poco común que una gran compañía como Microsoft haga experimentos con sus buques insignia, y menos aún uno en cierta forma tan arriesgado como éste: no sólo cambiar de género un juego tan conocido, sino convertirlo en multiplataforma. Se arriesgan a que los viejos fans se lo tomen como una traición (esto de las exclusividades levanta ampollas en el mundillo más fanático) sin lograr atraer nuevo público.
Y sin embargo, en este caso el experimento resulta bastante natural. El planteamiento de Gears of War ya era de por sí bastante táctico: en sus combates prima el posicionamiento y la organización frente a la propuesta más adrenalínica de clásicos como Doom. Gears Tactics apenas cambia un apellido del género: de juego de disparos con coberturas a estrategia por turnos con coberturas. La forma de pensar subyacente para salir con buen pie de las batallas es bastante parecida. Asimismo, poner un pie en PC es también bastante natural para la saga: primero porque Microsoft se encamina desde hace tiempo a crear un ecosistema común Windows/Xbox. Segundo porque el género de la estrategia por turnos reina sobre todo en PC, a pesar de ejemplos ilustres (sobre todo en consolas de Nintendo).
La propuesta de Gears Tactics sonará bastante natural para cualquier aficionado a la estrategia por turnos. El juego está centrado en las misiones de combate táctico, sin una capa estratégica o de gestión de recursos como la que nos encontramos en XCOM. Para entendernos, no hay una base de operaciones o un país cuyos destinos gestionar, recursos que lograr para avanzar investigaciones, etc.; estamos exclusivamente al cargo de una unidad de combate en el campo de batalla. Fuera del mismo, las gestiones se reducen a elegir qué soldados elegimos para cada misión y con qué los equipamos. No es el juego del género más profundo que el aficionado se pueda encontrar; pero recordemos que en principio es un juego de consolas que se puede jugar en PC, y el control con mando acabaría siendo engorroso si la propuesta fuese otra.
El juego no echa de menos esa profundidad, sin embargo: lo que ofrecen sus batallas es perfectamente satisfactorio, y no siempre es necesario que un juego de estrategia sea tan profundo. Pero antes de arrancarme a desgranar esas diferencias, será mejor que repasemos la base de la propuesta jugable del juego. En el mundo de Gears of War la humanidad está en guerra contra los Locusts, una raza alienígena subterránea. Los Gears son la fuerza de choque de esa guerra: soldados de élite con armamento de última generación, entrenados para enfrentarse a las diversas criaturas que los Locust alinean en sus filas. Gears Tactics, precuela de la saga principal, nos pone en la piel del mecánico militar Gabe Díaz, que se ve forzado a tomar las armas de nuevo y organizar un pelotón de supervivientes tras un ataque Locust que destruye su búnker. En poco tiempo se embarcará en una misión casi imposible para asesinar a Ukkon, un científico Locust especializado en desarrollar nuevas criaturas para su guerra contra la Humanidad.
Una vez en batalla, cada soldado cuenta con tres acciones por turno, que puede repartir como quiera entre sus acciones (básicamente disparar, recargar o usar habilidades especiales) y moverse; cuanto más lejos quieras ir, más acciones te costará el movimiento. Cada personaje amigo o enemigo tiene un porcentaje determinado de que sus ataques impacten; pero cuando nos situamos en cobertura parcial o total, la posibilidad de que un disparo enemigo nos alcance se ve significativamente reducida. Normalmente estos juegos parten de la premisa de que tu enemigo es o más numeroso o capaz de hacer más daño que tú, por lo que no es factible superarlos a base de disparar «en igualdad de condiciones». Así, en su núcleo estos juegos siempre se basan en lograr obtener el mejor posicionamiento posible en una situación fácil de defender, sin ceder nuestros flancos o retaguardias, y al mismo tiempo lograr rodear al enemigo para dispararles sin cobertura.
La peculiaridad de Gears Tactics es que el movimiento es libre. Lo más habitual en la estrategia por turnos es que el campo de batalla esté dividido en una cuadrícula o en hexágonos (en el fondo, no dejan de ser como versiones coloridas del ajedrez). El entorno de XCOM (lo acabaré citando varias veces: no deja de ser el estándar actual para el género desde el éxito de su relanzamiento por Firaxis en 2012) no deja de ser en falso 3D: sólo puedes moverte de casilla en casilla. En Tactics, sin embargo, podemos explorar libremente el entorno, y eso tiene implicaciones tácticas. Las coberturas no están sólo colocadas en dos direcciones; los flancos a cubrir son muchos más, pero también las posibilidades de superar al enemigo. El movimiento y el posicionamiento son más complejos e interesantes, y se sienten también más naturales.
Esto hay que combinarlo con la peculiar versión del disparo de reacción de Gears of Tactics. Una mecánica común en el género es la de colocar soldados haciendo guardia para que disparen a lo primero que se mueva en su área de visión. Una de las estrategias básicas es cubrir un área con soldados haciendo guardia y usar un ataque rápido o explosivos para expulsar al enemigo de sus coberturas, de forma que reciban el disparo de nuestras fuerzas mientras están indefensos corriendo hacia una cobertura nueva. En Tactics, sin embargo, tenemos que definir en qué cono específicamente queremos cubrir, y hasta qué distancia dentro del rango del arma. Esta limitación, por supuesto, también afecta al enemigo.
Por contra, disponemos de una posibilidad con la que no contamos en XCOM: la guardia no se limita a un solo disparo, sino que podemos atacar tantas veces como puntos de acción nos quedaran cuando iniciamos la guardia. Gracias a todo esto, las estrategias de posicionamiento son francamente divertidas: podemos usar un soldado para centrarse en cubrir las espaldas de otro, o bien empujar al enemigo a pasar por un cuello de botella cubierto por fuego pesado en una versión peculiar de las Termópilas, sacrificar puntos de acción para dar un rodeo evitando una guardia enemiga… Los combates son muy dinámicos y variados; es difícil que un encuentro se dé de la misma forma dos veces.
Para darle aún más movimiento al asunto, cuando dejamos malherido a un Locust tenemos la opción de ejecutarlo para que el resto de compañeros de la escuadra obtenga un punto de acción gratis (supongo que por la inyección de moral). Lo malo es que esa ejecución puede hacer que el soldado se quede vendido, sin cobertura… por lo que siempre tendremos que realizar cierto análisis del riesgo, aunque el juego nos premia por ser agresivos y atrevidos gracias a las reacciones en cadena que se llegan a dar. Pongamos un ejempo: el soldado A corre hacia un Locust herido y lo ejecuta. Gracias a eso, el soldado B tiene una acción gratis que a su vez utiliza para ejecutar a otro Locust. Con la acción extra que esto ofrece al soldado A, éste puede ahora disparar a un tercer Locust que habría estado fuera de su alcance de no haber iniciado esta cadena. Planear estas acciones requiere cierta práctica, pero es muy satisfactorio cuando se consigue.
El resto de Gears Tactics es bastante ortodoxo, con las típicas clases de personaje (soldado pesado, de asalto, de apoyo, francotirador…), con habilidades diversas pero no muy sorprendentes que van mejorando con experiencia obtenida en batalla. Los árboles de habilidad, eso sí, son lo bastante variados como para que no vayamos a tener dos soldados iguales. Los niveles no son procedurales, y de hecho la campaña es bastante lineal; esto probablemente reduzca la vida a largo plazo del juego (por tener menor rejugabilidad y narrativa emergente que aquellos en los que cada campaña es única), pero también permite contar una historia específica más compleja.
La gestión del inventario es algo farragosa, eso sí. Fuera de batalla podemos armar a nuestros soldados con diversas piezas de equipo que vamos saqueando; pero al tratarse mayormente de partes de las armas (culata, visor, etc.) y no ofrecernos información visual lo bastante clara del cambio de piezas, acaba siendo un baile de números difícil de tragar si uno no tiene costumbre. Aun así, que nadie tenga miedo a acercarse a Gears Tactics: es un excelente juego-puente para acostumbrarse al género. Aunque nos obliga a pensar para superar las misiones, no castiga con tanta severidad el error como otros juegos del género: cuando un soldado cae en batalla, tenemos varias oportunidades para reanimarlo tanto solo como con ayuda de compañeros, y no sólo no lo perdemos sino que puede seguir luchando. Esto reduce muchísimo el impacto de la mala suerte sobre una campaña: es fácil recuperarse de cada error, y francamente complicado arrinconarse uno mismo de tal manera que la situación ya no tenga ningún arreglo.
Los fans de la estrategia por turnos estamos de enhorabuena: parece que alguien es capaz de sumarse a la estela de Firaxis, y ya no tendremos que esperar tantos años para un nuevo juego del género con altos valores de producción. Habría sido fácil que Gears Tactics se quedara a medio camino de todo, sin lograr convencer ni a un lado (los fans de la estrategia por turnos) ni al otro (los que se puedan acercar por el atractivo de la saga); sin atraer ni a los 'peceros' irredentos ni al jugador de consolas. Y sin embargo, Splash Damage y Microsoft han logrado un excelente término medio que tiende la mano hacia los dos extremos y tiene algo para ofrecer a cada uno de ellos. Un juego de estrategia por turnos potente y sólido, con algunas ideas excelentes muy bien implementadas, que espero marque una nueva línea para su franquicia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.