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Jueves, 15 de diciembre 2022, 10:15
Con medio planeta pendiente del mundial de Qatar, otro acontecimiento futbolero (este virtual) ha levantado pasiones en medio mundo. Lo ha hecho de manera sigilosa, sin llenar estadios pero abarrotando monitores, discos duros y ordenadores de todo el globo. Football Manager 2023 ya está aquí, con una nueva entrega, probablemente algo más conservadora de lo habitual, aunque con un par de añadidos que a buen seguro llamarán la atención de los habituales de la saga.
Mejores herramientas de ojeo y planificación; un mayor peso de la afición en el día a día de los clubes; y un renovado motor de partidos, con más animaciones y una IA actualizada, son los tres grandes pilares sobre los que se sustenta una entrega. Además, y por vez primera, cuenta con la licencia oficial de la UEFA. ¿Preparados para escuchar la fanfarria de la Champions cada vez que tus muchachos saltan al césped?
Para este análisis hemos decidido bajar al barro. En lugar de ir a lo fácil, hemos tomado las riendas del IF Brommapojkarna de la Superettan, o segunda división sueca, con el objetivo de colarlos en el play off de ascenso a la máxima categoría. Spoiler alert: hemos sido campeones en nuestro primer año y fuimos capaces de asegurar el ascenso directo a cuatro jornadas (de 30) para el final de la temporada.
Hemos triunfado a lo grande aplicando el libreto de Jurgen Klopp: presión alta en la salida del balón, fútbol directo una vez recuperado y líneas muy adelantadas. Una de las agradables sorpresas que se pueden apreciar en este Football Manager respecto a ediciones anteriores es que la cantinela del renovado motor de partidos parece, por fin, tener un impacto en el juego. En FM23 hemos visto a nuestros jugadores morder tras perder el balón, colocar la línea de presión donde la habíamos indicado o jugar en largo al recuperar la posesión. En definitiva, el motor de partidos muestra a tu equipo ejecutando el plan de partido que le has pedido en la pizarra. Ganar o no ganar ya depende de muchas variables… como la plantilla que hayas confeccionado durante la temporada.
Es ahí donde entra el segundo gran punto a tener en cuenta en este nuevo Football Manager. Las nuevas herramientas de ojeo y planificación de la plantilla también son un añadido que, por lo menos tras una temporada completa, parecen añadir una nueva capa de complejidad al juego con información útil y relevante.
Por un lado tenemos un remozado centro de ojeadores. Si bien en el pasado esas búsquedas estaban predeterminadas por patrones geógraficos, donde lo que mandaba era la ubicación del ojeo, ahora van a tener mayor peso las cuestiones pragmáticas. En el nuevo sistema de ojeo prima la búsqueda por posiciones y, una vez definidas las necesidades, entran en juego todas las demás variables… incluidas las geográficas.
También se han remozado las reuniones de seguimiento periódicas para planificar posibles futuros fichajes así como evaluar el rendimiento de la plantilla. Esta mecánica ya existía en ediciones anteriores aunque su esterilidad era patente: las sugerencias que la IA mostraba en pantalla pocas veces se alineaban con las necesidades reales. En este Football Manager nos hemos topado con la sorpresa de encontrarnos con unas reuniones relevantes, donde el equipo técnico ofrece consejos sensatos sobre planificación de la plantilla (renovaciones, traspasos), sobre el entrenamiento de los jugadores o sobre los pasos que se deberían tomar para estrechar los vínculos del vestuario (como, por ejemplo, cuándo se debería elogiar o abroncar a un jugador por sus últimas actuaciones).
Desde el inicio, Football Manager ha dado peso al papel de la junta directiva en el día a día del club. Es más, la única condición de game over que presenta el juego se da cuando la junta entiende que no eres la persona adecuada para el trabajo y te pide que hagas las maletas. Con los años, la relación con el presidente de turno se ha ido sofisticando hasta llegar a un punto en el que todos los clubes tienen unos objetivos a corto y largo plazo y otros vinculados a la cultura de la entidad. Objetivos que muestran a los jugadores una guía clara de lo que se espera de ellos.
Este año, Sports Interactive ha querido innovar en este apartado y ha añadido a los aficionados en la ecuación. No tienen ni por asomo el peso de la junta directiva, y por lo visto hasta el momento, no parecen tener un gran impacto en las decisiones que toma el club, aunque con una temporada en la que todo ha salido a pedir de boca es complicado sacar conclusiones. No parece que sea una mecánica que vaya a tener un peso tan inmediato como el nuevo motor de partidos o esas herramientas de planificación y ojeo pero, como un primer paso para explorar la relación entre los managers y sus aficionados, abre la puerta a un nuevo grado de interacción que puede resultar interesante en el futuro. Aunque parece poco probable que Sports Interactive se atreva, juguetear con la idea de los hinchas radicales secuestrando un entrenamiento del equipo podría ser interesante.
Por último, este año Football Manager da un paso más allá en su carrera por convertirse en el manager más realista del mercado al añadir la licencia oficial de la UEFA. La Champions League, la Europa League, la Conference League y la Supercopa de Europa tienen ahora sus logos y parafernalia habituales. Bonito, sí, aunque todo buen seguidor de la franquicia ya contaba con ello gracias a la magnifica comunidad modder que se encarga de personalizar el juego para llegar allá donde la ausencia de licencias no se lo permite a Sports Interactive.
Continuista pero con algunos añadidos que merecen mucho la pena, como el remozado motor de partidos, Football Manager 2023 continúa con paso firme y seguro en el trono de los juegos de gestión futbolera. Lo hace con un decidido sello de calidad y amor por el deporte rey que todavía no ha encontrado un rival a su altura o que pueda, por lo menos, hacerle sombra.
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