FIFA 21
Análisis

'FIFA 21': ¿El mejor fútbol para consola?

El simulador de Electronic Arts ya está disponible para todas las plataformas

julen pradas

Lunes, 19 de octubre 2020, 01:35

FIFA vuelve a hacer acto de presencia en nuestras consolas, sin importar la pandemia en que nos encontramos sumidos (hace falta más que eso para frenar al rey de los simuladores futbolísticos). Como era de esperar, esta entrega no supone una gran revolución, algo ... para lo que habremos de esperar a la primera entrega propiamente dicha para Xbox Series X y PlayStation 5.

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La base jugable de FIFA 21 es similar a lo que vimos hace doce meses, salvo algunos cambios que intentan reverdecer la experiencia. Cuando dominas tu género con puño de hierro puedes caer en la autocomplacencia de saberte el mejor, pero si tu máximo rival empieza a hacer las cosas bien debería ser hora de salir del banquillo y revolucionar el partido.

Las principales novedades podrían resumirse en tres. Primeramente el regate rápido, con el que pisar el balón para hacer un movimiento de 'dribling' y luego salir rápidamente en la dirección deseada. Aunque ya se podía hacer en anteriores entregas, esta vez se ha facilitado su ejecución, resultando un regate mucho más rápido. Sin duda será una opción que en manos hábiles hará destrozos en las defensas; necesaria para aguantar el balón hasta encontrar una buena opción de pase o salir airoso de un dos contra uno.

Como de costumbre, todos los jugadores son capaces de realizar estos movimientos, pero dependerá de la habilidad natural de cada futbolista el regatear con mayor o menor velocidad. Y es que aquí se reproduce fielmente la diferencia de calidades entre un jugador de élite y uno corriente.

Otra de las grandes adiciones son las tres tipologías de desmarque dinámico: el de ruptura, donde podemos pedir el desmarque de un jugador controlado por la CPU (indicándole la dirección); el de pared, cuyo funcionamiento es similar pero aconteciendo tras un pase de pared; y por último el bloqueo de jugador. Pulsando los dos sticks, el jugador que tiene el balón quedará marcado de manera que, cuando pasemos el balón, seguiremos controlándolo. Por su parte, el jugador que reciba el esférico será controlado por la CPU, lo que sirve para dar un mayor control en las acciones de desmarque. La idea parece buena sobre el papel, pero necesita pulirse: el rendimiento de la máquina en posesión es bastante pobre.

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Todos estos regates son sencillos, pero aportan mucha variedad a la hora de buscar huecos. Antes, el jugador se limitaba a ir hacia arriba en un desmarque y los de pared siempre eran hacia delante.

Por último encontramos los remates manuales. Hacerlos de cabeza era desesperante para la mayoría; la mecánica provocaba que muchos remates se antojaran 'flojos', lo que ha cambiado diameltramente. El poder elegir la dirección del remate hace que cobre un nuevo plus, algo que sin duda deberemos practicar para guiar el balón a las redes con la suficiente soltura.

Esta entrega mejora también la precisión de los controles, en lo que ha influido el retoque a las físicas del balón. Su movimiento a ras de suelo se siente menos descontrolado, los centros ya no son balones de playa al área y los disparos a puerta tienen unas trayectorias mucho más realistas. Ahora bien, el esférico se ha vuelto más impredecible a raíz de los nuevos movimientos incorporados, lo que nos acerca al FIFA más realista (por mucho que a veces topemos con rebotes algo inverosímiles).

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Los porteros, al igual que sucede en el fútbol real, siempre están en el centro de la diana. Es cierto que en FIFA 20 tuvieron un papel notable y mejoraron en muchos aspectos, pero en FIFA 21 echan el resto con animaciones adicionales: paradas, salidas al despeje de centros... Aún así dejan algunos balones muertos bastante incomprensibles.

En términos generales, la base jugable resulta bastante arcade (máxime si se compara con su principal competidor). Incluso un poco más que el juego del año pasado: las múltiples opciones ofensivas son muy superiores a las defensivas, con lo cual las transiciones son más rápidas y se acentúa la sensación de 'correcalles'. Esto se nota bastante cuando jugamos contra la CPU y también en el modo 'FUT', donde ya de por sí la esencia arcade era la norma.

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En lo que respecta al modo carrera, ahora podemos asignar entrenamientos y descansos mediante el calendario semanal. Los entrenamientos, como es lógico, sirven para mejorar las características de los jugadores o ensayar posiciones diferentes. Aquí se introduce un factor llamado 'soltura', que aumentará o disminuirá según el desempeño de cada jugador: entrenar para luego calentar banquillo resulta negativo, pero también jugar demasiados partidos seguidos sin descansar. Mantener un equilibrio en este apartado será clave para el éxito de nuestra plantilla, sobre todo en los finales de partido, cuando la bajada de rendimiento de los futbolistas queda patente.

Aplaudimos igualmente el nuevo sistema de simulación de partidos, donde vemos de manera sencilla cómo van los enfrentamientos. De este podemos realizar ajustes tácticos o cambios y, si lo preferimos, entrar al partido en cualquier momento.

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Como viene siendo la norma, FIFA llega cargado de licencias. Especialmente las de las grandes ligas europeas, así como sus competiciones continentales y la copa Libertadores. Ahora bien, en su disputa por las exclusividades con 'Pro Evolution Soccer' detectamos algunas ausencias, como las de Roma y Juventus en favor de Inter y Milán.

Centrándonos ya en el resto de modalidades, se ofrecen los mentados entrenamientos, desafíos, variantes del modo Kick-off y el retornado 'Volta', con una trama en la que progresar junto al protagonista, múltiples opciones de vestimenta y la posibilidad de poder competir de manera online.

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Pero el modo estrella de la franquicia sigue siendo 'FUT', con sus partidos amistosos (frente a la máquina o amigos), Squad Battles, retos de creación de plantillas o la variante 'Division Rivals', donde iremos ascendiendo divisiones y ganando recompensas.

'FUT Champions' es, para concluir, la modalidad que más se ha trastocado, cambiando el sistema para desarrollar jugadores y eliminando tanto las formas físicas como los consumibles de entrenamiento. Al tiempo, se agrega el modo cooperativo y una personalización de estadio que le da un toque entretenido, aunque como siempre estaremos supeditados a micropagos. Sí, podemos conseguir muchas monedas jugando, pero la realidad es que el sistema está planteado para que invirtamos cuantiosas (demasiadas) horas de 'farmeo' en conseguir un equipo de calidad.

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A nivel gráfico, el título sigue la ruta de las dos últimas entregas y adolece por un nuevo motor gráfico que le dé un aire renovado a la saga. Se han incluido mejoras en aspectos faciales y nuevas animaciones, pero en general el simulador ha quedado desfasado. Queremos pensar que, con la next-gen a la vuelta de la esquina, los esfuerzos se han centrado en la próxima entrega y será ahí cuando apreciemos un salto importante.

Con el audio ocurre algo parecido: se reutilizan los comentarios de Manolo Lama y Paco González, por lo que tal vez sea hora de pensar en un relevo que aporte algo de frescura a las locuciones.

Nuestra valoración

FIFA 21 parte de los cimientos de la anterior entrega con algunos ajustes hacia lo arcade: nuevos regates y desmarques personalizados por los que un ataque normal se antoja más fuerte que la mejor de las defensas.

El discreto avance gráfico y la inclusión de los mismos modos de juego (sin novedades relevantes) hacen que veamos ésta como una entrega de transición. Especialmente ahora, con la nueva generación de consolas a la vuelta de la esquina.

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