'Evil West': el cocktail perfecto

Cojamos nuestra coctelera y empecemos: una buena cantidad de 'hack & slash' al más puro estilo 'God of War', una estética far west a lo 'RdR' y unas gotas de títulos como 'Devil May Cry' o 'Doom' se combinan en un título que nos ha sorprendido gratamente.

Como ya comentamos en el avance de Evil West, los juegos que mezclan vampiros, monstruos varios e historias paranormales conforman un género con más bien poca representación en el mundo del videojuego. Algo a lo que Focus Interactive trata de poner remedio.

Lo que más nos ha gustado, sin duda, es su calidad técnica. No porque sea un juego soberbio en esta materia, sino mas bien por su estabilidad juegues en la versión que juegues. También destacan unos espectaculares escenarios; interactivos en muchos casos e ideales, como no podía ser de otra manera, para acabar con nuestros enemigos de formas artísticamente sanguinolentas.

Evil West es un juego de esos en los que siempre quieres avanzar un poco más. Con personajes muy marcados (rayando la caricatura en ocasiones) y con una historia entretenida de toques ciberpunk que recuerda inevitablemente a obras como 'Wild Wild West'.

En palabras de los propios desarrolladores: Evil West cuenta la historia de una oscura amenaza que consume la frontera americana. Como uno de los últimos agentes de una institución ultrasecreta dedicada a cazar vampiros, somos la última línea defensiva de la humanidad contra un terror profundamente arraigado que emerge ahora de entre las sombras.

De esta manera encarnamos a Jesse Rentier, agente estrella del Instituto Rentier, una organización secreta de caza de monstruos dirigida por su padre y muchas generaciones de Rentier antes que él. Hasta aquí podemos leer. El resto, descubridlo por vosotros mismos.

Por supuesto, el juego tiene su toque RPG y, además de 'orbes' para recuperar salud, podremos ir acumulando dinero que invertir en mejoras. Tanto en las habilidades de Jesse como en potenciar su arsenal (con mención especial al Guantelete del Instituto Rentier, una poderosa arma cuerpo a cuerpo que nos permitirá machacar a nuestros enemigos de formas brutales).

El sistema de progreso no difiere de lo visto en decenas de títulos, con el añadido de que, cuanto más avancemos, mejores remates podremos hacer gracias a las mejoras del combate cuerpo a cuerpo. Además, aunque las armas de fuego son la caña (lanzallamas incluido), cuando más disfrutaremos será machacando monstruos del averno con nuestras propias manos.

Sin embargo, y como comentábamos al principio, hay un detalle que nos ha escamado de forma superlativa y es que, al añadido del cooperativo, donde poder jugar con un amigo (sin duda, lo mejor de todo el juego) se le han puesto limitaciones a las que no encontramos sentido: solo el anfitrión puede avanzar en la historia y progreso del personaje, siendo ambos jugadores el mismo: Jesse (a pesar de haber otros personajes que bien podrían haber sido controlables). Una vez terminada la partida, el jugador invitado pierde todo el progreso conseguido y vuelve allá donde hubiera dejado su historia. Sin duda, un error que no logramos entender y que lastra las ganas de jugar en cooperativo por las obvias diferencias entre anfitrión e invitado.

También es cierto que hablamos de un juego de unas 15 horas de duración divididas en 16 misiones diferentes, así que esto que nosotros vemos como un problema, para otros jugadores será la oportunidad de rejugar cambiando de rol.

En conclusión, lo nuevo de Flying Wild Hog (que llega traducido al castellano) nos ha encantado. Es muy espectacular tanto en lo visual como en lo jugable y su ambientación, tan alejada de lo que estamos acostumbrados a ver, resulta un golpe de aire fresco. Evil West es un juego que no innova más allá de su temática, pero que todo lo que hace, lo hace fantásticamente bien.