'DIRT 5': Barro de nueva generación

La versión analizada es la correspondiente a Xbox Series S con Smart Delivery. Un auténtico alarde gráfico que no dejará indiferente a nadie. Para ello, el estudio británico, ha puesto toda la carne en el asador con el diseño de una ingente cantidad de circuitos, siempre originales, repletos de colorido y minuciosamente detallados. Así, podremos visitar desde las increíbles pistas nevadas de Noruega hasta el helado East River de Nueva York, pasando por otras localizaciones alrededor del globo.

Obviamente, no sólo manejaremos coches de rally. La gama de vehículos incluye todos los modelos todoterreno y off-road que puedan veniros a la cabeza: buggies, camionetas, 4x4... Todos ellos con su propio estilo de conducción y una curva de aprendizaje muy bien ajustada. Curiosamente, en Dirt 5 no existen los reglajes. No podremos ni configurar ni mejorar los bólidos en forma alguna, más allá de la estética. Aunque esto pudiera parecer un paso atrás, a fe que no lo es, ya que el juego se centra en lo que mejor sabe hacer: divertirnos.

La espectacularidad visual se traslada también a las cuatro ruedas. No sólo por el realismo de los modelados, sino también por todos los efectos que sobre ellos vuelca el juego: los efectos de luces y reflejos, cómo se ensucian, los daños que sufren (únicamente estéticos)... A este respecto, el juego nos deja elegir entre varios modos de visualización, priorizándose la calidad gráfica o la estabilidad en la tasa de frames según lo indiquemos. En cualquier caso el rendimiento es soberbio.

A nivel sonoro, se agradece el increíble trabajo de localizaciçon realizado por Codemasters, una banda sonora 'cañera' y unos efectos de sonido de lo más bestia, acordes al tono general del título.

En lo puramente jugable encontramos un extenso modo 'Trayectoria' que nos hará viajar por todo el planeta, compitiendo en las carreras más alocadas que podamos imaginar. Por su parte, 'PlayGrounds' permite crear y correr en nuestros propios circuitos, una suerte de 'Scalextric por piezas' en el que también podremos escudriñar los diseños de la comunidad. La contrapartida la pone un paupérrimo modo online, donde sólo podremos disputar carreras al uso o por equipos.

El remate final es la inclusión de un modo a pantalla dividida, prácticamente desaparecido en el género y por ello muy de agradecer.