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Wario Ware Gold Nintendo
Análisis de Wario Ware Gold para Nintendo 3DS: los microjuegos son para el verano

Análisis de Wario Ware Gold para Nintendo 3DS: los microjuegos son para el verano

Wario protagoniza el recopilatorio definitivo para la portátil estereoscópica

Miércoles, 8 de agosto 2018, 12:03

Wario es el mejor ejemplo de némesis a la que acabas cogiendo cariño. Desde su irrupción en Six Golden Coins, el bigotudo fanfarrón ha protagonizado infinidad de títulos para todas las plataformas Nintendo, algunos tan excéntricos como el persoanje, empeñado en hacerse de oro con el mínimo esfuerzo.

Esta última es la premisa de Wario Ware, serie aparecida allá por 2003 para la exitosa Game Boy Advance. Metido a desarrollador de videojuegos, Wario lanza su ópera prima cual colección de microjuegos: pruebas de unos siete segundos de duración discurren a velocidad progresiva, donde no importa tanto el objetivo en sí como descubrirlo con una indicación mínima, en el menor tiempo posible. Dicho de otra forma, un ejercicio de reflejos fundamentado en un par de botones y plasmado con una estética minimalista. También absurda por las situaciones que se plantean, como batallar una invasión de narices (literalmente), participar en una guerra de cosquillas o salvaguardar de la lluvia a un lindo gatito.

Con las mismas llegamos a Wario Ware Gold, décima entrega de la serie y el equivalente a Mario Party: The Top 100 en términos conmemorativos. Nos aguarda un recopilatorio con 300 de los microjuegos más celebrados de la franquicia (también algunos inéditos), lo que incumbe a iteraciones como Twisted! o Touched!, centrados en los giroscopios, la pantalla táctil o el micrófono. Suerte que Nintendo 3DS integre dichas funcionalidades.

El verdadero protagonista de Gold es su modo historia, primeramente por unas secuencias cinemáticas capaces de arrancar carcajadas (los secundarios de Ware siempre se han caracterizado por su excentricidad) y dobladas íntegramente al castellano. Apreciamos aquí una de las mejores labores de localización propiciadas por Nintendo España. La narración en sí no deja de resultar secundaria, pero divierte de lo lindo y justifica la segmentación de minijuegos mediante historias cortas. Así, encontramos algunos que se completan pulsando o aporreando un botón; trazando en el panel táctil; inclinando o girando la consola; soplando al micrófono... En los compases finales de la aventura dichas pruebas se alternan, de forma que identifiquemos no sólo el objetivo, sino los medios para lograrlo. En cuestión de segundos pasamos de utilizar la cruceta a desenfundar el stylus, si es que no nos distrae lo hipnótico de las imágenes.

El torneo orquestado por Wario comprende también un contador de monedas que ganamos al progresar o escaneando figuras Amiibo; monedas que pueden invertirse en continuar cuando hayamos agotado los intentos o en un «dispensabolas», repleto de coleccionables tales como minijuegos, cartas, vinilos e ítems. Otro objetivo es completar el «índice», donde se listan todos los microjuegos para rejugarlos tantas veces como queramos, en pos de la mejor puntuación. Desbloquearlos implica varias vueltas al modo historia, por lo que la rejugabilidad está garantizada (máxime en un título como éste, pensado para partidas de pocos minutos en cualquier parte).

La oferta de Wario Ware Gold se completa con el apartado de desafíos, donde encontramos sucesiones de microjuegos crecientes en velocidad y dificultad. Algunas se supeditan a una tarea simultánea («A escondidas»), a un cronómetro («WarioWatch») e incluso a importunios del propio Wario («Incordio Wario«). Variantes que contribuyen a prolongar la vida útil del recopilatorio, coronado por un modo »Combate« para dos jugadores. En local, con dos consolas y dos copias del juego, competimos por ser el último con vidas restantes. En caso de empate, la cuestión se resuelve con una emocionante muerte súbita.

A nivel técnico ya hemos dejado constancia de la simpleza reinante, pero es parte del encanto de Wario Ware. Gold demuestra que menos es más; que la diversión radica incluso en los envoltorios menos aparentes.

Nuestra valoración

Wario Ware Gold nos ha conquistado por lo absurdo de sus personajes y el planteamiento de sus minijuegos . Es la entrega más copiosa de la serie, con más de 300 pruebas por desbloquear, misiones y modalidades adicionales. Quizás uno de los últimos grandes títulos en lanzarse para la portátil estereoscópica, ahora que Nintendo piensa en una sucesosra.

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