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sara borondo
Jueves, 16 de abril 2020, 02:51
Tras el desconcierto inicial y la puesta en marcha del teletrabajo (poco implantado en España), la mayoría de trabajadores se han acostumbrado a usar escritorios virtuales y programas de videoconferencia. En la segunda quincena de marzo, 425 autónomos y pymes vascas solicitaron el asesoramiento del Grupo SPRI, la agencia vasca de desarrollo empresarial, para implantar el teletrabajo en la situación actual de emergencia sanitaria.
Una vez que el trabajador tiene las herramientas necesarias y ha aprendido a manejarlas, llega el momento de organizarse para que este teletrabajo forzado se desarrolle sin problemas. Al menos hasta el 26 de abril, según lo previsto en el último Real Decreto aprobado por el Gobierno.
Trabajar desde casa tiene importantes ventajas, como ahorrarnos el desplazamiento a la oficina; favorecer la conciliación familiar o, crucial en estas semanas, evitar las aglomeraciones para frenar los contagios durante la pandemia. Con todo, las jornadas laborales desde casa también implican riesgos frente a los que conviene estar alerta, tanto físicos como psicológicos.
Las empresas deben cumplir las normas legales en lo que se refiere a la altura de la mesa y las sillas; el espacio que debe tener cada trabajador y hasta la luminosidad de las pantallas. En casa, cada uno es responsable de adoptar las medidas necesarias para evitar la aparición de molestias o lesiones: la altura de la mesa de trabajo varía dependiendo de la altura del trabajador (entre los 68 y los 65 centímetros), mientras que la silla debe tener cinco apoyos en el suelo y ruedas, apoyabrazos, respaldo reclinable y altura ajustable. Por su parte, el teclado debe ser inclinable e independiente de la pantalla, de forma que el trabajador adopte una postura cómoda para los brazos y las manos (se aconseja el uso de un reposamuñecas). Finalmente, conviene usar un reposapiés si estos no se apoyan bien en el suelo.
La vista también puede resentirse si el ojo no cambia de vez en cuando para mirar a lo lejos y, sobre todo, si está muchas horas seguidas mirando a la pantalla. En una oficina se producen más distracciones y pausas que en casa, siendo menos habitual que surja la fatiga visual. En casa podemos evitarla con una iluminación adecuada, preferiblemente natural. También hay que evitar los reflejos y los deslumbramientos colocando el puesto de trabajo de tal forma que el trabajador no esté situado frente a una ventana o punto de luz artificial.
La pantalla del ordenador debe tener la calidad suficiente, con una imagen estable, sin destellos y la posibilidad de regular contraste o brillo para una mejor visibilidad. La distancia recomendada entre la pantalla y los ojos es de 40 a 55 centímetros.
Igualmente hay que descansar la vista con pausas cortas y frecuentes. Si se empieza a notar sequedad o molestias en los ojos, se puede preguntar al farmacéutico por lágrimas artificiales.
Los sindicatos han advertido del riesgo de que se prolongue la jornada laboral de los telegrabajadores o de que no disfruten de los descansos necesarios establecidos por la normativa. Por ello es recomendable mantener los horarios de trabajo y las pausas que se realizan en el trabajo presencial. Trabajar desde casa no supone estar disponible las 24 horas o en días no laborables.
También es recomendable que haya un espacio en la casa exclusivo para trabajar, de forma que no se difumine la línea que separa el trabajo de la vida personal. Lo idóneo es que ese espacio tenga luz natural, ventilación, una temperatura adecuada y poco ruido, ya que toda distracción disminiye la productividad y potencia el estrés.
Además, el trabajo en la soledad de cada casa puede ser duro para algunas personas y el teletrabajador puede sentirse aislado. Para evitarlo es aconsejable celebrar reuniones por videoconferencia con otros compañeros para abordar cuestiones propias del trabajo.
Al teletrabajar es probable que parte de la información de la empresa esté almacenada en el ordeandor de casa (salvo que contemos con un equipo corporativo o trabajemos en la nube). Estas son algunos de las situaciones que hay que tener en cuenta:
■ Cortes de luz: En algunas empresas hay sistemas para que, en caso de que se produzca un corte de luz, dé tiempo a guardar los archivos que se estén manejando y apagar los ordenadores, pero casi ningún hogar cuenta con algo parecido. Es mejor acostumbrarse a guardar a menudo.
■ Perder parte del trabajo: Quienes trabajen en escritorios remotos, utilizando los servidores propios de la empresa, no tienen que hacer nada especial. Por el contrario, si parte de los datos están en nuestro ordenador conviene realizar una copia de seguridad (diaria o semanal) en un disco duro externo. Siempre bajo autorización de la empresa.
■ Ataque o virus informático: Al trabajar desde casa hay que asegurarse de que el ordenador no es atacado por ningún virus informático. Recuerda el 'European Cybercrime Centre' que todos los dispositivos conectados a internet deberían instalar un antivirus actualizado. También conviene descargar las últimas actualizaciones de software, que suelen albergar parches de seguridad frente a las vulnerabilidades detectadas.
Hay empresas que establecen medios de control para asegurarse de que los empleados están cumpliendo su horario laboral. Éstos pueden invadir ilegítimamente el derecho a la intimidad y la vida privada del teletrabajador, por lo que deben ser proporcionales y supervisados por los sindicatos.
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