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Cada vez tenemos más claro que en el sector tecnológico el resguardo de la privacidad de los usuarios es poco menos que una utopía. Según ... una investigación del Consejo Irlandés para las Libertades Civiles (ICCL, en inglés), Google rastrea y comparte lo que la gente ve en línea, así como su ubicación, 294.000 millones de veces. Y eso sólo en Estados Unidos, porque en Europa son 197.000 millones de media. Cada día. «Es la mayor violación de datos jamás registrada», denuncia la asociación.
En términos anuales, Google realiza esta operación cerca de 107 billones de veces en EE UU. En el caso de Europa, la recopilación de datos sucede 71 billones de veces durante el mismo periodo. Es lo que tiene haber logrado que Android, su sistema operativo para dispositivos móviles, está presente en la gran mayoría de teléfonos inteligentes vendidos a lo largo de los últimos años.
¿Y qué pasa en España? Pues gracias a este informe podemos saber que la compañía del famoso buscador controla la actividad de sus usuarios 426 veces de media al día. O, lo que es lo mismo, una vez cada tres minutos gracias a ese perfecto caballo de Troya para acceder a nuestra vida privada conocido como smartphone. Un número menor a las 747 veces de media a un estadounidense, aunque mayor que las 376 veces al día de un europeo.
Como nos podemos imaginar, el interés de Google en nuestra actividad online se debe a motivos publicitarios, su principal fuente de ingresos. De hecho, el análisis del que se hace eco el ICCL se realiza a través del Real Time Bidding (RTB), un sistema digital de compra de publicidad que se comporta como una subasta en tiempo real. Un negocio capaz de mover 117.000 millones de dólares en EE UU y Europa en 2021.
En ese sentido, Google no tiene problemas en compartir los datos de sus clientes con 1.058 empresas en Europa y 4.698 en EE UU. Sin importar que las compañías sean de países como China o Rusia que apenas cuentan con un sistema legal que proteja la privacidad de los usuarios. Y, lo que es peor, una vez realizada la transferencia de datos es imposible saber qué hacen exactamente con ellos.
Ante la publicación este informe, Google ha aclarado que nunca comparte datos personales de los usuarios a los anunciantes. «Tampoco mostramos anuncios basados en información sensible, como la salud, la raza o la religión. Exigimos a los editores que demuestren que tienen el consentimiento de las personas antes de mostrar cualquier anuncio personalizado, y así lo hemos hecho durante muchos años», ha explicado un portavoz de la compañía a EL CORREO.
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