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JAVIER GUILLENEA
Miércoles, 7 de octubre 2020, 08:14
Los cambios ya han empezado pero no se sabe cuándo ni cómo terminarán. La cúpula episcopal de la Iglesia española se enfrenta a una etapa de renovación de la que no parece ajena el Obispado de San Sebastián, aunque todavía no haya indicios oficiales ... de ello, como es habitual en los asuntos que atañen a la curia romana. La edad próxima a la jubilación de al menos una treintena de arzobispos y obispos ha llevado al Vaticano a iniciar un proceso de relevos que van a afectar a parte de la jerarquía eclesiástica. En la lista de posibles modificaciones se halla el obispo José Ignacio Munilla, aunque fuentes del Obispado señalan que «nadie le ha llamado» todavía.
Pese a este silencio, hay quinielas que sitúan a Munilla como futuro obispo de Zamora, sede a la que también podría ser llamado Juan Antonio Martínez Camino, obispo de Bigastro y exsecretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, según el portal especializado 'Religión Digital'. El nombramiento, para el que el prelado donostiarra parece tener más papeletas, podría comunicarse en las próximas dos semanas. El predecesor de Munilla en la diócesis donostiarra, Juan María Uriarte, fue obispo de Zamora entre 1991 y 2000.
La renovación ha comenzado con el traslado del obispo de Bilbao, Mario Iceta, a la diócesis de Burgos, nombramiento que se hizo oficial ayer. En un sector de la Iglesia vasca se da por hecho que, mientras que la diócesis de Vitoria no parece que vaya a cambiar de inquilino, uno de los próximos en entrar en la rueda de relevos será el propio Munilla, aunque desde San Sebastián no hay ninguna confirmación de que vaya a suceder así. «Desde que llegó se ha dicho que le iban a cambiar pero no hay nada de nada, todo son rumores. De todas formas, un obispo no vive pensando en eso», insisten fuentes del Obispado de San Sebastián.
La rumorología comenzó a tomar forma el 18 de septiembre, día en el que la cúpula eclesiástica de España se reunió con el papa Francisco para hablar de la situación de la Iglesia en el país. Aquel encuentro llevó a una segunda cita en la que se habló de la reestructuración de la Iglesia española. Allí también nació el rumor de que la era conservadora del cardenal Antonio María Rouco Varela había llegado a su fin. «Se espera que el estilo Rouco vaya a cambiar», afirma un sacerdote vasco que prefiere no hacer pública su identidad. «Los cambios ya han comenzado. No sé lo que va a pasar en Gipuzkoa, pero van a ir saliendo nombres. De todas formas, si va a haber una reestructuración ya ha empezado», insiste.
Lo que ocurra dependerá de los ritmos del Vaticano, que no suelen destacar por su rapidez ni transparencia. Y tampoco por su previsibilidad. «Cuando se hablaba de que José Ignacio Munilla iba a venir a San Sebastián hubo presión para que no lo hiciera. El obispo Uriarte daba por seguro que no iba a ser su sucesor, pero al final fue así, Nunca sabes lo que piensa Roma», afirma un sacerdote. «De todas formas –añade– antes de Navidad se sabrán los cambios».
El proceso es como armar un rompecabezas en el que todas las piezas tienen que encajar no para que no se muevan sino para que nadie se sienta relegado, porque los sacerdotes también son personas y llevan consigo la carga de las debilidades humanas. «El Vaticano consulta a sectores concretos y a los obispos de las diócesis cercanas antes de tomar una decisión», dice el sacerdote. Que eso signifique la paz es otra cuestión.
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