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Era una erupción esperada, pero ha sorprendido a los expertos. Esta experta asegura que no la esperaban tan arriba de la isla, y también apunta al necesario control que se debe realizar ahora de la gran emisión de gases que se emiten a la atmósfera.
– ¿Son muy peligrosas las emanaciones?
– Es un magma con muchos elementos volátiles y dañinos para las personas y hay que vigilarlos. El lnstituto Volcanológico de Canarias asegura que se están expulsando entre 6.000 y 9.000 toneladas de dióxido azufre a diario (el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, dijo este lunes que ya habían salido 20.000 ). Pero también hay CO2, cloro, flúor...
–¿Y la ceniza?
– También. Están saliendo fragmentos inferiores a los dos milímetros, algunos de micras, y las podrían respirar las personas.
– Ya hay evacuadas 5.500 personas, pero no el norte de la isla...
– Parece estar todo controlado. Está abierto el espacio aéreo, que se suspendería como pasó con el volcán de Islandia...
– ¿Qué ha sorprendido más de esta erupción?
– Estaba prevista, pero no se sabía exactamente el día ni, sobre todo, que se produciría tan arriba. Pensaban que el magma saldría más al sur por el cráter de Teneguía, como en 1971. Tenían colocados allí un montón de sensores sísmicos, pero el suelo se fracturó más arriba y por siete u ocho puntos...
– Son más de 21 kilómetros en línea recta...
– Todas las Islas Canarias están sobre una zona de alto riesgo sísmico. Es verdad que en La Palma llevaban produciéndose miles de movimientos sísmicos que avisaban de lo que iba a ocurrir. Pero concretar el punto exacto era muy difícil. Hay que tener en cuenta que bajo la zona hay lo que se llama un 'penacho mantélico', una parte del manto que hay bajo la corteza terrestre y que se está elevando. Estas rocas, al perder presión en ese movimiento ascendente, se han fundido convirtiéndose en esta lava de origen basáltico. Y, en su camino de salida hacia la superficie, aunque la meta pudiese ser efectivamente el anterior cráter de Teneguía, se han producido grietas por los terremotos que han provocado que el magna salga antes de dónde se esperaba.
– ¿Se corre el riesgo de que pase algo similar en algún otro punto de la península?
– Hay zonas en el sur donde el movimiento de las placas tectónicas da algún susto en forma de temblores, pero no hay actividad volcánica. Ésta se limita al entorno de las Islas Canarias.
– ¿Y en el País Vasco?
– Aquí el riesgo es cero.
– Pero se han encontrado restos de origen volcánico en numerosos puntos de Euskadi.
– Efectivamente. En Fruiz, Meñakoz, Astrabudua, Eibar... Pero son muy antiguos. Datan del periodo Cretácico. Hace más de 90 millones de años. Entonces el País Vasco era todavía un gran valle sumergido en el mar. Y aquellas erupciones no dieron lugar a islas, como ocurrió mucho después con Las Canarias, que ahora siguen creciendo...
– ¿A qué se refiere?
– A que, por ejemplo, La Palma se está haciendo más grande.
– ¿Quedará muy dañado su ecosistema?
– Lógicamente, la zona arrasada por la lava se verá afectada. Pero la naturaleza es muy sabia. Tras las erupciones en El Hierro de 2015, que fueron todas bajo el agua, se temía mucho por la destrucción del subsuelo marino, que era un tesoro turístico para los amantes del buceo. Se ha recuperado de forma natural. Habrá que ver cómo evoluciona todo en La Palma.
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