La violencia contra las mujeres no cesa: otras tres asesinadas en 24 horas

La última víctima de la violencia machista podría haber fallecido en Benidorm ayer a las cinco de madrugada, aunque al cierre de esta edición aún estaba por confirmarse. El propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dio cuenta en rueda de prensa de que la Policía Nacional investiga la muerte de una joven de 22 años tras caer al vacío desde un sexto piso en la localidad alicantina.

El presunto homicida, el novio de la chica, fue quien dio la voz de alarma y llamó a la Policía, pero aseguró que se había precipitado de manera accidental al tratar de pasar desde la ventana de una habitación al balcón de la vivienda. Sin embargo, una patrulla policial había acudido solo 45 minutos antes al lugar del trágico suceso por el aviso de los vecinos, que denunciaron una fuerte discusión de la pareja, lo que llevó a que el joven fuera detenido como presunto autor de la muerte.

Ayer se confirmó un asesinato fruto de la violencia machista en el distrito madrileño de Puente de Vallecas, un ejemplo de cómo esta lacra afecta no solo a las mujeres que la sufren sino también a sus familias. Un hombre de 37 años mató a puñaladas a la hija de su expareja, a quien había maltratado durante años. El arrestado había agredido a madre e hija el pasado 21 de diciembre y un juez le impuso una orden de alejamiento sobre ambas. No sirvió para evitar un crimen que ha causado una gran conmoción en la zona.

La joven fallecida, de 20 años, fue hallada sin vida en el interior de su vivienda. Una psicóloga de los servicios de emergencia madrileños, junto a agentes de la Policía local, fueron los encargados de comunicar la noticia a la madre, devastada. El detenido trató de suicidarse y se encuentra en estado grave con heridas en el cuello, tórax y abdomen.

Un asesinato machista con dos vidas truncadas, una de ellas sin tiempo siquiera para conocerla fuera del vientre de su madre. El miércoles por la noche en la localidad toledana de Escalona un hombre mató presuntamente a su expareja ante sus dos hijos de 13 y 14 años, que fueron quienes alertaron a la Policía.

La mujer tenía 34 años y se encontraba en avanzado estado de gestación. Esperaba un bebé de otro hombre y le quedaban apenas unos días para dar a luz. La Guardia Civil detuvo al asesino, de 52 años, mientras los médicos trataban de salvar la vida del pequeño. Practicaron una cesárea de urgencia a la fallecida, pero los intentos de reanimación del feto fueron en vano.

El presunto homicida tenía antecedentes por violencia de género. Sin embargo, un juzgado de Móstoles había cancelado la orden de protección y las medidas cautelares, por lo que ahora estaban inactivas.

La Guardia Civil encontró ayer los cuerpos de Shirley M.L., de 33 años y de su novio, Sergio, de 18, en una finca de la localidad madrileña de Brea de Tajo. Ambos permanecían desaparecidos desde el 15 de diciembre y han sido hallados con signos de violencia y en avanzado estado de descomposición. Las investigaciones policiales atribuyen la autoría del doble crimen al anterior compañero sentimental de la mujer, Guillermo, de 35 años, que murió atropellado por una furgoneta el 23 de diciembre. Circulaba en bicicleta por una zona con poca iluminación, y la Guardia Civil asegura que se quitó la vida.

Shirley y Guillermo habían llegado a Brea de Tajo el pasado verano y se habían instalado como okupas en la casa donde apareció ayer el cuerpo de la mujer. Sin embargo, la joven se enamoró después de Sergio, según fuentes locales, y dejó a Guillermo, que no asumió la ruptura.