Irene Carrera, matrona
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Irene Carrera, matrona
«La violencia de género en el embarazo afecta a más mujeres que la diabetes y la preeclampsia juntas»Irene Carrera es matrona en Atención Primaria en Osakidetza y responsable de Igualdad en la OSI Bilbao-Basurto. Defiende que las consultas de estas profesionales son «un sitio de confianza y tranquilidad», una puerta de entrada para detectar la violencia machista porque el maltrato en ... el embarazo «afecta a más mujeres que la diabetes gestacional y la preeclampsia juntas -presión arterial alta y signos de daño hepático o renal que ocurren en las mujeres después de la semana 20 de embarazo-».
– ¿Se encuentra de forma frecuente con casos de maltrato en el embarazo?
– Me he encontrado con casos, pero la realidad es que, como no cribamos a todas las mujeres, algunos nos pasan desapercibidos.
– ¿No tienen formación suficiente?
– Creo que la formación sí que está. Muchas veces lo que ocurre es la falta de tiempo o la falta de seguridad de cómo vamos a abordarlo después, de cómo planteamos lo que va a ocurrir después de preguntarles. No sé cómo va a reaccionar, qué va a pasar...
– ¿Qué indicios les llaman la atención?
– En la revisión de la historia clínica, cuando ves determinados procesos que se repiten, de lesiones, de infecciones, eso nos puede dar una pista. Al final, las mujeres que tienen infecciones vaginales de repetición, o incluso de orina de repetición, puede significar que hay algo que no está bien. Nos fijamos en la actitud, porque hay mujeres que no establecen contacto visual, mujeres migradas que no controlan el idioma pese a llevar mucho tiempo aquí, mujeres que están más tristes, o con un comportamiento muy sumiso, que todo lo delegan en la pareja, que no se vinculan con el embarazo...
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– ¿No quieren tener al bebé?
– A veces. O tienen más miedo porque están dando un paso más para dificultarse la salida de esa situación. Tienen sentimientos muy ambivalentes.
– ¿Cómo actúan cuando sospechan?
– Intentamos explorar la situación con ellas a solas y hacemos preguntas que nos indiquen si es así. Preguntamos qué está ocurriendo en casa, cómo resuelven los conflictos, qué dificultades encuentran en la relación con la pareja... Es un poco explorar para que ella misma vaya pensando qué puede estar pasando porque a veces ellas tampoco son conscientes de lo que está pasando. Si no nos dicen nada, pero tenemos la pista, les decimos que vamos a seguir hablando, que siempre van a tener ese espacio. La consulta de la matrona es un sitio de confianza y tranquilidad. Nadie las va a presionar para que denuncien y tengan que forzar una salida. Deshacer una relación es muy difícil, y más cuando hay una situación de dependencia.
– Los estudios de prevalencia hablan de que casi una de cada cuatro embarazadas sufre violencia. Es mucho.
– Sí, por eso insisto en que tenemos que ponernos las gafas de querer ver y de abrir esa puerta a valorarlo, porque las matronas las vemos siete u ocho veces durante el embarazo.
– La incidencia es más alta que la de diabetes gestacional.
– La violencia de género en el embarazo afecta a más mujeres que la diabetes y la preeclampsia juntas. Y todas tenemos alguna diabetes gestacional en consulta y eso lo vemos fácil, pero la violencia no tanto.
– ¿Qué tipo de maltrato sufren?
– Sobre todo psicológico, porque el físico cuando lo sufres lo identificas muy bien y eso te pone un tic de que algo hay que hacer. La violencia psicológica al final es una violencia mucho más larvada. La manipulación, las presiones, los insultos, la devaluación... y eso va minando tu autoestima, tu propia autoconfianza.
– Eso les afectará más en su estado.
– Genera muchísima más inseguridad de cara a su propia capacidad de asumir su papel de madre, de los cuidados; les victimiza mucho más, porque al final van a estar mucho más supeditadas a la relación que van a mantener con el padre.
– ¿Y al bebé?
– Empieza a ser ya una víctima. Si hay violencia física tenemos más riesgo de partos prematuros, de pérdidas gestacionales, y después, cuando nazca, estos bebés pueden sufrir más situaciones de vulnerabilidad porque tenemos una madre que quizás no está en las mejores condiciones para hacerse cargo y vive en un entorno que les es desfavorable.
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