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La situación de extrema gravedad que vive Euskadi, inmersa en una tercera ola de la pandemia de incalculables consecuencias, no parece achantar a un sector de la sociedad que es minoritario pero muy ruidoso. El Gobierno vasco asiste con máxima preocupación al ya evidente repunte ... de disturbios callejeros. Estos incidentes violentos se recrudecen justo cuando se alcanzan los peores registros de contagios y las autoridades refuerzan las restricciones a la libertad individual y colectiva, la única receta que hasta ahora ha demostrado ser efectiva para evitar que el virus campe a sus anchas.
Los fines de semana empiezan a convertirse en el momento álgido para que se produzcan estos altercados. Y este último no ha sido una excepción. Si el miércoles ya se registraron importantes incidentes en San Sebastián, este sábado se repitieron allí mismo y en la vecina Pasaia, y también se extendieron a suelo vizcaíno. Ocurrió en Santurtzi, donde dos ertzainas resultaron heridos cuando trataban de disolver un botellón en el que participaba una treintena de personas. La intervención policial se saldó también con la detención de dos varones de 44 y 34 años.
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Según el Departamento de Seguridad, los hechos tuvieron lugar sobre las 21.30 horas del sábado, al borde del toque de queda instaurado desde principios de noviembre. En ese momento, una patrulla policial que circulaba por la zona de Mamariga detectó la presencia de unos 30 individuos. Excedían, por tanto, la limitación de reuniones, que ascendía a un máximo de seis personas hasta hoy mismo, cuando se reduce a solo cuatro. Además, se encontraban bebiendo en la vía pública, algunos de ellos sin portar mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad entre ellos.
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El despliegue de efectivos policiales no solo no hizo que se dispersaran sino que se enfrentaron a ellos. Invadieron parte de la calzada para dificultar el paso de los vehículos al lugar y profirieron insultos a los agentes. Cuando estos intervinieron para que se apartaran y proceder a su identificación, fueron rodeados y agredidos por un grupo creciente de individuos. Como resultado, dos ertzainas tuvieron que ser asistidos en centros sanitarios: uno precisó de sutura quirúrgica en la mandíbula y presentaba múltiples contusiones en el cuerpo; al otro le colocaron una férula de inmovilización en un brazo.
DETENCIONES
La algarada, que algunos vecinos grabaron desde sus casas, precisó de refuerzos policiales. Estos recursos adicionales también se encontraron con impedimentos de los protestantes, ya que un conductor cruzó su coche para obstaculizarles el paso y evitar así que llegaran al punto donde se estaba produciendo el ataque. Este individuo fue arrestado por sendos delitos contra la seguridad vial y desórdenes públicos. Finalmente, cuando alcanzaron el lugar de los hechos, las patrullas pudieron controlar la situación y detener a uno de los presuntos agresores. Se le imputan delitos de atentado a agente de la autoridad y lesiones.
Los altercados en Santurtzi se vieron precedidos por similares hechos en San Sebastián y Pasaia. En la capital guipuzcoana, donde el sábado también se celebró una manifestación contra la actuación policial en los incidentes del miércoles, la Ertzaintza intervino en concentraciones de personas en diferentes calles de la Parte Vieja. Nueve personas fueron identificadas tras registrarse el lanzamiento de botellas y material pirotécnico contra los agentes. En Pasaia, por último, la actuación para disolver un botellón acabó también con la quema de un contenedor.
ALEGATO
La sucesión de disturbios y ataques directos a las fuerzas de seguridad precipitó ayer la respuesta del lehendakari en defensa de la Ertzainza y las Policías locales. En un comunicado en su cuenta de Facebook, medio que suele utilizar para pronunciarse ante acontecimientos excepcionales, Iñigo Urkullu aplaudió la actuación «profesional y proporcional» de los agentes ante «provocaciones y ataques violentos que nunca tienen sentido, y menos en esta situación». Bajo su punto de vista, los incidentes «cuestionan la necesaria concordia y convivencia en los delicados momentos que está padeciendo la sociedad».
En ese sentido, el lehendakari cree que la evolución epidemiológica es lo suficientemente «grave» para que se atiendan las recomendaciones, y lo que no son recomendaciones, de las autoridades. Las medidas adoptadas por el Gobierno vasco, que suponen importantes restricciones a la movilidad, «son necesarias y se están demostrando eficaces», insistió. «Estamos abocados a convivir con el virus y, por tanto, a intentar poner todo cuanto esté en nuestras manos. Por nuestro bien y por solidaridad», zanjó.
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