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Cientos de donostiarras tienen ya su 'selfie' con Woody Allen. El cineasta neoyorquino sonríe con resignación cuando es abordado durante sus escapadas por la ciudad en las pausas del rodaje. Vive volcado en su película, pero disfruta también de San Sebastián. Ya conoce la tarta ... de queso de La Viña, la cocina casera del Hidalgo de Gros y la sopa de pescado del Oteiza en el hotel Akelarre de Pedro Subijana. Y aún hay días que se le ve pasear por Ondarreta a la caída de la tarde de la mano de su esposa, Soon-yi Previn. De los actores protagonistas por ahora es Wally Shawn quien más de deja ver, y es solicitado también para fotos en sus paseos y sus asuetos gastronómicos. Hace unos días cenó en el restaurante Urepel y firmó en su libro con un halago a la «maravillosa y relajada» velada.
Pero es la actriz Gina Gershon la que más disfruta del entorno, al menos por lo que cuenta en las redes. Pasea por el puerto o por el monte Ulía, por el camino de Santiago de la costa, y aprovechó el fin de semana para desplazarse a Biarritz y sus playas. Con 'perfil' más bajo se mueve por San Sebastián Louis Garrell, que ya conoce Donostia porque participó en la última edición del Zinemaldia con su película 'Un hombre fiel'. Y también disfrutan, aunque en la mayor discreción, Elena Anaya y Sergi López. De quien no ha trascendido ninguna imagen es del alemán Cristoph Waltz, otra de las estrellas del filme.
Allen y su 'troupe' forman ya parte del paisaje donostiarra, y ahí seguirán hasta finales de agosto. Trabajan en medio de la máxima discreción, arropados por el equipo de seguridad del rodaje y el refuerzo de la Guardia Municipal, y huyen de los focos. El cineasta y el núcleo duro de su equipo se alojan en diferentes domicilios alquilados en zonas como Igeldo y el centro de la ciudad: prefieren casas a vivir dos meses en un hotel. Solo algunos de los actores cuya presencia en San Sebastián no se precisa durante todo el rodaje se alojan en hoteles. Y el Palacio de Miramar es el cuartel general de la producción, donde se guardan el vestuario y otros elementos de trabajo y se coordinan los numerosos elementos precisos para la película.
Es un filme de pequeño tamaño desde la perspectiva de la industria norteamericana, pero potente en comparación con otros rodajes realizados en escenarios guipuzcoanos. Las grandes 'mobil homes' que se desplazan a cada localización como 'camerinos rodantes' de los protagonistas dan el mayor toque de glamour a la producción. Junto a Allen el protagonismo del rodaje lo lleva Vittorio Storaro, director de fotografía y auténtico dinamizador en la supervisión de cada escena, siempre con su gran sombrero y largos foulards.
La película moviliza también a un buen número de figurantes. La suma de 'extras' utilizados para las distintas escenas rondará al final las 900 personas. Todavía quedan muchos días de trabajo y la 'troupe' de Allen irá rodando por nuevos escenarios. El martes estará en La Concha, donde solo se 'cerrarán' cien metros de playa y durante unas horas, y también se desplazará al aeropuerto de Hondarribia, la Plaza de Gipuzkoa, el museo de San Telmo, el Palacio de Aiete y el Peine del Viento, entre otros rincones. Pero serán el Kursaal y sobre todo el hotel María Cristina los puntos donde más días se trabaje. A finales de mes el auditorio cobrará por unas horas el aire del Zinemaldia para recrear su alfombra roja, ya que parte de la trama transcurre en el festival. El rodaje concluye, en teoría, el 23 de agosto.
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