La víctima acogió a su asesino tras salir de la cárcel «ya que no tenía a dónde ir»

María Pilar Berrio Jiménez, de 43 años y madre de dos hijos, de 5 y 9 años, era una mujer «callada, poco habladora y muy educada». Así describen algunos vecinos de Murchante, según los testimonios recabados por 'Diario de Navarra', a la mujer que murió acuchillada delante de sus hijos en un asesinato atroz que se atribuye a su cuñado Pedro María R. J., que se encuentra en busca y captura tras robar un coche sin rotular de la Ertzaintza en un concesionario de Donostia-

«Era buena persona, iba siempre con sus dos hijos y no tenía pinta de meterse en ningún tipo de problemas», señalan las vecinos de la localidad navarra, conmocionada por lo sucedido. Al parecer, María Pilar residía en la urbanización de Charas con sus dos hijos, una zona de viviendas de protección social.

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Algunos vecinos creen que en la misma vivienda residía el presunto asesino. «Llevaría en Murchante como un mes y medio o dos», según un testimonio recogido en 'Diario de Navarra'. Al parecer, el presunto asesino es hermano de la expareja de la fallecida, y ella lo acogió cuando salió de la cárcel, «ya que no tenía a dónde ir». De hecho, algunos vecinos aseguraron que ayer mismo, antes del suceso, le habían visto a él comprando el pan «y haciendo vida normal».