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Miles de pueblos de toda la geografía española languidecen. Son pequeños núcleos de población que hasta no hace muchos años contaban con vecinos que se dedicaban, en su mayoría, a la agricultura y la ganadería. Eran tiempos en los que lo que se practicaba allí ... no llevaba el sello eco, aunque lo era, lo mismo que eso llamado 'slow life'. No resistieron el empuje del progreso y la necesidad de las nuevas generaciones de no depender de actividades incómodas y sacrificadas. Otros se han ido quedando desiertos aplastados por las deudas contraídas por las pocas familias que resistieron pero que han terminado por abandonar todo a merced del banco de turno.
La pandemia hizo que muchos mirasen hacia ellos con ojos golosos. Se convirtieron en esos refugios bucólicos en los que soñaban vivir. Las ofertas dejaron de ser de 'casas de pueblo' y empezaron a aparecer las de 'se vende aldea completa'. El mercado no ha dejado de crecer, hasta el punto de que hasta los fondos de inversión sobrevuelan las ruinas de algunas de estas poblaciones.
A finales del pasado mes de diciembre saltaba la noticia de que un matrimonio holandés se había hecho con la propiedad de Bárcena de Bureba, en el norte de Burgos. 50 viviendas, la iglesia románica y fincas varias que pasaron a manos de una pareja de mediana edad que desembolsó menos de lo que cuesta un piso de segunda mano en Bilbao. Pagaron 339.000 euros. Con suministro de agua y luz, y según se informa en el portal especializado aldeasabandonadas.com, las casas necesitan de una buena rehabilitación pero casi todas son recuperables. Y eso incluye la pequeña iglesia de origen románico, que mantiene el ábside, el presbiterio y su campanario en espadaña.
Antes de llegar a manos de sus nuevos dueños, que planean convertirlo en una ecoaldea, Bárcena de Bureba pertenecía a un constructor que planeaba transformarlo en un complejo hotelero.
Un rastreo por algunas webs inmobiliarias demuestra que hay mercado activo. Y con precios de lo más variados que van desde los 39.500 euros de una aldea en Ribeira Sacra (con cuatro edificaciones de piedra del siglo XVIII y fincas) hasta los 2,9 de una situada en Asturias (entre Cudillero y Luarca) que consta de una decena de casas, 475 hectáreas, dispone de acceso asfaltado y goza de vistas al mar.
Entre las más baratas y cercanas a Euskadi están ahora mismo en venta dos. El primero y más económico está en La Rioja y puede adquirirse por 49.000 euros. Eso sí, la mayoría de sus 9 casas están en ruinas aunque a cambio dispone de una iglesia cuya torre aguanta en pie. El otro se ubica en el norte de Burgos, en el límite con Cantabria. Allí se puede adquirir una aldeita compuesta de 3 cabañas pasiegas, una hectárea de terreno, agua y luz. Total 61.500 euros.
También en Cantabria, el 'Diario Montañes' se hacía eco hace tres días de la venta de Porcieda, despoblado desde hace más de 20 años. A tan solo 8 kilómetros de Potes, esta aldea en pleno Camino Lebaniego, ha sido puesta a la venta por The Sibarist, una inmobiliaria de lujo con sede en Madrid. Se puede adquirir el pueblo entero, con sus diez casas en ruinas y sus 3.000 metros cuadrados de terreno, por 380.000 euros. El precio está muy por debajo del que pedía por él su antiguo dueño hace 9 años. Nada menos que 1,5 millones de euros. También el Banco Santander se interesó en él y llegó a estudiar la posibilidad de convertir Porcieda en un centro de retiro y de cursos para sus directivos. Lo descartó. No dispone ni de agua ni de electricidad, aunque, como en el resto, sobrevive su ermita en honor de la Virgen de las Nieves.
Asturias es otra comunidad con oferta. Aldeas Abandonadas cuenta con siete allí. Una de ellas, a 40 kilómetros de Gijón se vende por 2,16 millones e incluye 14 inmuebles, iglesia, cuadras, hórreo e incluso camposanto. Su extensión es de 770 hectáreas. Por 1,7 millones se puede adquirir una aldea con 9 edificaciones antiguas construidas en piedra y con hórreo y bolera. Algo más económico, casi 600.000 euros, sale un 'conjunto rural' con siete casas, hórreo, almacenes y a una hora de Oviedo.
Si bien en Euskadi no ha trascendido ningún caso, en Navarra se ubican dos. Ambas de precios millonarios. Una de ellas se ubica, según el anuncio de Aldeas Abandonadas, a 23 minutos en coche de Pamplona. Lo componen 8 casas, 350 hectáreas de terrenos. Cuenta con manantial de agua pero no de electricidad. Está disponible por 1,6 millones de euros. La propiedad de otro pueblo, con 5 caseríos, 160 hectáreas y hasta fortaleza, se puede conseguir por 2,2 millones.
Un poco más lejos, en Zamora, Salto de Castro representa otro caso curioso. Sus 44 casas, hotel, piscina y colegio están en venta por 580.000 euros y es la segunda vez que sale al mercado. La primera fue adquirida por un promotor que se hizo con la propiedad por 300.000 euros. Tras elaborar un proyecto de rehabilitación integral y poner el orden todo los papeles del Catastro, lo revende por el doble de lo que pagó. Al parecer ya se han mostrado interesados dos compradores de Arabia Saudí y de Estados Unidos, respectivamente.
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