Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Jon ander goitia
Sábado, 12 de septiembre 2020
No sería de extrañar que Bizkaia empezase a tomar estos días cierto aroma a txakoli. Todavía habrá que esperar para bañar las copas con este caldo de la tierra y degustarlo, pero algunas bodegas han arrancado ya con la vendimia de una uva que este ... año presume de haber madurado antes y presentar ya una apetitosa imagen. 43 bodegas trabajarán durante las próximas tres semanas a lo largo de las 428 hectáreas que completan el mapa de la denominación de origen Bizkaiko Txakolina. Interminables campos -uno se cansa solo con verlos- que el año pasado llenaron las ´kupelas´ con alrededor de 1,2 millones de litros de este vino joven y con una acidez propia.
Y muy mimado. A mano, cortan uno a uno los racimos que ofrece esta planta. La desnudan poco a poco y con sumo cuidado. La tarea es casi mecánica para muchos de los temporeros que vuelven al campo coincidiendo con la recolecta. Siempre protegidos con viseras y guantes, este año el sol no es el único enemigo, también el virus. La mascarilla se ha sumado al uniforme indispensable, previamente alrededor del medio millar que desempeña esta tarea ha tenido que superar una PCR. Porque ahora las bodegas no solo miran al cielo deseando que no llueva, también rezan porque el patógeno no les trastoque la vendimia.
Tienen claro que este mes marcará una temporada que apunta a «muy buena», comenta Garaikoitz Ríos Urbaneta, director técnico de las bodegas Itsamendi. «El clima ha sido especialmente bueno, la uva está ya al punto de caramelo», describe sobre uno de los viñedos que la marca tiene en Leioa. «Tenemos nerviosismo porque todo salga bien, apunta a una añada buena como la de 2008», compara. En su caso el año pasado recogieron más de 260.000 kilos de uva en las 35 hectáreas que tienen, unos 12.000 por día. 20
Los temporeros -muchos de ellos extranjeros- recorrerán estos días las alineadas calles que trazan estas plantaciones. No se desvían ni un centímetro, impecables. En el caso de Itsasmendi el número de trabajadores ha bajado a la mitad -antes contaban con 60- para garantizar las medidas sanitarias. Cada uno de ellos recogerá alrededor de 400 kilos de uva, aunque algunos ya veteranos roza la media tonelada. Como Ghamade Ndong, que ya lleva ocho años vendimiando y lo hace «todo mecánico», bromea en plena faena este senegalés.
Entró en este mundo gracias a su hermano, que trabajaba también en una bodega. «Antes trabajaba en el puerto de Bermeo como pesquero, prefiero esto», compara, mientras explica las condiciones que debe tener un racimo para ser seleccionado. Un experto ya en la materia, no cabe duda. Aunque, eso sí, nunca llega a disfrutar de su esfuerzo. «Soy musulmán, no bebo alcohol. Eso sí, mosto todo lo que quieras», ríe mientras carga una caja.
En otra calle se encuentra Galaye Lo, nuevo en la vendimia aunque no en el mundo del campo. «Trabajé como agricultor en Senegal, tengo el cuerpo preparado y acostumbrado», comenta en su tercer día de faena. «La mascarilla se nota, pero la situación obliga a tener que usarla», razona, con una camiseta en la cabeza para frenar también al sol.
Ayer cargaron alrededor de 2.000 cajas. Esas uvas pasarán ahora por un proceso de selección antes de ser prensadas. En noviembre se probará por primera vez el primer resultado de la añada con la cata. «Cada bodega y cada campo es un mundo y un sabor, eso es lo bonito del txakoli», comenta Ríos Urbaneta. Las copas deberán esperar hasta el año que viene con el embotellado para bañarse en este vino.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.