«Vemos que hay cierta resistencia a reconocer nuestra formación»

El país natal del que llega un mayor número de solicitudes es Venezuela. «Hay 1.100 compatriotas en proceso de homologar su licenciatura de medicina. Y si lo ampliamos a todas las titulaciones sanitarias hablamos de más de 6.000 en esa situación», explica Rosa Barbella, portavoz de la Asociación de Médicos Venezolanos en España (Amesvesp).

Gran parte de estos profesionales iniciaron los trámites para convalidar su formación con el decreto que regulaba estas homologaciones hasta 2022, cuando se publicó una nueva orden para, en teoría, agilizar el proceso. La realidad es que ambos sistemas, apunta, Barbella, acumulan importantes retrasos. En el caso del antiguo decreto, por el que la tramitación era presencial, las demoras medias son de «27 meses», mientras que con el nuevo, que habilitó herramientas telemáticas, las esperas rondan los «17 meses».

«En muchas ocasiones esos retrasos se deben a que el Ministerio nos dice que falta documentos por presentar y es frecuente que ya estén enviados pero no lo hayan verificado y tengamos que remitirlos de nuevo», asegura Cynthia Vargas, de la organización 'Homologación justa. Equivalencias ya'.

Una vez logran que se les homologue la titulación los médicos tienen que iniciar el proceso para que el Ministerio de Sanidad les reconozca su especialidad. «La formación especializada en Latinoamérica es diferente y entendemos que tenemos que adaptarnos al sistema, pero no que nos pongan tantas dificultades. Nos piden cuestiones como que demostremos una por una que hemos realizado 150 intervenciones quirúrgicas o atendido 150 quemaduras. Tenemos la sensación de que hay cierta resistencia a reconocer nuestra formación», valora Barbella.