Los cinco galardonados con los premios Sabino Arana, ayer en el escenario del Teatro Arriaga, con Iñigo Urkullu, Andoni Ortuzar, Juan María Atutxa e Irune Zuluaga. PEDRO URRESTI

«El vasco es universal o... no es»

Los premios Sabino Arana celebran 30 años en una gala que distingue a figuras como Juanjo Mena, Dolores Redondo y el economista Camdessus

Domingo, 27 de enero 2019

No había más que turistas despistados por la Gran Vía y el Casco Viejo. La mañana de ayer no invitaba al paseo ni al txikiteo. Es lo que tiene el invierno bilbaíno. Eso sí, tampoco era un día cualquiera. El Teatro Arriaga acogía la ... 30° edición de los premios Sabino Arana y más de 1.000 socios y simpatizantes de la entidad abertzale abarrotaban los palcos y las butacas de patio. Media hora antes de empezar la gala, en torno al mediodía, ya habían tomado posiciones en su asiento con los acordes de 'What a wonderful world' como música ambiental.

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Lo cierto es que la canción resultaba bastante acertada. La gala de de este domingo tuvo momentos emotivos y de reflexión, con una preocupación muy clara: el futuro. Y quien dice futuro, también dice juventud. ¿Está garantizado todo lo que se ha conseguido? Ya las primeras palabras de Juan María Atxuxa, presidente de la Fundación Sabino Arana, remacharon esa inquietud: «Hay que seguir trabajando por una Euskadi y un mundo más justos, más humanos, más sostenibles, una Euskadi y un mundo en paz». Y eso, pese a que el panorama general muchas veces no es más que «incertidumbre y vértigo» y entran ganas de «bajarse de él, de pensar que hagamos lo que hagamos, manos invisibles y poderosas van a seguir meciendo la cuna».

«La más justa de las causas»

Los galardonados de esta edición, que han cumplido entre 50 y 89 años, llevan décadas comprometidos con su trabajo. Y ninguno tiene previsto descolgarse de este mundo. Todos ellos, en función de su especialidad, contribuyen a «un proyecto de país» en la medida en que «encarnan nuestros valores más preciados», en palabras del presidente de la Fundación Sabino Arana. Justicia, cultura, deporte, diálogo, cosmopolitismo... «y la más justa de las causas, la de la igualdad (entre hombres y mujeres)» son algunas de las motivaciones que marcan el día a día de los premiados.

Palmarés

  • Juanjo Mena. Director de orquesta vitoriano de prestigio internacional. Habitual de agrupaciones de la talla de la Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de Montreal o la BBC Philharmonic.

  • Dolores Redondo. Escritora donostiarra. La 'Trilogía del Baztán' se ha traducido a más de 35 idiomas. Es un fenómeno literario en castellano que ha disparado la proyección del paisaje navarro.

  • Michel Camdessus. Economista de Bayona. Exgobernador del Banco de Francia y exdirector gerente del FMI. Participó en la integración europea y en la transición del bloque soviético a la economía de mercado.

  • Txomin Bereciartua . Sacerdote bilbaíno, promotor de iniciativas educativas y sociales. Impulsó el movimiento scout en Euskadi, la Fundación Novia Salcedo y Unesco Etxea.

  • Ana Urquijo. Abogada y agente de la propiedad inmobiliaria, nacida en Bilbao, ha sido la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de un club de fútbol vasco de Primera División (el Athletic, en 2006).

El más veterano y primero en recoger su galardón fue el sacerdote bilbaíno Txomin Bereciartua, que subió al escenario fuertemente agarrado al brazo de Atutxa. «Qué diferencia a la primera vez que pisé este escenario. Tenía diez añitos y canté como enanito en la opereta 'Blancanieves y los siete enanitos' del maestro Zubizarreta, organista de Begoña y director de nuestro corito», evocaba el impulsor del Movimiento Scout Católico en el País Vasco y de la Fundación Novia Salcedo, un organismo volcado en la integración de los jóvenes en el mundo laboral. «He intentado ser un buen cura y un eficaz promotor. Todo lo hice en tiempos difíciles, en un entorno social y eclesial no propicio y receloso, un pelín incomprendido y más de una vez peligroso». Así dibujaba el pasado, con la muleta apoyada en el atril y la voz muy clara.

El testigo delante del micrófono lo tomó la escritora donostiarra Dolores Redondo, emocionada y orgullosa, sobre todo al recalcar su empeño en situar la acción de la Trilogía del Baztán «en un pueblo de 3.000 habitantes, incluyendo palabras en euskera y con alusiones a la mitología vasco navarra». Nadie ni nada le hicieron cambiar su enfoque.

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Traducida a más de 35 idiomas, el impacto de su obra ha disparado la popularidad del paisaje y paisanaje navarros. Es una embajadora de lujo. Un perfil que también tiene el director de orquesta vitoriano Juanjo Mena, un profesional que recorre cada temporada los mejores escenarios del mundo. Muy respetado por orquestas de la talla de la Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de Montreal o la BBC Philharmonic, no ha perdido el espíritu de sus inicios. De trato llano, tenaz y curioso, mantiene viva la llama del legado de Carmelo Bernaola. «Mi maestro, mi mentor, mi guía», recordó el director alavés. La huella de Bernaola es indeleble. Por eso este domingo, en sintonía con las enseñanzas grabadas a fuego, tampoco se olvidó de los jóvenes: «Estimadas instituciones de la educación y la cultura, pongamos un director de coro, un músico en cada ikastola e invirtamos en el futuro de nuestra sociedad».

La petición quedó en el aire, a la espera de que alguien la coja al vuelo para revalidar la vieja máxima de que 'el pueblo vasco canta'. De tradiciones arraigadas también habló Ana Urquijo, expresidenta del Athletic y abogada, en un entrañable homenaje a Rufino, su padre, que le inculcó el amor a la camiseta rojiblanca y al Derecho. «Lo que más agradezco a a mi aita es que me educara en igualdad sin distinciones», subrayó una jurista que también hizo historia cuando se convirtió en la primera mujer de la Junta Directiva del Colegio de Abogados de Bizkaia.

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El colofón de la gala llegó con el economista de Bayona Michel Camdessus, exgobernador del Banco de Francia y exdirector gerente del FMI. Una experiencia que dio autoridad a su reflexiones: «El vasco es universal o... no es. Como cantan los versos de 'Gernikako Arbola', nuestro árbol bendito da y distribuye su fruto en el mundo entero. Ahora más que nunca los problemas y oportunidades no tienen fronteras. Hay que buscar soluciones mundiales. Es hora de fortalecer el multilateralismo contra un proteccionismo excluyente». Y no dudó en parafrasear a José María Arizmendiarrieta, fundador de Mondragón Corporación Cooperativa: «Como vascos universales, sigamos empujando a la humanidad hacia adelante, lejos y en lo alto».

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