Boda de Ana María Godino Corral, en diciembre de 1963 en Victoria.

Fueron para trabajar, se las llevaron para casarlas

La profesora donostiarra Natalia Ortiz saca a la luz el 'Plan Marta', que en los años 60 envió a 700 mujeres a Australia para que formaran familias con trabajadores españoles

Domingo, 29 de enero 2023, 08:39

Pocos sabían que entre 1960 y 1963 más de 700 mujeres españolas emigraron a Australia para trabajar como empleadas del hogar, a través de un acuerdo firmado por los gobiernos de los dos países, en colaboración con la Iglesia Católica. De hecho, ni ellas mismas ... lo sabían. La operación se denominó 'Plan Marta' y el objetivo real era que esas mujeres jóvenes, católicas y de comportamiento intachable se emparejaran y formaran familias con españoles asentados en Australia desde unos años antes para trabajar en los campos de caña de azúcar. Esta historia olvidada la ha rescatado tras cinco años de investigaciones la donostiarra Natalia Ortiz, que firma junto a Javier Castro el documental 'El avión de las novias' y trabaja ya en un futuro libro sobre estos hechos. Hasta el momento, ya ha entrevistado a más de un centenar de aquellas mujeres o a familiares suyos tanto en España como en varias localidades australianas.

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Residente en Sídney desde hace 28 años, donde ejerce de profesora y coordinadora de Estudios Españoles en la Universidad de Nueva Gales de Sur, Ortiz se dio de bruces con los primeros indicios sobre la existencia del 'Plan Marta' de pura casualidad y de rebote. «Cuando estaba haciendo una investigación para mi doctorado sobre emigración española y su retorno, entre los muchos libros que consulté, llegó a mis manos 'Operación Canguro', de Ignacio García, que cuenta la vida de los hombres -en su mayoría vascos-, que emigraron en barco a Australia entre 1956 y 1959 para trabajar en la caña».

Ahí encontró dos párrafos en los que se mencionaba un plan para llevar a mujeres a aquel país con el objetivo de que se casaran con esos hombres». Era el 'Plan Marta'. «Pensé: qué historia tan bonita». Ése fue el punto de partida para una indagación que se ha prolongado a lo largo de un lustro y en la que Ortiz trabaja aún. La investigación no empezó con buenos auspicios porque el propio Ignacio García le dijo que era «una historia muy difícil porque no hay nada escrito, ni se sabe nada de las mujeres».

El documental retrata a los hombres que fueron a recibirlas al aeropuerto de Melbourne

emigrantes

Trece vuelos de 1960 a 1963

El número exacto de mujeres que tomaron parte en el plan se desconoce porque la investigadora no ha podido acceder a los registros de la Iglesia, pero superaron las 700. Lo que sí se sabe gracias a sus investigaciones es que se trasladaron a Australia en trece vuelos organizados entre 1960 y 1963. «El primero llegó a Melbourne el 10 de marzo de 1960, con once mujeres españolas a bordo. El resto eran griegas, italianas y de otros países. Y en el último eran ya todas españolas». La pandemia del coronavirus interrumpió la investigación y privó a la profesora donostiarra de algunos testimonios ya que varias de aquellas mujeres, ya octogenarias o nonagenarias, fallecieron por el covid.

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Ortiz explica que en aquel primer vuelo «la diferencia entre las españolas y las griegas es que estas últimas ya iban casadas por poderes, mientras que las primeras creían que iban para trabajar en labores del hogar». La selección en España para participar en este programa migratorio se realizaba bajo criterios estrictos: «Que fueran muy devotas, que fueran solteras y que estuvieran en edad casadera».

A la pregunta de si aquellas jóvenes iban engañadas, Ortiz explica que de alguna manera sí. «Les hacían firmar un contrato de dos años para trabajar como servidoras domésticas, con el vuelo gratis, y les decían que cumplido ese plazo se podían quedar, pero si optaban por regresar antes de que transcurrieran esos veinticuatro meses debían devolver el dinero del pasaje, algo impensable porque equivalía a varios años de sueldo. Lo que ellas no sabían es que ese contrato no tenía ninguna validez y cuando empezaron a darse cuenta, comenzaron a utilizar a las familias como puente, es decir, se quedaban un par de meses de servicio y luego se buscaban la vida. Pero las primeras que llegaron sí que se quedaron los dos años en el servicio doméstico».

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La joven de Gernika Milagros Revuelta Peral, en la plantación de Ingham, Queensland, en 1963.

Por otra parte, Ortiz recalca que los hombres que habían emigrado en la 'Operación Canguro' y que estaban ya instalados en Australia sí que estaban al tanto de la llegada de mujeres jóvenes, susceptibles de convertirse en sus novias «porque se anunció así en la prensa australiana. De hecho, con la llegada de la primera expedición apareció una noticia en la que se denominaba el vuelo como 'el avión de las novias'». Es decir: la España franquista enviaba mujeres que se apuntaban a un trabajo, mientras que la Australia temerosa de perder la mano de obra que suponían los hombres españoles recibía a posibles esposas. El resultado fue que aquellos trabajadores se desplazaron desde todos los puntos de Australia para recibir al pasaje en el aeropuerto, «desesperados de tantas ganas que tenían de conocer a mujeres españolas». De hecho, en 'El avión de las novias' ha incluido unas imágenes de archivo en las que se ve «a unos hombres agarrados a las vallas de metal del aeropuerto, que son los españoles que habían ahorrado durante meses para pagarse el viaje a Melbourne». Mientras tanto, las recién llegadas ignoraban lo que se esperaba de ellas, que no era otra cosa que el emparejamiento primero y la formación de una familia después.

«El tratado entre los gobiernos español y australiano, que ni siquiera mantenían relaciones diplomáticas, pero auspiciado por la Iglesia Católica de los dos países, se firmó con la intención de que así fuera. Los australianos tenían un dicho: 'Repoblar o morir'. Y aceptaban emigración que trabajara y se reprodujera», explica Ortiz. En cuanto al régimen franquista estaba interesado porque aliviaba el desempleo en algunas zonas y se garantizaba el envío de divisas.

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«La Iglesia se encargaba de 'reclutar' a las mujeres a través de parroquias, publicaciones...»

investigadora

'Ritual' de emparejamientos

«La Iglesia española se encargaba de 'reclutar' a las mujeres a través de parroquias, publicaciones, etcétera, y la australiana las juntaba con los españoles, por medio de eventos sociales: bailes, cenas, comidas. Allí se encontraban un hombre que llevaba tres años en soledad y una mujer que acababa de llegar, que no habla el idioma, que está desubicada y, en algún caso, en una casa con una familia con once hijos». En el contexto de una cena, en la que todos hablaban español, corría el alcohol y sonaba música de su tierra lejana, era habitual que se formaran muchas parejas. «Y como eran muy devotas, se casaban para tener relaciones. Muchas veían el matrimonio como una salida y una forma de prosperar porque una vez casadas, dejaban las tareas domésticas claro».

El Gobierno australiano también se encargó de incentivar la llegada de mujeres que fueran familiares de los españoles ya asentados en el país. «Les decían que si tenían alguna hermana, prima o una conocida del pueblo que estuviera soltera, que la trajeran. Muchos llevaron a vecinas de su localidad. Hay que tener en cuenta que escribían a casa y enviaban fotos con el coche que se habían comprado en Australia, cuando en España tener uno en aquellos momentos era un lujo», comenta Natalia Ortiz.

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La navarra Josefina Cisneros y su marido, en Queensland en 1962.

La investigación de la profesora donostiarra se ha encontrado con la falta de documentación o de voluntad por parte de la Iglesia, «que si conserva algún registro, no nos lo ha querido dar». Con lo cual, no tiene cuantificado el número de mujeres emigrantes por regiones de procedencia, aunque sí puede asegurar que «había muchísimas vascas. También asturianas y alguna gallega».

Había muchas motivaciones para emprender el viaje: «Unas, por aventura, otras por desesperación, o porque eran madres solteras. Al rellenar los papeles omitían esa circunstancia y una vez instaladas en Australia, reclamaban a sus hijos». De hecho, en el documental se relata la historia de la niña asturiana que con diez años fue reclamada por su madre en Australia y cuando llegó se encontró en el aeropuerto de Melbourne a su progenitora, a su nuevo padre -un vasco- y a su nueva hermana.

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Muchas de las mujeres' volvieron a España a partir de los años setenta y ochenta, tras enviudar o, sobre todo, para evitar que sus hijos crecieran en una cultura 'extraña' y alejados de sus familias. «Hay que tener en cuenta que, al igual que los hombres, fueron con la idea de estar sólo dos años en Australia y terminaron quedándose mucho más tiempo», resume la investigadora.

Más de la mitad de las entrevistadas son de Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra

La dificultad para acceder a unos registros que ni siquiera es seguro que existan y el tiempo transcurrido sólo han permitido que Natalia Ortiz recopile por el momento poco más de un centenar de testimonios, de los cuales calcula que en torno a un 60% son de mujeres de Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra. De hecho, cuenta con la colaboración de Euskal Australia Elkartea.

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en colaboración con el Instituto Cervantes y la Embajada en Australia ha organizado una emisión online de 'El avión de las novias' el próximo 3 de marzo para «que las mujeres y familiares se vean. Es un homenaje que les rinde el Ministerio por su labor en Australia», explica Natalia Ortiz. La profesora invita a cuantas personas tengan información sobre este asunto a escribir a n.ortizceberio@unsw.edu.au.

Reconoce la investigadora donostiarra que algunas de las protagonistas de su trabajo de investigación «están un poco aturdidas aún porque no entienden que a alguien le interese su vida, pero yo les digo que eso queda para sus familias y para la Historia. Si no es por ellas, nunca nos hubiéramos enterado del 'Plan Marta'». Al margen de la falta de datos y de documentación, Ortiz destaca como el segundo gran obstáculo la dificultad para «leer entre líneas porque cuando se dan cuenta de que su historia va a ser pública, lo que te cuentan es lo que quieren que quede para el recuerdo. Hay mujeres que me cuentan que en España eran muy felices y que estaban muy bien, y cuando les pregunto por qué se fueron entonces, me dicen que nunca habían comido un plátano. Tan bien no estarían...»

El documental, que cuenta con la participación de RTVE, se emitió en La 2 el pasado mes de octubre y permanece disponible de RTVE Play. «Tuvo casi 300.000 espectadores». La intención es que el libro sobre el 'Plan Marta' incluya mucha más documentación, como correspondencia postal y papeles del Gobierno o del consulado de Sídney. También habrá un capítulo dedicado a los hijos de estas parejas, que nacieron en Australia y, sin que nadie les consultara, fueron llevados a España. «Algunos están contentos, pero otros están muy tristes. Quiero que quede constancia de que la emigración es un asunto intergeneracional, que afecta no sólo al que decide marcharse, sino también a sus hijos y nietos».

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