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«Indignados, humillados y ridiculizados». Así se sienten Aitor Herrera y Yolanda Guijas, un matrimonio de Arrasate que denuncia haber sufrido un «trato injusto» por parte de un comandante de la compañía Vueling. En concreto, frustró su viaje de Sevilla a Bilbao porque no permitió ... que subiese la silla motorizada que usa ella para desplazarse por sus problemas de movilidad derivados de la ELA. El argumento del piloto era que la batería de litio podía explotar durante el trayecto. Sin embargo, días antes pudieron coger otro vuelo, el de ida desde Bilbao, con la misma compañía sin ningún problema, aunque en esa ocasión dejaron la silla en la bodega. Tras minutos «muy desagradables» que obligaron a retrasar la salida del avión, la Guardia Civil les obligó a abandonar el túnel de embarque. Tuvieron que alquilar un coche para regresar a Euskadi. Tras lo ocurrido han interpuesto una reclamación ante la aerolínea, que aún no ha sido respondida, y no descartan tomar otras medidas.
Era la primera vez que Yolanda viajaba en avión con su silla motorizada. Reservaron los billetes con una agencia de viajes, y Aitor les explicó que su mujer se desplazaba con un vehículo con motor eléctrico, por si eso suponía algún problema para poder volar. Tras consultarlo con Vueling les dijeron que no.
La salida fue el 2 de diciembre desde Loiu. Y a pesar de contar con el mensaje de la agencia que confirmaba que podían viajar con la silla, al llegar «empezaron a ponernos pegas. Que si la batería era de litio, que si podía ser peligroso. Tuvieron que hacer algunas llamadas, pero al final nos dijeron que podíamos viajar si metían la silla en la bodega, y así lo hicimos», explica Aitor.
El domingo día 5 volvieron al aeropuerto de Sevilla para coger el vuelo de vuelta a Bilbao. «En aeropuertos como el de Loiu Yolanda se puede manejar con la muleta. Pero en otros más grandes como Sevilla ya le cuesta mucho, por eso decidimos viajar con la moto». Eso fue lo que terminó por crear la polémica, porque cuando estaban embarcando, a punto de entrar en el avión, el comandante salió de la cabina y les dijo que no podían viajar por miedo a la reacción de la batería de litio.
La Dirección General de Consumo del Govern balear ha impuesto una multa de 24.000 euros a Ryanair por cobrar el equipaje de mano que los pasajeros introducen en cabina. Según han informado desde Facua-Consumidores en Acción y el Ejecutivo autonómico, la asociación denunció esta práctica en noviembre de 2019 ante las 17 autoridades de protección al consumidor autonómicas. En marzo de 2021 la Dirección General de Consumo comunicó que había abierto un expediente sancionador a la aerolínea por este motivo, y ahora, de acuerdo con Facua, Consumo ha confirmado la imposición de una sanción de 24.000 euros a la aerolínea por lo que considera una «infracción grave».
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