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Andrés Ortiz-Osés, en una imagen de archivo. LUIS ÁNGEL gÓMEZ
Valentía y cobardía de vivir

Valentía y cobardía de vivir

Andrés Ortiz-Osés

Domingo, 11 de abril 2021, 01:45

Andrés Ortiz-Osés escribe este artículo ahora que la despiadada enfermedad que sufre desde hace varios años le invita a buscar la ayuda de los cuidados paliativos.

Andrés Ortiz-Osés es un escritor permanente y un lector insaciable, nacido en Aragón, en Tardienta, formado en Centroeuropa, en la Universidad de Innsbruck, y que trabajó e investigó desde mediados de los años setenta del pasado siglo como profesor de filosofía en la Universidad de Deusto, de la que es catedrático emérito. Como alumno suyo, puedo decir que no era solo profesor, sino un profesor que hacía y vivía en clase la filosofía, su filosofía ('Hermenéutica simbólica' podría ser su nombre técnico). Conseguía compartir, hacer sentir y contagiar su misteriosa relación apasionada con la sabiduría. Y es en eso, según creo, en lo que consiste la filosofía: en una relación de amistad entre personas que, como tales, sienten el deseo insaciable de una sabiduría nunca poseída, cerrada o alcanzada, siempre libre, que hace así posible la búsqueda de nuestra propia libertad. Pues la Sabiduría, 'Sophia' la llaman los griegos, 'Jojmá' los hebreos, ama la libertad y necesita que seamos libres, radicalmente libres, para poder serlo ella.

Siempre fiel a (su amor a) la sabiduría, y a su independencia radical, Andrés Ortiz-Osés nos habla, ahora que se acerca a los cuidados paliativos, de su situación, de su existencia, de la «valentía y cobardía de vivir». Andrés, mediante la escritura, convierte su sufrimiento en un regalo precioso que nos ofrece como un gesto amoroso, como una caricia, humorosa y tierna. Me parece un testimonio de una inteligencia, de una profundidad, de una honradez humana tan radical y de una integridad tales que me gustaría que lo leyeseis con especial atención, con especial mimo y cuidado. Merece la pena, creo, que no se pierda, que perviva. Es un regalo, muy generoso por su parte, contarnos, con esa serenidad y lucidez, su propia experiencia de este trance. Se trata de algo que, en última instancia, nos une a todos y que nos espera a todos, como un horizonte más o menos temido, más o menos silenciado, pero terrible y, sobre todo, en el fondo, liberador.

Luis Garagalza

Departamento de Filosofía/Filosofi Saila UPV/EHU

Polvo, sudor y hierro (Manuel Machado)

Solemos tener más valentía con la vida y más cobardía con la muerte. El valiente huye hacia adelante vitalmente, ... el cobarde huye hacia atrás mortalmente. Pero quizás no debería plantearse la valentía o la cobardía, sino el auténtico valor. Pues el valiente suele ser temerario y el cobarde miedoso, pero el valeroso tiene temple o cuajo que lo hace más templado. Pues bien, hay que ser valeroso en la vida y en la muerte, en la salud y en la enfermedad, en lo bueno y en lo malo. Al menos eso dicen los bienpensantes y los bienpensados, a veces dispensados de pensar, con perdón, pues la cosa es fácil de predicar y difícil de practicar.

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