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Ahí donde la ven, Usun Yoon tiene algo en común con Julio Iglesias: convertir el hotel Valparaíso en su segunda residencia cuando está en Palma. «Recuerdo que de niña, en Corea, mi madre estaba enamorada de Julio. Escuchaba sus canciones en español y cantaba: 'Bésameee...'». Lejos estaba de suponer que su hija algún día sería famosa en el país natal de su ídolo. Usun llegó a Mallorca para participar en la promoción del rodaje de 'Go, Spain!', un proyecto de Ángel Tapia para mostrar la recuperación económica a través de la cultura... Y, ya que estaba en la isla, decidió quedarse unos días de vacaciones.
Aunque ya ha cumplido los 40, la exreportera de 'El Intermedio' no aparenta más de 30. Es lo que tiene ser oriental. Menudita y proclive a las carcajadas, que amortigua ocultando con la mano una dentadura perfecta, Usun ha pasado el confinamiento sola en su casa de Madrid, «sin pareja ni mascota ni nada. He echado de menos tener un perrito», bromea. A falta de otros alicientes, se ha refugiado en la lectura, su vicio... «Me he leído 25 libros, todos de autoayuda. Ahora puedo estar meditando seis horas seguidas hasta que encuentro la luz».
Porque Usun Yoon cree en lo que ella denomina «el placebo», la curación a través de la mente. «Yo antes pedía cosas. Sin embargo, he aprendido que si pides entras en frustración. Ya no pido. Siento que lo tengo ya, soy feliz, sonrío y la gente actúa diferente conmigo, de repente suena el teléfono...». También ha leído mucho sobre el amor, y apunta que una soltera como ella «debe intentar ser feliz, pero no decir que sola está mejor. Es un error. El ser humano necesita pareja para recibir, para dar... El amor tiene que circular y hay que tener la puerta abierta siempre». Eso sí, «un estado de sabiduría nunca dura mucho, porque la vida te vuelve a golpear», advierte esta 'pequeña saltamontes' de Corea del Sur.
Nacida en Busán, hija de fotógrafo y peluquera, Usun vio de niña cómo su padre tuvo que mudarse de ciudad y cambiar el reporterismo político por la fotografía turística por culpa de la dictadura de Park Chung-hee. «Sufrimos económicamente, eso te da humildad». También le generó una conciencia social que la llevó a estudiar Ciencias Políticas. «Yo quería corregir el mundo. Ahora sé que esa es una tarea de todos». Se trasladó a Canadá y allí conoció a un catalán que cambiaría su vida. «Me fui de vacaciones a Barcelona, luego a Madrid, y me quedé a conocer la cultura española». Lo consiguió. En cuanto a comida, ya es más de aquí que de Corea. «Me sienta mal el picante y no me gustan los hidratos, como los tallarines y el arroz. Yo soy más de chuletón», sentencia.
Siete años en 'El Intermedio' le permitieron conocer bien al Gran Wyoming. «Es tranquilo, simpático, hablador y muy generoso. Ve a un becario y se lo lleva a comer». Todo era perfecto en su vida. Tenía pareja estable y éxito en el trabajo... «Pero yo soy actriz y sentía un tapón en mis emociones. Necesitaba que me pasara algo, y dejé el programa». Ahora está pendiente del estreno en otoño de 'Supernormal', la nueva serie de Emilio Martínez Lázaro, en la que interpreta a un personaje «muy divertido y peculiar». Pero tiene claro que los proyectos llegarán con cuentagotas... «El Covid nos va a comer un año. Yo ya lo tengo asumido».
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