Los Estados miembros de la Unión Europea han aprobado un plan que modifica el estatus de protección del lobo, permitiendo una mayor flexibilidad en la gestión de esta especie. La medida fue aprobada gracias al cambio de posición de Alemania, que hasta ahora se abstenía y que finalmente ha votado a favor. España e Irlanda se opusieron a la propuesta, mientras que Eslovenia, Chipre, Malta y Bélgica se abstuvieron.
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El plan busca cambiar el actual régimen de «protección estricta» a una «protección simple». Esto permitiría intervenir más fácilmente en el control de la población de lobos en áreas donde se considere que su número es elevado, estableciendo cuotas de caza para gestionar su presencia. Sin embargo, la propuesta aún debe ser aprobada en la Convención de Berna sobre la conservación de la vida silvestre antes de que se implemente en la legislación europea.
El lobo, casi erradicado en el siglo XIX, ha visto un aumento de su población en las últimas décadas dentro de la Unión Europea. Para 2023, se estima que había unos 20.300 ejemplares distribuidos en 23 países. Este resurgimiento ha generado discusiones sobre la necesidad de gestionar esta especie, especialmente en áreas rurales donde se han reportado ataques a ganado.
En Austria, por ejemplo, el regreso progresivo del lobo desde 2009 ha generado un notable debate en los medios de comunicación y en redes sociales. En algunos sectores, se han hecho llamados para establecer políticas que regulen su número.
La actual Directiva de Hábitats de la UE de 1992 otorga una protección estricta a la mayoría de las poblaciones de lobos en Europa. Esta normativa permite excepciones limitadas para el control de la especie, como la autorización para abatir lobos en casos específicos, siempre bajo condiciones estrictamente reguladas. El cambio propuesto busca flexibilizar estas medidas.
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El próximo paso será la discusión en la Convención de Berna, lo que determinará si la legislación europea adopta finalmente este nuevo enfoque para la gestión de la población de lobos en el continente.
La medida ha suscitado en España las felicitaciones de las principales asociaciones de ganaderos y la crítica de los ecologistas, que han tildado la decisión de «decepcionante».
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