El turista un millón

Ha pasado tiempo ya desde aquel 'Bienvenido, Mister Marshall', pero en España se sigue aplaudiendo al turista. En enero, mientras que en el interior del país se impedía la movilidad entre comunidades, llegaron 274.242 visitantes. No ha habido una norma que impidiera a los turistas entrar al país, lo único que se les exigía era presentar una PCR negativa, y si se viajaba por carretera ese requisito no era necesario. Así se explican las hordas de chavalería mayoritariamente francesa que han tomado las calles de la capital de España para «vivir a la madrileña», que diría Isabel Díaz Ayuso. Al parecer, dependemos del turismo, que es un gran sector, no digo lo contrario, sobre todo cuando se garantizan unas condiciones laborales dignas. La industria, además, va perdiendo peso a medida que multiplica el anuncio de despidos. Pero, aunque conozcamos el contexto, a cada poco nos preguntamos cómo puede ser que esto se llene de turistas cuando nosotros no podemos ir ni a la vuelta de la esquina. La respuesta parece simple: somos pobres; de lo contrario, seríamos directamente idiotas.