Los jueces autorizan el toque de queda en 38 municipios cántabros, pero solo 6 días

Aunque ni el Ejecutivo de Cantabria ni el TSJC quisieron dar a conocer el contenido del auto, puede entenderse que el tribunal no ha podido ignorar su reciente resolución respecto a la actualización del semáforo covid de la pasada semana, anulada en firme, en respuesta al recurso presentado por la Asociación de Hostelería y tras estudiar las alegaciones de Sanidad. En esta decisión pesaron las deficiencias advertidas en el cálculo de la incidencia acumulada en cada municipio, fundamental a la hora de establecer su nivel de riesgo y de adoptar las restricciones oportunas para contrarrestar el incremento de contagios.

A la hora de solicitar esta última prórroga, la consejería ha elaborado una lista de los municipios «que superan umbrales de riesgo extremo de transmisión del virus en indicadores de incidencia acumulada etaria, positividad y concurrencia de variante Delta», según publica el Boletín Oficial de Cantabria. El principal argumento esgrimido por la Asociación de Hostelería de Cantabria para restar credibilidad a las estimaciones de Salud Pública reside en que este organismo realiza sus cálculos en función del número de habitantes censados en cada municipio, cuando los representantes del sector consideran que debían obtenerse teniendo en cuenta además a todos los veraneantes que se encuentran en la región, con los que podría duplicarse la población.

A pesar de esta circunstancia, el TSJC ha permitido que el toque de queda, que avala la limitación de las personas entre la una y las seis de la mañana, continúe vigente durante otros seis días a partir de hoy. Es probable que una vez que el semáforo covid ha quedado inutilizado –la propia consejería ha rehusado actualizarlo tras dos reveses judiciales consecutivos–, el Tribunal ha tratado de evitar que quede desprovista de todo instrumento de control.

Incluso ante la falta de marcadores epidemiológicos válidos que midan la intensidad de la circulación del virus, los datos de presión asistencial, que no admiten discusión, advierten de que la situación sanitaria en Cantabria sigue siendo difícil y que los botellones pueden multiplicar los contagios. A falta de un control policial más riguroso, el toque de queda supone una de las principales herramientas para evitar una mayor proliferación de posibles casos.

La decisión del TSJC abre, por otro lado, la puerta a reclamaciones más ambiciosas por parte de los hosteleros. Su presidente, Ángel Cuevas, tras frenar en los tribunales el cierre de los interiores de bares y restaurantes, recordó recientemente la necesidad de reconsiderar los aforos dentro de estos establecimientos, incrementándolos hasta el 50%, volver a utilizar de forma progresiva las barras, retrasar el toque de queda y permitir el trabajo del ocio nocturno, uno de los más castigados, en cuanto la situación sanitaria mejore un poco más.

Los 38 municipios en los que estará vigente el toque de queda son Santander, Torrelavega, Castro Urdiales, Camargo, Piélagos, El Astillero, Santa Cruz de Bezana, Laredo, Santoña y Suances, Colindres, Medio Cudeyo, Polanco, Cartes, Entrambasaguas, Marina de Cudeyo, Ribamontán al Mar, Ampuero, Santillana del Mar, San Vicente de la Barquera, Villaescusa, Noja, Comillas, Arnuero, Meruelo, Bareyo, Selaya, Villacarriedo, Valderredible, Valdeolea, Udías, Vega de Pas, Vega de Liébana, Cabezón de Liébana, Solórzano, Vega de Pas, Herrerías, Cieza y Pesaguero.

En ninguno de ellos se podrá circular por la calle entre la una y las seis de la madrugada, salvo excepciones justificadas, y tampoco podrá haber grupos de más de 6 personas en domicilios u otros ámbitos privados en ese horario, salvo que sean convivientes. Además, todos los establecimientos públicos deberán cerrar a la una de la madrugada.