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Martes, 25 de diciembre 2018, 21:52
La gente se vuelve cuando An Hui y Ye Jianbin, una pareja homosexual, camina por la ciudad china de Shenzhen con sus trillizos, nacidos gracias a la ayuda de un vientre de alquiler. En 2014 una mujer tailandesa dio a luz en Hong Kong a tres niños concebidos con gametos proporcionados por un modelo alemán y una donante anónima. En China las relaciones homosexuales no son legales y las parejas del mismo sexo llevan tiempo luchando contra los valores conservadores de la sociedad, que es más abierta en las grandes ciudades.
Jason Lee - REUTERS
La gente se vuelve cuando An Hui y Ye Jianbin, una pareja homosexual, camina por la ciudad china de Shenzhen con sus trillizos, nacidos gracias a la ayuda de un vientre de alquiler. En 2014 una mujer tailandesa dio a luz en Hong Kong a tres niños concebidos con gametos proporcionados por un modelo alemán y una donante anónima. En China las relaciones homosexuales no son legales y las parejas del mismo sexo llevan tiempo luchando contra los valores conservadores de la sociedad, que es más abierta en las grandes ciudades.
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La gente se vuelve cuando An Hui y Ye Jianbin, una pareja homosexual, camina por la ciudad china de Shenzhen con sus trillizos, nacidos gracias a la ayuda de un vientre de alquiler. En 2014 una mujer tailandesa dio a luz en Hong Kong a tres niños concebidos con gametos proporcionados por un modelo alemán y una donante anónima. En China las relaciones homosexuales no son legales y las parejas del mismo sexo llevan tiempo luchando contra los valores conservadores de la sociedad, que es más abierta en las grandes ciudades.
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