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La merluza es uno de los pescados que más comen los vascos. En cualquier pescadería es uno de los más demandados, pero para algunos bolsillos su precio supone un obstáculo. Comprarla congelada se convierte en una alternativa asequible y saludable. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado varias marcas de filetes y rodajas de merluza congelada que se venden en supermercados y ha concluido que se trata en general de un pescado de buena calidad.
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Con unas ventas cercanas a las 40.000 toneladas anuales en España, la merluza congelada se impone con holgura al bacalao, el segundo que más se consume. Su éxito, según indican los expertos de la entidad, se basa en su calidad nutricional, «con mucha proteína y con poca grasa y sal y la baza de un precio asequible, que lo convierte en un producto de calidad apto para todos los bolsillos». De media ronda los 10 euros/kg, bastante menos que la fresca. Además, al comprar merluza congelada se evita el riesgo de anisakis. La merluza es uno de los pescados en la que la presencia de este parásito es más habitual y conviene congelarlo antes de cocinarlo.
El estudio de la OCU se ha desarrollado tras analizar un total de 20 productos: 14 merluzas pescadas en las costas de África, las conocidas como Merluzas del Cabo, y 6 merluzas capturadas en la costa atlántica de Suramérica, las llamadas merluzas argentinas.
Estas son las tres mejores merluzas congeladas que se pueden encontrar en el supermercado, todas por debajo de los 6 euros la bolsa.
- Rodajas grandes de merluza, de Auchan. Precio: 5,99 €/600g (9,98 €/kg).
- Rodajas de merluza de El Cabo, de IFA Eliges. Precio: 3,59 €/400g (8,98 €/kg).
- Rodajas de merluza argentina, de Alipende. Precio: 4.69 €/480g (9,77 €/kg).
Según indican desde la OCU, la calidad general de los 20 productos congelados analizados es buena. «No se ha detectado contaminación significativa, aditivos ni parásitos; y su valor nutricional es el mismo que el de una merluza fresca». De hecho, señalan que el contenido de proteínas de la merluza es similar al de la carne y los contenidos en grasa son bajos comparados con otros alimentos.
En líneas generales, los responsables del análisis no han encontrado defectos graves en las muestras analizadas, pero sí había algunas piezas con restos de piel y tegumentos y también alguna presencia de zonas pardas por una oxidación de los tejidos. «En ninguna de las merluzas analizadas hemos encontrado espinas, escamas o restos de aletas. Es una de las claras ventajas de comprar este tipo de productos, sobre todo, si se trata de facilitar la comida de niños o personas ancianas», concluyen.
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